Ante la aproximación del plebiscito que podrá refrendar los acuerdos de paz en Colombia, entrevistamos al profesor colombiano Gustavo Moncayo, infatigable luchador por la paz y organizador de una gran marcha en defensa de un intercambio humanitario que permitiera la liberación de su hijo, secuestrado durante más de 12 años por las FARC
La entrevista fue realizada por Mariano Quiroga y Edison Burbano, de la Agencia de Noticias Pressenza, para el programa Continentes y Contenidos
Como parte de una serie de entrevistas que venimos realizando sobre los Acuerdos de Paz entre el gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y en apoyo al sí a la paz en el plebiscito que se aproxima, entrevistamos al profesor de Ciencias Sociales Gustavo Moncayo, padre de cuatro hijos y defensor de la paz que comenzó su lucha por la no violencia y los derechos humanos en 2007, cuando desesperado por el hecho de que su hijo Pablo Moncayo llevaba cerca de 10 años secuestrado por las FARC, impulsó una travesía de tres meses desde el sur del país, donde vivía, hasta la capital Bogotá, para demandar la libertad de su hijo. Recorrió el país, así como distintos países de América Latina y el Caribe y Europa, defendiendo una pedagogía de paz, y así logró la libertad de su hijo y de otras personas que se encontraban presas o secuestradas debido al conflicto.
Ante su historia de vida y la firma oficial de los Acuerdos de Paz, que tuvo lugar el 26 de septiembre en Cartagena, el docente afirma que se concretiza la utopía que lo llevó a dejar todo de lado para hacer un trabajo en favor de la libertad de policías, militares y civiles secuestradas/os, así como de presas/os políticos o de otra naturaleza, en una gran lucha humanitaria por el intercambio de guerrilleras/os que se encontraban en las cárceles colombianas por personas secuestradas/os por las FARC. “Fue una lucha que inició el 2007, aproximadamente, cuando tomé la iniciativa de salir a recolectar las firmas de la gente en defensa de ese intercambio humanitario. Mientras vivenciaba 10 años del secuestro de mi hijo, me veía obligado a dejar mi familia y mi trabajo, para recorrer cerca de 1138 km desde el sur del país, donde vivía, hasta Bogotá, con este propósito”, cuenta Moncayo.
Sobre el discurso del líder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, durante la ceremonia de firma oficial de los Acuerdos de Paz, en que hizo un pedido de perdón claro y público a las víctimas del conflicto, Moncayo afirma que este fue un momento de mezcla de alegría y emoción ante todas las expectativas que se tenía respecto al proceso de negociación para la paz. “Me parece que fue un gesto humano y bonito, que conmovió a cientos y cientos de colombianas/os que eran muy escépticos y no creían en esa posibilidad”.
En lo que toca a la polarización que ha generado el debate previo al plebiscito entre quienes defienden el sí o el no a la paz, el docente afirma que el escenario es complejo y preocupante. “Fueron 4 años de negociaciones en La Habana, durante los cuales diferentes comités de víctimas, como agricultores, comerciantes, ganaderos, entre otros, tuvieron la oportunidad de buscar y proponer posibles soluciones, de acuerdo a la tipificación de la situación que vivieron durante la violencia. Sin embargo, de cara al plebiscito, se levantan voces críticas a esas formas de reparación, lo que es una manera de perpetuar la violencia, desconociendo el dolor de la madre que perdió su hijo, de la familia que perdió un ser querido reclutado por la guerrilla, de campesinos, que fueron estigmatizados por diferentes grupos y que tuvieron que abandonar todo, o que fueron masacrados por grupos antagónicos. «Tal vez quien no defiende la paz desconozca qué es despertar con este sobresalto y esta incertidumbre sobre si lo van a matar, y qué es tener que salir del lugar donde se vive llevando todo. Personas que nunca han sufrido estas situaciones ahora empiezan a discutir fríamente si van por el sí o el no en el plebiscito. Pero, las víctimas hemos sufrido con el conflicto, y necesitamos el apoyo de todo el pueblo colombiano y del mundo”, afirma.
Con un mensaje respecto al plebiscito que se aproxima, afirmó que espera que “el sí de la gente retumbe por todos los lados y la gente vaya tomando consciencia de que la paz es más rentable que la guerra”.
Asimismo, sobre la travesía que ha impulsado en defensa de un intercambio humanitario que permitiera la libertad su hijo, Moncayo recuerda la cálida acogida que recibió de la gente en los rincones que recorrió. “A cada paso en que iba caminando y defendiendo una pedagogía de paz, iba recibiendo voces de aliento y estímulo, lo que fue muy hermoso y me impulsó a seguir luchando por la paz y la defensa de los derechos humanos”.
Cuando indagado respecto a la actual situación de su hijo Pablo Moncayo, que estuvo secuestrado por las FARC durante 12 años y medio, comentó que hoy tiene una esposa y una “bebecita” de 3 meses, y está muy feliz. “Espero que la situación siga mejorando y, en el transcurso de los años venideros, podamos rencontrarnos como familia, pues seguimos en la capital desplazados al igual que miles y miles de colombianos que perdieron todo, o incluso han tenido que salir del país debido al conflicto”.
Ha colaborado en la redacción de este artículo Fabiola Munhoz
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