Por la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía
Como consecuencia del intento de golpe de estado del 15 de Julio, fue declarado en toda Turquía el estado de emergencia por tres meses, siguiendo las «sugerencias» del Consejo de Seguridad Nacional.
Declarar un estado de emergencia después de un intento de golpe que tenía el objetivo de suspender totalmente la democracia, no va a resolver ninguno de los problemas del país, sino que sólo servirá para llevar adelante el sistema de gobierno que querían los golpistas.
Turquía está siendo sometida a un estado de emergencia nacional, por primera vez desde el golpe de estado del 12 de septiembre de 1980. Tuvimos estados de emergencia ocasionales a nivel regional hasta el 2002, pero eran sinónimo de asesinatos extrajudiciales, masacres, desapariciones y torturas durante la detención.
Para aquellos que profetizan que «no va a ser así en esta ocasión,» basta echar sólo un vistazo al registro “normal” de acuerdo con las circunstancias legales, para advertir la nueva y grave amenaza para los derechos y las libertades fundamentales.
A partir de un juego de palabras del eslogan que usaba el gobierno en los 80’ «¿Habrá que darles de comer en vez que colgarlos?», apoyando la pena capital ante la Convención Europea de Derechos Humanos, ahora todas las señales indican que el gobierno no está respondiendo al intento de golpe en conformidad con los valores universales y la «democracia».
Que nadie olvide que los golpistas bombardearon el Parlamento del país. La decisión de hacer a un lado a la Gran Asamblea Nacional de Turquía – que dio una respuesta muy fuerte a los ataques de los golpistas – no se puede explicar como «demócrata»; el único término apropiado es el de «contragolpe».
También está claro que los derechos de los trabajadores se ven seriamente amenazados por el estado de emergencia. En un ambiente en el que se ha prohibido toda clase de derechos, los derechos que los trabajadores han venido conquistando podrían ser revocados sin ni siquiera una somera audiencia por parte de la Asamblea General del Parlamento.
Desde confiscar los derechos a recurrir a las indemnizaciones del sistema de retiro individual obligatorio, el gobierno puede empobrecer a los trabajadores y reducir su seguridad en el empleo sin encontrar resistencia ni lucha por parte de los trabajadores, los tribunales o la oposición parlamentaria. Será posible convertir el estado de emergencia en un estado de explotación sin precedentes para el capital.
No se puede categorizar un sistema autoritario de gobierno, carente de cualquier fundamento legal, como una «lucha contra los golpes de estado» con el recurso legal de un estado de emergencia.
Turquía no tiene que elegir entre lo menos malo, entre un montón pérfidos golpistas y dictadores.
Turquía no necesita torturas, ni pena capital, ni estado de emergencia.
Turquía no quiere ver a su Parlamento descartado y desactivado tan eficazmente.
Todas estas violaciones son parte de los objetivos y metas de los golpes de estado civiles y militares.
Lo que Turquía necesita es democracia, secularismo y paz, para toda su gente. Crear un país en el que todos puedan practicar libremente sus creencias, expresar sus pensamientos y vivir con dignidad.
¡Con sus demandas a favor del trabajo, la paz, la democracia y el secularismo, DISK siempre ha estado en contra de todos los golpes y todos los intentos de imponer dictaduras, y lo hará una vez más contra el nuevo estado de emergencia!