Por Amy Goodman y Denis Moynihan
El jueves pasado se emitió una orden de arresto bajo la cáratula “Dakota del Norte contra Amy Goodman”. La acusación remite al delito de violación de propiedad. ¿El delito que en realidad se cometió? Ejercer el periodismo. Fuimos a la Reserva Sioux de Standing Rock para dar cobertura a la creciente oposición que enfrenta el oleoducto Dakota Access.
Este movimiento de resistencia atrajo atención a nivel mundial después del fin de semana del Día del Trabajo, cuando guardias de seguridad del oleoducto soltaron perros de ataque y lanzaron gas pimienta contra manifestantes pertenecientes a pueblos originarios. Ese sábado, al menos seis palas excavadoras realizaron movimientos de tierra en la ruta por la que se proyecta pasará el oleoducto, en sitios arqueológicos sagrados descubiertos por la tribu. La compañía responsable del oleoducto Dakota Access había tomado conocimiento de la ubicación de dichos sitios el día anterior gracias a un escrito presentado ante la justicia por la tribu. Muchos consideran que la compañía arrasó la zona y destruyó los sitios antes de que se pudiera emitir una medida cautelar que lo impidiera a fin de estudiarlos.
Gran cantidad de personas, en su mayoría nativos americanos, se apresuraron hacia el lugar y reclamaron que la empresa retirara a las excavadoras de los sitios sagrados. Guardias de seguridad lanzaron gas pimienta, golpearon y empujaron a estos defensores de la tierra. También soltaron perros de ataque que mordieron a por lo menos seis personas y un caballo.
El equipo de Democracy Now! estaba ahí y pudimos filmar la violencia de los guardias. Cuando hicimos pública nuestra filmación del incidente, esta se difundió rápidamente y fue vista más de trece millones de veces solamente en Facebook. CNN, CBS, MSNBC y muchos otros medios de comunicación de todo el mundo emitieron nuestras imágenes, en las que se podía observar a uno de los perros con el hocico cubierto de sangre.
Cinco días después del ataque, Dakota del Norte emitió la orden de arresto. La agente especial de la Oficina de Investigación Penal de Dakota del Norte, Lindsey Wohl, se refirió al video de “Democracy Now!” en una declaración jurada. En el escrito afirmó: “En el video se puede observar a Amy Goodman identificándose a sí misma y preguntando a los manifestantes acerca de su participación en la manifestación”. Sí. Precisamente de eso se trata desarrollar la labor periodística amparada por la Constitución.
Delphine Halgand, la directora para Estados Unidos de la organización internacional de defensa de la libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras, redactó: “Presentar cargos por violación de propiedad contra una periodista que está dando cobertura a un importante tema ambiental de significativo interés para la población constituye una amenaza directa a la libertad de prensa y resulta totalmente inaceptable en el país de la Primera Enmienda”. Por su parte, Carlos Lauria, del Comité para la Protección de los Periodistas, agregó: “Esta orden de arresto es un claro intento de intimidar a los periodistas para que no informen acerca de manifestaciones de protesta de interés significativo para la población. Las autoridades de Dakota del Norte deberían salir de esta embarazosa situación, retirar los cargos contra Amy Goodman y garantizar que todos los periodistas tengan la libertad de desarrollar su labor».
Steve Andrist, director ejecutivo de la Asociación de Periódicos de Dakota del Norte, dijo al The Bismarck Tribune: “Resulta lamentable que las autoridades presenten cargos contra una periodista que solamente estaba haciendo su trabajo”. Y agregó: “Esto genera la impresión de que las autoridades intentan silenciar a una periodista para impedirle dar cuenta de una noticia importante”.
Se trata de un tema crucial para el destino del planeta. Se trata del cambio climático y de los derechos de los pueblos originarios frente al poder de las grandes empresas y los gobiernos.
La orden de arresto fue emitida el mismo día en que el gobernador de Dakota del Norte, Jack Dalrymple, convocó a la Guardia Nacional, anticipándose a un fallo judicial que se emitiría el día siguiente. El viernes, el juez se expidió contra la tribu y permitió que prosiguiera la construcción del oleoducto. Quince minutos después, en una medida sin precedentes, el Departamento de Justicia, el del Interior y el Ejército emitieron conjuntamente una carta en la que anunciaron que se negaría la autorización para la construcción del oleoducto en tierras controladas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército hasta que se realicen “consultas formales de gobierno a gobierno» con las tribus afectadas en relación con «la protección de tierras tribales, recursos y derechos establecidos en tratados». La construcción y los bloqueos pacíficos continúan en tierras que no pertenecen al Gobierno federal a pesar de la solicitud del Gobierno de que Dakota Access detenga las obras de construcción de manera voluntaria.
Hay quienes dicen que el periodismo es el primer boceto de la historia. En los últimos veinte años, el sello distintivo de “Democracy Now!” ha sido la cobertura que realiza de los movimientos sociales, porque esos movimientos hacen historia. La resistencia en Standing Rock es una histórica confluencia de miles de personas pertenecientes a más de 200 tribus de Estados Unidos, Canadá y América Latina que se describen a sí mismas como «defensores, no manifestantes”. Representa la mayor congregación de tribus que ha tenido lugar en décadas.
Hasta el momento, no se han presentado cargos contra ninguno de los guardias de seguridad involucrados, a pesar de que en el video se puede observar claramente que agreden a los manifestantes con perros y gas pimienta. Actualmente, la Junta de Investigación y Seguridad Privadas de Dakota del Norte investiga el uso de la fuerza y de perros de ataque por parte de los guardias de seguridad del oleoducto.
Mientras tanto, vamos a hacerle frente a esta acusación penal. La libertad de prensa resulta esencial para el funcionamiento de una sociedad democrática. Autoridades de Dakota del Norte: amordacen a los perros, no a los periodistas.
Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org