Por Ana Molina Meneses (texto y fotografías)
Ayer, ASFADEC (Asociación de Familiares y amigos de personas desaparecidas en Ecuador) en conmemoración al día de las desapariciones forzadas en el mundo, realizó en el país una vigilia denominada “Una luz por los sin voz”. Con antorchas e imágenes de sus familiares hicieron un símbolo, esperando justicia para sus familiares desaparecidos. El encuentro fue en el bulevar de las Naciones Unidas, al norte de Quito.
Telmo Pacheco, presidente de la organización considera que “es una tragedia lo que nosotros vivimos, un fenómeno que va creciendo todos los días”. Esperan con los plantones sensibilizar a la población sobre el problema, difundiendo medidas a tomar para la reducción de casos. Algunas de las recomendaciones es avisar si va a llegar tarde, conocer la ubicación de los familiares, entre otros.
Según la unidad de personas desparecidas de la policía el procedimiento en caso de la desaparición de una persona implica acudir al UPC (Unidades de Policía Comunitaria) más cercano y solicitar la búsqueda inmediata por el sector. Luego, acercarse a la DINASED (Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros) para realizar la denuncia correspondiente. Entre menos tiempo pase desde la desaparición es mejor. Sin embargo, las cifras aumentan y las principales causas -asegura Telmo Pacheco- son la trata de personas, de trabajo y venta de órganos.
En datos de la DINASED, las estadísticas muestran que el 58.8% de desapariciones son por problemas familiares, y que 4.184 casos han sido solucionados. Cifras que para el director de ASFADEC tienen inconsistencias y que no reflejan la realidad. Por eso, la organización solicita la unificación de protocolos y datos por parte de organizaciones del Estado, de modo que la información sea más precisa. La ONU, en una reunión realizada en el año 2010 señala “el aumento de las desapariciones forzadas o involuntarias en diversas regiones del mundo”. La desaparición es un problema global que necesita de acciones en conjunto entre los individuos y los Estados, con el fin de crear sociedades más seguras y menos violentas.
La lucha de Telmo Pacheco inició hace cuatro años nueve meses. Recuerda “como el Pedro Restrepo hacia esos plantones cuando desaparecieron sus hijos”, nunca pensó encontrarse en la misma situación. La desaparición forzada es una situación que le puede suceder a cualquiera.
Con afiches de espejos tratan de mostrar a las personas que la desaparición es un problema de todos y todas, y que merecen una respuesta a cada uno de los casos por parte del Estado. Para ellos, el aumento de publicidad en medios y el debido proceso judicial mejorará la búsqueda. Mientras tanto con pancartas en el suelo, un megáfono y velas difunden sus historias y su desesperación por encontrarlos.