Por Gustavo Figueroa/Periferia
La amenaza descarada del título corresponde a una nota de Periferia de comienzos de mes, que denuncia la violencia de género hacia Natalia Casas, “madre y docente, oriunda de Puerto Madryn”.
“‘Vos tenés fecha de vencimiento’, le gritó su ex pareja Guillermo Sepúlveda. Pero previo a eso Sepúlveda la había envuelto con una frazada y durante varios minutos le dirigió hirientes, certeros golpes de puño sobre el cuerpo.” (…) “Más recientemente este agresor, un ex militar de la armada, ingresó a la casa de su víctima, se llevó la orden de restricción de acercamiento -que pesa en su contra- y le dejó una soga colgada en la terraza, junto a una campera tajeada a la altura de las axilas.”
La nota recorre detalladamente las circunstancias por las que pasó Natalia y el proceso judicial contra su agresor.
“Decide violentarse con todo lo que represente una extensión mía”.
El desenlace, otra vez machista, violento y peligroso, se describe en esta nueva publicación de Periferia que comienza diciendo:
“El juez Baquero Lazcano comprendió que Guillermo Sepúlveda incumplió con la ley y ejecutó, en diferentes situaciones y a través de distintas acciones, violencia de género en contra de su ex pareja Natalia Casas, pero que estos delitos no configuraban una pena efectiva. Guillermo Sepúlveda fue sentenciado a cumplir dos años de prisión en suspenso…”
Recomendamos la lectura de la nota completa para seguir los testimonios, los argumentos de los abogados y la indignante sentencia en otro caso de violencia de género que no tiene salida. Un caso más en que la mujer queda desvalida, indefensa, expuesta a la indiferencia de los que deciden y los golpes y la impunidad de quien la victimiza.