Por Santiago Gómez
Entrevista exclusiva con el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera. Analizó la situación geopolítica mundial. Además, no descartó que la baja del petróleo tuviese como objetivo debilitar a Rusia y los países de América Latina. Se refirió también a la suspensión del segundo aguinaldo para este año.
El vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera, inauguró este jueves en la ciudad de Cochabamba el II Congreso Internacional de Pensamiento Económico Latinoamericano, organizado por el Banco Central de Bolivia a partir de una propuesta de la Asociación de Pensamiento Económico Latinoamericano, presidida por el economista argentino Demian Panigo. A pesar de un visible malestar físico, la tos no le impidió al vicepresidente brindar una clase de una hora, ante un auditorio repleto, en su mayoría estudiantes, en la que realizó un análisis de los diez años de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), con el Presidente Evo Morales al frente del Ejecutivo.
El Vicepresidente mostró los resultados del último informe del Banco Mundial que muestra que Bolivia fue el país que más creció económicamente en el mundo y el país que más inclusión social ha producido. El gobierno de Morales redujo la cantidad de personas que se encuentran en extrema pobreza del 39% a 17%, así como también acortó la brecha entre el 10% más rico de la población y el 10% más pobre 128 veces, en 2005, a 39 veces, en 2014. “Éramos, con Brasil, uno de los países más injustos del mundo, pero todavía tenemos una deuda pendiente para seguir reduciendo las desigualdades”, señaló Linera.
El gobierno boliviano se encuentra actualmente en un nuevo conflicto con Chile, debido a que el paro en los puertos chilenos afecta la economía de este país que mantiene una disputa con el gobierno chileno por la salida al mar. “Es una violación del Tratado de Libre Comercio, porque es un bloqueo que obstruye la circulación de las mercancías de nuestro país, y en el ámbito estrictamente económico, son días en que se paralizan nuestras exportaciones e importaciones; por esa vía circula casi el 60% de las exportaciones bolivianas”, expresó el vicepresidente en una conferencia de prensa que brindó al finalizar su exposición, rodeado por reconocidas personas del ámbito académico y político latinoamericano que fueron invitadas al Congreso, entre ellos el ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, el economista Fernando Porta, y el presidente de APEL, Demian Panigo.
Finalizada la conferencia, APU tuvo la posibilidad de conversar con uno de los referentes políticos y teóricos más importantes de nuestro continente, sobre la suspensión del segundo aguinaldo para este final de año, que fue otro de los importantes conflictos que mantuvo el gobierno este año con los sindicatos.
AGENCIA PACO URONDO: En el texto “Derrotas y victorias” analizó los retrocesos a pesar de la distribución del ingreso, el peso del sentido común y la conciencia en los procesos de ascenso social que se dieron y los efectos del reenclasamiento. Al respecto quisiera saber si la suspensión del pago del segundo aguinaldo este año, con los números de la economía que acaba de exponer. ¿No puede llevar a que los trabajadores no entiendan la medida?
ÁLVARO GARCÍA LINERA: Hubo protestas de los compañeros, nos sentamos frente a frente con la COB (Central Obrera Boliviana), mineros, fabriles, constructores, maestros, todos y les dijimos que este gobierno nunca va a tomar una medida contra los trabajadores, preferimos matarnos antes que tomar una medida contra los trabajadores, pero también les dijimos: cualquier cosa que vamos a hacer en favor de ustedes, tiene que ser sostenible. El segundo aguinaldo ahorita podíamos sustentarlo, pero a costa de generar desempleo entre las fábricas más pequeñas. Las fábricas grandes no van a tener problemas, pero en Bolivia las fábricas grandes apenas concentran el 20% de la población laboral y el 80% son pequeñas fábricas de cinco o diez operarios. Ellos tienen problemas, hay una ralentización de su economía, de sus ventas. Si se hubiera pagado, ese 20% de las fábricas grandes salía muy contento, pero miles de compañeros hubieran tenido segundo aguinaldo y el primero de enero desocupación. Dijimos no, seamos responsables, si damos un beneficio que sea sostenible, no puede ser a costa de generar desempleo.
Estudiamos hasta dónde podíamos jalar al empresario privado, en el fondo el segundo aguinaldo es un incremento del 8% del salario. Hemos incrementado el salario 6%, la inflación es 3%, sobre eso un incremento del 8%. Le estás sacando ganancia al empresario, hazlo, pero no lo hagas a costa de que el empresario decida cerrar la fuente de trabajo y dedicarse a una actividad más rentable. Se lo hemos dicho de frente a los compañeros de la COB, que tomamos la decisión teniendo en cuenta que no queremos generarle desempleo a las pequeñas empresas. Tres años lo hicimos, hemos sabido medir hasta dónde podíamos seguir jalando esta redistribución del excedente, este cuarto año generaría problemas, porque el crecimiento se ha ralentizado. Seguimos siendo líderes de crecimiento, pero hemos tenido 6% hace tres años, ahora 4%, 4,5% o 4,7%, hay una caída del crecimiento y también de la ganancia y por lo tanto en la forma en que distribuis la ganancia. Hablamos así, de forma abierta, sin esconder ningún dato, con esta reflexión que es política y económica. A la COB no le gustó la decisión, pero la entendió, y nuestro pedido fue: hagamos todo el esfuerzo con los trabajadores bolivianos para que el siguiente año se restituya el segundo aguinaldo. Según nuestros cálculos, es sostenible y no genera desempleo, cuando creces arriba de 4,5%.
¿Qué pasó este año? Vamos a crecer hasta fin de año a 4,7%, pero de junio de 2015 a junio de 2016, que es como dice el decreto, solamente crecimos 4,4%. Tú bien me dices, pero Álvaro me acabas de dar el dato que vas a crecer a 4,7%, pero eso tomando en cuenta de enero a diciembre, porque ya estamos comenzando a recibir los resultados del aumento del petróleo, pero de enero a abril el petróleo estaba a US$26, a US$28, desde agosto que mejoró, pero el primer semestre fue terrible para nosotros y eso se traducía que el gas que vendíamos a Argentina que nos pagaba US$6 el millón de BTU, ahora nos estaba pagando US$3. Segundo aguinaldo sin desempleo, pero no es un buen segundo aguinaldo con desempleo.
APU: En la Argentina, un sector del sindicalismo se limitó a reclamar por el impuesto a las ganancias y no entendió que no solo un aumento salariar interesa a un trabajador. ¿Cómo lograron convencer a los trabajadores que un aumento de salario puede ir en contra de sus propios intereses?
AGL: No es fácil, el método que usamos nosotros siempre con los compañeros es hablar con toda claridad, mostrar los números que nos dan los ministerios y decirles cómo actuamos nosotros, cómo actúa el Presidente Evo y su vicepresidente cuando toma una decisión, y decirles que atrás de nosotros no tenemos nada, que les habla un profesor de universidad endeudado con el banco igual que cualquier compañero y que no está cuidando nada por atrás, ni a gente por atrás; es un diálogo de iguales, no es el de la jerarquía de un presidente con los trabajadores. Evo es un sindicalista más y les dice que de acá a unos años él también va a ser un sindicalista más y que va a estar al frente, pero que quiere que sepan que si favorece a unos, a otros compañeros van a despedirlos.
Evo les muestra los datos y les dice “si está mal dímelo, te lo entrego, corrígelo, fíjate qué te dicen tus asesores y si está mal y no va a generar desempleo, me lo muestras y pagamos el segundo aguinaldo. Ponemos las cosas sobre la mesa, debatimos las políticas públicas. Ahí está la diferencia que hemos tenido y saludo la actitud madura de la COB que dijo: lo entendemos, no estamos de acuerdo. Tampoco puede decir menos un dirigente, siempre quiere ganar un poco más, una familia siempre necesita más recursos, pero entendieron de sostenibilidad en términos del empleo.
APU: En la clase que dio en la Facultad de Sociales de la UBA hace un tiempo señaló que el precio de los commodities afecta la soberanía de los Estados. ¿Es muy arriesgado pensar que la baja del petróleo respondió al objetivo de desestabilizar a Rusia, Venezuela y los gobiernos populares de América Latina?
AGL: No, no es loco. Evidentemente hay una serie de fuerzas económicas propias, la fuerte inversión en el shale gas en Estados Unidos, eso se viene haciendo desde hace diez años, hay una base económica, pero sobre esa base que tiene reglas económicas hay un conjunto de decisiones políticas, como por ejemplo, decirle a Arabia Saudita que produzca más y que abarate el precio. Arabia Saudita no necesitaba plata para salir de la pobreza, para construir un hospital, les sobra el dinero. Estados Unidos pudo tomar esas decisiones porque tenía atrás una fuerte inversión en gas y petróleo de esquisto, hay una combinación de soporte económico con decisiones políticas.
No es casual que se hayan tomado decisiones para afectar a Rusia, que comenzó a intervenir en Siria, puso un freno al plan de Obama de tumbar a Assad y quedarse también con Siria como un territorio oscuro, como lo llaman los sociólogos, sin Estado, sin soberanía, para negociar con los pequeños señores de la guerra, como lo está haciendo en Irak, en Libia. Querían también deshacerse de Rusia en la presencia de Siria y tener todo Oriente Medio bajo su control. Igualmente con Venezuela, que es un puñal en el corazón a Estados Unido, con Bolivia. Venían las elecciones, el precio del petróleo en US$27, pasa el referéndum que perdimos, el precio del petróleo a US$48. Hay una manipulación política sobre la base de flujos económicos. Toda la economía se mueve así en el mundo, nada es regla del mercado, eso es un eufemismo para las manipulaciones de carácter político, mientras las cuales se reforma la presencia geopolítica de las potencias en el mundo.
APU: Hay preocupación de que un triunfo de Hillary Clinton implicaría el riesgo de una importante guerra entre potencias. Rusia y Estados Unidos están midiendo fuerzas en Siria ¿Cree que se puede tensar aún más?
AGL: No tengo los suficientes elementos para decirte las posibilidades.
APU: ¿Afecta de la misma manera que gane Clinton o Trump?
AGL: No. En términos generales siempre la política es similar, nos decían que Obama por ser afrodescendiente iba a ser distinto, pero no; pero hay pequeñas variaciones que el político debe saber apreciar.
APU: ¿Cuál puede convenir más?
AGL: (Ríe) No sé bien, no tengo suficientes elementos. De todas maneras, me llamó la atención la información de ayer del famoso cohete Satán 2 de Rusia, capaz de desplazarse a 13.000 km por segundo. ¿Imaginas esa locura? Hay algo que se está moviendo y que nosotros no tenemos información de qué está en juego, pero algo se está moviendo por abajo. Que aparezca el misil Satán 2, que puede transportar cabezas atómicas, me llama mucho la atención, necesitamos más información para saber la conmoción que se está moviendo por abajo, pero sé que algo fuerte se está moviendo, no logro entender, pero se oye ruido por abajo, muy fuerte, hay un temblor de fondo que está viniendo y que anuncia que el mundo va a cambiar, no sé si para bien o para mal, en la siguiente década.
Pensando en el futuro, García Linera también analizó lo que ha aprendido la derecha de nuestro Continente y consideró que eso modifica la lucha de clases de los siguientes años.
“Tenemos una derecha que aprendió de sus derrotas, es como un virus, te da la enfermedad, después te das la inyección, aprende el virus, la siguiente vez que quieras curar con esa inyección no sirve. Aprendió de combinar acción parlamentaria con acción extra parlamentaria, eso antes era un patrimonio de la izquierda, esa era su gobernabilidad, presente en el parlamento y presente en las calles. Tener una derecha con base social movilizada habla de una reestructuración del pensamiento conservador, que manipula, que engaña, lo sabemos, pero mueve base social. Ese es un dato que modifica la lucha política, la lucha de clases en América Latina por los siguientes años. La segunda cosa: el papel de las instituciones del Estado, miremos Paraguay, Brasil, ahora Venezuela, el papel del parlamento y del poder judicial, en unos del parlamento en otros del poder judicial. A veces uno dice: somos países presidencialistas y el mundo en general tiende a regímenes presidencialistas, pero las otras instituciones no las desprecies. En el caso de Brasil el poder judicial es el que ha llevado adelante todo este proceso. Tenemos que tener una mirada total de las instituciones del Estado, no privilegiar la parte presidencial porque es la decisiva, es la ejecutiva, las otras también tienen un papel decisivo en la estabilidad o inestabilidad de los temas políticos”, señaló.