De acuerdo con los sindicatos organizadores, unas 170 mil personas protestaron en todo el país y 40 mil lo hicieron en París, mientras las autoridades rebajan los números a 78 mil y 13 mil, respectivamente.
En esta capital, la multitud partió de la plaza de la Bastilla hasta la de la República, en una marcha encabezada por el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez; el líder de Fuerza Obrera, Jean-Claude Mailly; así como los dirigentes de otras organizaciones sindicales.
El objetivo de la demostración fue exigir la derogación de la ley del trabajo, aprobada en julio cuando el primer ministro, Manuel Valls, recurrió por tercera vez al polémico artículo 49.3 de la Constitución para validar la normativa sin necesidad de someterla a votación del Parlamento, donde el rechazo era mayoritario.
Mientras el gobierno defiende que la legislación permitirá modernizar la situación del empleo en Francia, país con un paro cercano al 10 por ciento, los detractores aseguran que solo beneficiará a las empresas al otorgarles mayores poderes para decidir los horarios de trabajo y los despidos, entre otras cuestiones.
‘No a la ley de los patrones’ y ‘Por empleos más seguros’ fueron algunas de las consignas que protagonizaron la huelga de este jueves, la cual provocó interrupciones en la red de transporte público y la cancelación del 15 por ciento de los vuelos en los aeropuertos de París.
Aunque algunos cuestionan la utilidad de las demostraciones cuando la ley ya está aprobada, los líderes del movimiento aseguran que es posible conseguir su derogación o al menos obstaculizar su implementación en el plano jurídico pues todavía es necesario aprobar decenas de decretos para poder aplicarla.