Por Raquel Paricio y Pilar Paricio
Barcelona ha contado con tres jornadas de actos encabezados por el ex-ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis, organizadas por Barcelona en Comú.
“La Unión Europea es un proyecto antidemocrático, que impone leyes a los gobiernos de los países miembros, secuestrada por los mercados. El Eurogrupo ha puesto todo al servicio de la deuda, eliminando los derechos sociales políticos y civiles. El Estado social en el que hemos vivido hasta ahora se basa en el crecimiento ilimitado.”
Con este manifiesto y en en las puertas de unas próximas elecciones españolas, las sesiones organizadas por Barcelona en Comú en la ciudad catalana con Yanis Varoufakis han dado un nuevo aliento a imaginar nuevas formas de afrontar el actual régimen político y económico europeo. La fuerza de la unión de ciudades rebeldes, se forja como el próximo eslabón de cambio desde abajo, empezando por los barrios y la ciudad.
El contexto
Barcelona está en el punto de mira de Europa y desde aquí se abre la necesidad de abrir un debate europeo de transformación conjunta de las instituciones y sus modos caducos y opresores.
Una vez más se apela a los problemas fundamentales: Democracia real; lucha contra el TTIP; el auge de la extrema derecha en el norte de Europa; la precariedad económica y laboral; crisis de refugiados, en un marco de no respeto por los derechos humanos; la constante asfixia que los grandes poderes ejercen sobre la soberanía popular; la persecución constante de crecimiento material sin límites; las políticas de austeridad por parte de gobiernos estatales pactadas entre las instituciones europeas; la prima de riesgo ejerciendo un papel corrector de la voluntad ciudadana cada vez que un país se aleja del mandato del déficit cero; el papel de la mujer en la construcción social.
Ante este escenario, se crea la necesidad de articular el modelo de ciudades rebeldes, que son todas aquellas que apuesten por declararse en lucha contra todas estas injusticias sociales.
Se habla de cómo articular una dinámica que ayude a la construcción de estados supramunicipales. Que la ciudad plante cara a los poderes fácticos, ya sea desde dentro o desde fuera de las instituciones.
Red de movimientos europeos
Varoufakis en sus intervenciones apela a la red de movimientos europeos, para desde abajo hacer frente a un escenario que se enfrente a la derecha y ultraderecha que se está produciendo en los estados del Norte. Que se enfrente al declive de la UE.
Francia es un enclave geográfico puente entre este sur y norte de Europa. Aunque el término Europa, entendiéndola en sus actuales fronteras geográficas chirría en muchas mentes. ¿Por qué no hablar de una Mediterránea?.
“No necesitamos crear un nuevo movimiento, ya hay muchísimos movimientos que se han movilizado los últimos años, y con ellos hay que contar para dar el giro”, expresa Varoufakis.
Desde el movimiento Nuit Debout en Francia, con una conexión potente con las redes del 15M, se ha abierto una brecha de reconfiguración de la situación política en Europa. El 15M tras sus cortos cinco años de historia ha dejado sus frutos y huella ciudadana, siendo modelo europeo por lo que de ahí se ha generado: se han creando numerosos grupos, movimientos, mareas, mareas de mareas, etc, que no han parado su lucha desde abajo. Y además ha creado el poso para un importante cambio en el modelo político.
Las preguntas y respuestas de Varoufakis
¿Podemos seguir creciendo continuamente? ¿Cómo podemos revertir este sistema? hace falta volver al estado nación? ¿Cómo podemos contribuir a modificar esta Unión Europea que no nos gusta desde las instituciones? ¿Qué podemos hacer desde los movimientos municipalistas? ¿Qué podemos hacer desde una red de ciudades rebeldes?
Los ciudadanos no se sienten con fuerza para cambiar Europa pero si su barrio o su región. Volver a los estados nación no es la solución. Los humanos son fruto de la polis y la polis refleja la región en la que actúas en la que te relacionas. Actualmente la mayoría de nuestras leyes se determinan en la unión europea, nuestros jóvenes viajan por toda la UE para estudiar o encontrar trabajo. La UE es nuestra región, nuestra polis. Si una fuerza progresista gana las elecciones en un país el Eurogrupo obliga a esta fuerza a comprometerse, a respetar los acuerdos que ese país tenía anteriormente con él.
Esos acuerdos limitan la posibilidad de cualquier cambio a una fuerza progresista. Ante esta situación tenemos que hacer actos de desobediencia gubernamental. Las fuerzas progresistas tienen que comprometerse a realizar una campaña de desobediencia gubernamental al Eurogrupo. La unión europea es un cartel de burócratas y banqueros pero la solución no pasa por desintegrar a la unión europea sino por democratizarla. Hemos de estar dentro de la UE y contra la UE, si se desintegra la Unión Europea aumentan las fuerzas xenófobas, capitalistas, discriminatorias…. Hemos de usurpar la UE mediante la red de ciudades rebeldes, estar dentro pero en contra, no dar la espalda a la UE. Si en las próximas elecciones españolas gana un partido progresista, amenazarán con la asfixia bancaria y la respuesta ha de ser no pagar los bonos al banco central europeo. La solución no es salir del euro. Europa necesita un plan humanista sostenible y democrático. En estos momentos Europa no tiene ningún plan. Necesita cambiar la relaciones de producción cambiar el capitalismo. Tenemos una crisis de exceso de dinero, nunca habíamos tenido tanto ahorro en el mundo pero al mismo tiempo hay un nivel bajo de inversión, hay que movilizar los ahorros, estabilizar la economía. Se necesita la socialización de las empresas ya que los gobiernos no tienen dinero para nacionalizar los bancos o las empresas.
#PensemEuropa