Por María José Paredes / Fotos de Pablo Caprarulo para Notas.org.ar
El jueves 21 de julio se conmemoraron 40 años del “apagón de Ledesma”. La movilización en Libertador General San Martín estuvo signada por la lucha de los trabajadores del Ingenio Ledesma y el repudio al gobierno nacional y provincial.
La Marcha del Apagón es un momento del año muy importante en Jujuy, debido a que recuerda uno de los hechos más atroces de la última dictadura militar.
En julio de 1976, las Fuerzas Armadas realizaron numerosos allanamientos en la zona del Ingenio Ledesma, tanto en el pueblo de Libertador General San Martín como en los poblados aledaños de El Talar y Calilegua. Durante estas operaciones fueron secuestradas 400 personas, todos trabajadores del ingenio y vecinos de la zona. Hasta hoy, cuatro décadas más tarde, 33 personas se encuentran desaparecidas.
Entre las personas secuestradas y desaparecidas se encuentra Luis Arédez, quien era el intendente de Libertador General San Martín. Su esposa, Olga Márquez de Arédez, se constituyó en una persona trascendental en la lucha por los derechos humanos en Jujuy. Incluso en muchas ocasiones en soledad, Olga marchaba todos los jueves en su ronda de la plaza de San Martín, acompañando la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, de la cual era una integrante más.
Estos hechos no se podrían haber concretado sin la colaboración activa de autoridades del Ingenio Ledesma. Es por eso que en 2013 se inició un proceso judicial contra Carlos Pedro Blaquier, presidente del ingenio durante las desapariciones, y Alberto Lemos, quien era el administrador en 1976. Este juicio fue el primero que buscaba demostrar las vinculaciones entre sectores de la sociedad civil y las fuerzas militares en la detención ilegal, la desaparición, la tortura, el asesinato de personas y el secuestro y robo de bebes. No obstante, el 13 de marzo de 2015, ambos acusados fueron beneficiados por un fallo de la Cámara de Casación Penal que revocó su procesamiento.
En mayo, Mauricio Macri fue recibido por la familia Blaquier – Arrieta, donde está instalado el Ingenio Ledesma, para presenciar el inicio de la zafra. Esta familia, gran terrateniente del norte argentino, posé más de 160 mil hectáreas en la región.
Jujuy, cuatro décadas después
Las cicatrices y el dolor de estos hechos se acentúan cada año que pasa sin justicia. Este año, además, se vio agravado por la reciente represión contra los trabajadores del Ingenio Ledesma.
Ocho días antes del aniversario, los trabajadores fueron brutalmente reprimidos por la policía de infantería sobre la ruta 34, donde mantenían un corte en reclamo del 43% de aumento salarial. Los trabajadores se mantuvieron en vigilia sobre la ruta 34 (que accede a San Martín y Calilegua) con motivo del arribo de esta fecha. Junto a los organismos de derechos humanos, los trabajadores son los principales organizadores y participantes de estas machas.
Sin embargo, en el corte estaba permitido el paso para quienes se dirigían a la movilización, unos kilómetros más adelante. Pasadas las 16hs, la movilización inicio con una nutrida participación de organismos de derechos humanos, organizaciones sindicales, espacios culturales y organizaciones sociales y políticas.
Aunque la marcha fue más reducida en participación que otros años, en parte por el alto costo del transporte, fue contundente y unificado el repudio al gobierno nacional y provincial. Así lo manifestó a Notas Laura Vilte, hermana de Marina Vilte, detenida y desaparecida durante la Noche del Apagón: “La marcha es la resistencia de todo un pueblo al avance de la derecha neoliberal. Hoy la consigna es resistir y organizarno frente a este modelo macrista que ha venido a destruir los derechos conquistados”.
“La situación de Jujuy es muy grave. Más allá de las diferencias que podemos tener con Milagro Sala, es una detenida política que no tiene sustento su detención. Hoy no hay un Estado de derecho que garantice su juicio”, agregó.
Claudia Ríos, de la organización Tupac Amaru, por su parte, dijo a Notas que “Milagro Sala está detenida desde hace 187 días injustamente por este gobierno. Hasta el día de hoy de todas las acusaciones que le hicieron no hubo ninguna comprobación”.
“La verdad que la marcha es muy emotiva, como todos los años, pero sin el acompañamiento y la presencia de Milagro en la cabecera es un poco nostálgico”, expresó Díaz. “Venimos un año más convocados para acompañar a esta gente que viene con una lucha ya de 40 años y todavía no tienen una respuesta, mientras los genocidas están sueltos”, agregó.
“La ironía es que estos delincuentes han matado y hecho estragos acá en Jujuy pero meten presa a una dirigente que tanto ha hecho por el pueblo. Eso nos causa mucha bronca, un sentimiento muy raro de dolor y bronca. A pesar de eso venimos y esperamos que prontamente haya justicia”, concluyó la militante social.
La movilización incluyó un locro organizado por el Centro de Acción Popular Olga Arédez (CAPOMA). Al concluir el acto de cierre, los trabajadores del Ingenio Ledesma levantaron el corte de ruta para que los manifestantes puedan regresar a sus ciudades. Anunciaron que a las 22hs. del jueves 21 de julio se retomaba el corte, ya que definieron mantenerse dentro del plan de lucha preestablecido.
Los trabajadores de Ledesma
Los trabajadores del sindicato del azúcar del Ingenio Ledesma se mantuvieron apostados en la ruta 34, a 2 kilómetros de la entrada de Libertador. Pablo Lemos, secretario general del Sindicato del Azúcar del Ingenio Ledesma, se refirió a la represión acaecida contra ellos hace algunos días.
“El paro empezó el jueves a las cinco de la mañana. Vinimos acá, nos apostamos acá en la ruta. Después decidimos ir a instalarnos a la planta de gas y comenzaron a reprimirnos. Es una cosa que nunca pensamos que la empresa le iba a hacer a sus trabajadores: reprimirnos con la policía de infantería, con balas de goma, gases lacrimógenos”, describió Lemos en diálogo con Notas. “Estamos en el marco de una conciliación obligatoria nivel provincial, que la empresa presione para que aceptemos o se levanta de la mesa. Vamos a hacer una asamblea y decidiremos qué hacer. Nosotros seguimos en la lucha”, agregó.
Con el apoyo de los manifestantes y el recelo de los gobernantes, los trabajadores de Ledesma, secuestrados, torturados y desaparecidos hace 40 años, hoy vuelven a demostrar su capacidad de lucha por condiciones de vida digna para el pueblo jujeño, en una provincia que continúa gobernada por terratenientes y los empresarios.