Laura Arau y Anna Gas tienen previsto reunirse con organizaciones y entidades locales para conocer a fondo la situación de la inmigración y de los menores no acompañados de Ceuta y así poder compararlo con Marruecos y Melilla donde se vulneran sus derechos fundamentales.
Por Laura P. Cañero.
Laura Arau y Anna Gas son dos activistas pertenecientes a la plataforma «Rumbo a Gaza» que se han trasladado hasta Ceuta para trazar líneas de colaboración con diferentes entidades ceutíes.
«Rumbo a Gaza» es una organización civil formada por personas y organizaciones que nace en España después de que unos españoles formaran parte de la primera Flotilla de la Libertad en cuya embarcación fallecieron 10 compañeros tras el abordaje ilegal en aguas internacionales por parte del ejército israelí.
Este acontecimiento generó una gran tensión mediática lo que provocó la creación de esta plataforma que se activa en agosto de 2010 y que aún continúa viva. «Rumbo a Gaza» puso en marcha diferentes organizaciones por toda España. En Ceuta un grupo de personas se involucró en la causa pero ya ha desaparecido.
Una vez al año, «Rumbo a Gaza» manda una Flotilla de la Libertad con el objetivo de romper el bloqueo que vive Gaza, de productos y personas, por parte de Israel.
Este año, la gran novedad es que se van a mandar dos embarcaciones formadas únicamente por mujeres. «Entendemos que la mujer dentro de Palestina y en nuestra sociedad ha sido invisibilizada a lo largo de la historia, es el momento de darle el sitio que se merece», asegura Laura Arau.
La Flotilla partirá el 14 de septiembre del puerto de Barcelona.
Mañana, las activistas se reúnen con Caballas y con miembros de Intercultura Ceuta, Jóvenes Caballas y la plataforma Nahnu Maakom, para darles a conocer esta iniciativa solidaria.
Cuál es la realidad migratoria de Ceuta
Además, Laura y Anna que participan en diferentes colectivos sociales como «Pallasos en rebeldía» se encuentran en la ciudad para conocer la realidad migratoria de Ceuta, así como la situación de los menores no acompañados y compararla con la de Melilla y el resto de la Península.
Antes de su paso por Ceuta, estas activistas han vivido unos días en los campamentos donde residen los migrantes en Marruecos. «Viven en una situación inhumana, en la que no disponen de recursos básicos como el agua. Se vulneran todos y cada uno de los derechos humanos», lamenta Anna Gas.
Según Gas, la situación es extrema, «la policía se dedica a quemar los campamentos y a darles palizas», puntualiza.
Al parecer, 1.300 migrantes se encuentran dispersos en los montes de Marruecos. «Los que tienen dinero para pagar una patera viven en campamentos diferentes a los que no disponen de nada y su única esperanza es la entrada a territorio español a través del salto masivo», explica Anna Gas.
De Marruecos las activistas han pasado a Melilla donde la «situación es igual o peor», sobre todo con respecto a los menores. «Cerca de 100 niños deambulan por las calles porque prefieren ese modo de vida al que les propician en los centros de acogida donde incumplen los protocolos de protección al menor».
Ahora, Laura y Anna van a conocer in situ la realidad ceutí para ver si en la ciudad se vulneran los derechos de los migrantes y de los menores.