Por María Cros Bautista / Antonia Utrera
Barcelona (España)
Poco espacio va quedando para las medias tintas, el Si y el No, se nos aparece cada vez más radicalizado. Nuevas vestiduras para cubrir viejos fascismos van ocupando sus asientos en el escenario político mundial. Pareciera que hubieran surgido de repente, como por generación espontánea, pero sabemos que no, que solo es manifestación de viejas formas mentales anti-humanistas que no han transformado, sino que siguen acechando como lobos, en cada rincón de la historia. Este anti-humanismo toma la forma y medida del miedo que todavía habita en el ser humano.
Al mismo tiempo aparecen nuevas formas no-violentas como respuesta a situaciones de opresión y desdicha. Es el Si visible, que decide abrirse paso, salir a la palestra. ¿Acaso estas formas aparecen por generación espontánea? Sabemos que no, que lo verdaderamente humano, la empatía y la compasión por aquellos que sufren injusticias y desigualdades, sigue latiendo en muchísimas personas y aparece una y otra vez como manifestación de lo mejor del ser humano.
El pasado 11 de julio, una fotografía se hacía viral. El escenario, Baton Rouge, Luisiana, Estados Unidos. Una joven afroamericana de 28 años; Leshia Evans, participaba en una manifestación en protesta contra la violencia racial y la brutalidad policial hacia los afroamericanos. Con solo su actitud pacífica consiguió detener a los policías. Más tarde, se supo que Leshia Evans es madre de un niño de cinco años. La mujer, enfermera de profesión, decide participar en la protesta porque desea un futuro mejor para su hijo, según manifestó a varios medios locales. Fue el fotógrafo estadounidense Jonathan Bachman el autor de esta fotografía memorable, publicada mas tarde en la agencia Reuters.
Similar imagen, unos meses antes, el pasado 1 de Mayo, en Borlänge, Suecia. Esta vez se trataba de una marcha neonazi. Mª Teresa, Tess Asplund, de 42 años y madre de dos hijas, decidió actuar cuando supo que partidarios de un movimiento neonazi marcharían por las calles del centro de Suecia. Armada solo con la fuerza de su mirada, cara a cara frente a los tres dirigentes nazis que encabezaban la marcha, alzó su puño como símbolo de resistencia. Frente a ella, decenas de filas de hombres con la cabeza rapada y uniformados con una camisa blanca y corbata verde haciendo gala de sus posiciones radicales en una marcha autorizada y rodeada de fuertes medidas de seguridad. Tess Asplund es una activista por los derechos de los inmigrantes, nacida en Cali (Colombia) y adoptada cuando tenía tan solo siete meses por una familia sueca. El autor de la fotografía fue David Lagerlöf, fotógrafo de Expo, organización que lucha contra el racismo en Estocolmo.
También en Turquía, Estambúl, hemos podido ver a cientos de manifestantes inmóviles y en silencio durante horas, “ciudadanos de pie”, que plantados, sin hablar ni moverse, en calles y plazas, demostraban su rechazo al gobierno y la represión desmedida por parte de las fuerzas policiales.
Con esta imágenes de activismo desde la no-violencia, rememoramos las palabras de Walt Whitman :
“Me celebro a mí mismo,
Y cuanto asumo tu lo asumirás,
Porque cada átomo que me pertenece, te pertenece a ti también”
En una democracia, decía Whitman,”el individuo es más individuo cuanto más seguro está de sí mismo y más piensa en sí mismo como parte integrada de la comunidad”. Celebremos pues con orgullo y alegría la fuerza de estos hombre y mujeres valientes, seguros de sí mismos, que con su acción no-violenta enfrentan la desigualdad en defensa de sus congéneres, porque todos somos Uno.
Mark Nepo, filósofo y poeta neoyorkino decía: “Ser fieles a lo que somos no significa ser combativos, tiene más que ver con buscar la paz afrontando nuestra experiencia”. Hagámoslo pues, busquemos la paz, con coraje, como estos hombres y mujeres que creen en sí mismos, que actúan accionados por su claridad interior, como otros tantos valientes de corazón que les han precedido, como Rosa Parks, la mujer negra que se negó a ceder su asiento a un hombre blanco, como Nelson Mandela que luchó contra el apartheid, como Mahatma Gandhi, figura central del movimiento de independencia indio y tantos más, todos ellos grandes activistas de la no-violencia que a lo largo de la historia han abogado en la lucha por los derechos humanos.