Por Alexander Escobar
31 de julio de 1999, la fecha es recordada porque marcó la presentación oficial de los paramilitares del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia, más conocidas como las AUC, en el departamento del Valle del Cauca. En el documental Memoria y dignidad campesina, los campesinos del corregimiento La Moralia recuerdan aquel 31 de julio.
“Después que nos tenían aquí en el parque, venían unas personas encapuchadas y empezaron a retirar gente de este grupo y los sacaron hacia la vía de Monteloro, donde sacaron al señor Oliver Urrea, al señor Orlando Urrea y su hija Sandra”, recuerda Pedro Pablo Castañeda, campesino de La Moralia.
Muerte y desolación trajo el Bloque Calima desde la primera incursión en este corregimiento del municipio de Tuluá, donde fueron masacrados Sandra y Orlando Urrea cuando celebraban las fiestas de la Virgen del Carmen. Solo Oliver Urrea sobreviviría, pero igual suerte no acompañó a miles de campesinos de esta región.
Durante cerca de cinco años, hasta su desmovilización, los paramilitares asesinaron en el Valle a más de 2.300 personas y desaparecieron a cerca de cuatrocientas, desplazaron forzosamente a sus habitantes y cometieron crímenes de violencia sexual. Sin embargo, la población asegura que las Fuerzas Militares y de seguridad del Estado no combatieron a los paramilitares mientras masacraban y desplazaban.
Y si el Estado colombiano no combatió a los paramilitares, ¿entonces quién los combatió? Para resolver esta pregunta viajamos hasta La Habana (Cuba) y dialogamos con la delegación de paz de las FARC, organización guerrillera que dialoga con el Gobierno colombiano para poner fin a un conflicto de más de cinco décadas. Hablamos con Pablo Catatumbo, integrante del Secretariado de las FARC, y esto fue lo que nos contó.
“Yo recuerdo con pesar, con tristeza, la ausencia de colaboración de parte del Estado. Ni el Ejército, ni la Policía, ni los alcaldes, ni los gobernadores actuaron en favor de la población civil. Fue la guerrilla la que defendió… Y gracias a esos combates de la guerrilla es que los campesinos de Barragán, de Santa Lucía, de La Moralia, de Monteloro, de Venus, La Diadema, Piedritas, todas esas regiones, La Mesa Ríoloro, tienen tierra hoy en día”.
Pero esto no es lo único que tenía Pablo Catatumbo para contarnos. Asegura el líder guerrillero que además sostuvo conversaciones con los mandatarios de esa región.
“Yo llamé personalmente al Gobernador, llamé alcalde de esa época. Llamé al alcalde de Buga, llamé al alcalde de Tuluá para ponerlo al tanto de esta situación. Con ellos sostuve conversaciones personales, solicitándoles ‘hagan algo, por favor, aquí se está produciendo un genocidio’. Y nadie hizo nada”.
Como dato curioso, y dejando como testigo al periodista Norbey Palacio de Tuluá, Catatumbo también afirma que informó a los altos mandos militares, recordados por actuar en complicidad con el paramlitarismo.
“Yo llamé al general Pedraza en presencia de un periodista, Norbey Palacio, –creo que pertenecía en ese momento al elenco de RCN o de Caracol–, y en medio de un combate, del combate que estábamos sosteniendo con los paramilitares en Barragán, lo llamé. Y le dije: ‘General, qué pasa, aquí hay un grupo de paramilitares que ya asesinaron a 14 personas de manera inerme y cobarde, y nosotros llevamos combatiendo con ellos más de cuatro horas, pero el Ejército no hace nada. ¡Por qué dejan asesinar a la población! ¡Hagan algo!’ El general Pedraza, cuando me le identifiqué, que me dijo ‘quién habla’, y le dije ‘Pablo Catatumbo’, entonces lo que hizo fue insultarme”.
De las más de 2.300 personas asesinadas por los paramilitares, muchas corresponden al centro del Valle del Cauca. Catatumbo afirma que hubieran podido ser muchas más.
“Y por eso yo le puedo decir que más de cuatrocientas personas que asesinaron en Barragán, Santa Lucía, La Moralia, La Marina, todas esas regiones, Alto de Italia, pudieran haber sido más sino hubiera sido porque los guerrilleros de las FARC, los guerrilleros del Jaime Bateman Cayón, nos enfrentamos a esos paramilitares”.
Finalmente el comandante guerrillero sostiene que sin la valentía y entrega del movimiento campesino de la región no se habría logrado derrotar a los paramilitares.
“El movimiento social se recuperó y finalmente asumió la lucha por la defensa de su territorio. Y gracias a esa lucha fue que se pudo, dijéramos, derrotar al paramilitarismo. Pero, le repito, muy pocas regiones tienen el orgullo de decir que el proyecto paramilitar fue derrotado como en Barragán, como en Santa Lucía, como en esa parte del Valle”.
Y como afirma Pablo Catatumbo, los campesinos del Valle del Cauca derrotaron al paramilitarismo. Y cada 31 de julio conmemoraran esa lucha recordando la fecha como el Día de la Memoria y dignidad campesina.