Lourdes Lucía, fundadora de ATTAC, dice en esta entrevista de Emilio Martínez para Diario Crítico: «Luchar por las cosas que son justas es la única forma de progresar, pues mirar para otro lado es complicidad con las injusticias»

 

A través de Attac España

Es una de las mayores activistas sociales, muy presente en el nacimiento del 15-M, y siempre comprometida con los desfavorecidos, amén de una de las fundadoras del movimiento ATTAC en España. Todo ello a añadir, como la intelectual que es, a sus diversas actividades profesionales como abogada, escritora y máxima responsable de la editorial ‘Clave Intelectual’, también con sede en Argentina y con una clara vocación hispanoamericana, que se dedica fundamentalmente a libros de análisis de los temas y problemas de mayor actualidad. Pongamos que se habla/escribe de Lourdes Lucía, a la que no gusta esta democracia “en la que mandan los poderes financieros” sobre los políticos, pero no por ello tira la toalla, sino que anima a continuar la lucha.

-LLeva mucho tiempo en la pelea por mejorar España y el mundo, ¿cuál es el breve balance?

-Siempre se avanza aunque no se consiga todo. Merece la pena luchar por las cosas que son justas: primero porque es la única forma de progresar. Segundo, porque no hacerlo, mirar para otro lado, es una forma de complicidad con las injusticias. En estos momentos la situación del mundo es complicada, hay muchas sombras. Diríamos que vivimos tiempos grises. También lo es de la España, pero hay cosas esperanzadoras: hay nuevos gobiernos municipales (en las ciudades más importantes), que están defendiendo los derechos de la gente. Hay nuevos y nuevas representantes en el Congreso, desde las plazas se ha conseguido entrar de alguna forma en el Congreso, sin mayoría, pero con una buena representación. Yo espero que esto se note y estoy segura de que al menos acercará a la gente a sus representantes. Habrá más transparencia y el Parlamento ya no será el coto cerrado de políticos y partidos tradicionales alejado y separado de la sociedad que ha existido en los últimos años.

-En el terreno de lo conseguido con esa dedicación, queda claro que ATTAC, con su petición de impuestos a las transferencias financieras, sí ha logrado que se avance mucho en este aspecto, ¿no?

-ATTAC forma parte de un movimiento internacional que nació para denunciar un sistema que ha llevado la financiarización a todos los aspectos de la vida. En España empezamos a trabajar en el año 2000. Llevamos, por tanto, 15 años denunciando cosas como los paraísos fiscales, la desregulación total de los movimientos de capitales, las privatizaciones de los servicios públicos, la mercantilización del planeta que está en grave peligro. Hemos denunciado, y espero que lo sigamos haciendo, que el mundo se ha convertido en una mercancía y que otro mundo es posible. Hemos conseguido que gran parte de estas cosas estén en el debate social y en los programas de algunas fuerzas políticas. Escuché a Pablo Iglesias en la televisión hablando de la necesidad de establecer un Impuesto a las Transacciones Financieras. Es un gran paso, pero no hay que engañarse, hoy por hoy el poder lo tienen los grandes grupos empresariales, financieros y bancarios. Me gustaría decir también que ATTAC, como asociación, no se propone formar parte del poder ni de las instituciones. Es un movimiento plural que no recibe ningún tipo de subvención y mantiene su total independencia para denunciar este sistema de especulación financiera. Nuestra labor es pedagógica y de movilización social.

-Me consta su apoyo y protagonismo en el 15-M, ¿cuánto hay de sus peticiones en Podemos?

-El 15M es una cosa y Podemos otra. Y los primeros que lo dicen son lo/as de Podemos. Entiendo que el 15-M fue una explosión de indignación y también de ilusión, júbilo y esperanza. Todo el mundo expresaba en la calle libremente lo que sentía. Nos encontramos gente con ideas a veces opuestas, pero a todas nos unía la necesidad de denunciar una situación irrespirable y de soñar con otro mundo distinto. Empezamos el 15 de mayo de 2011 en Madrid con una gran manifestación. Yo participé en la pancarta de cabecera y luego intervine en la Puerta del Sol leyendo el saludo de José Luis Sampedro. Ese día fue el inicio, pero lo importante vino luego: la acampada y de ahí las asambleas, los debates, las movilizaciones… Luego surgieron las mareas y más tarde nació Podemos. Todo es fruto de una evolución pero cada cosa es distinta de la otra.

-El éxito del 15-M, al margen del nacimiento de Podemos, es que ha cambiado hasta a los partidos de toda la vida, ninguno de los cuales, ni siquiera el PSOE, lo apoyó, ¿es así?

-Por supuesto que ninguno (subrayo lo de ninguno) de los partidos parlamentarios existentes entonces, fueran grandes o pequeños, apoyó como tal partido el 15-M. Podemos nace con el lema de “Convertir la indignación en cambio político”, con el claro propósito de llevar no solo la indignación sino propuestas de cambio a las instituciones. Y se suma una gran parte de la gente que estaba participando en las asambleas del 15-M, pero lógicamente no toda. Hace poco hemos publicado un libro ‘La encrucijada española’, de Pedro Brieger, un periodista argentino que ve desde la distancia lo que está pasando en España. Ha entrevistado a muchas personas de partidos, analistas políticos o nuevos alcaldes. Solo falta el PP porque no accedió a participar. Es muy interesante la visión que se da, por los propios entrevistados, del 15-M y de Podemos.

Quizás por esa falta de apoyo y por la trayectoria del PSOE cuando ha gobernado, se coreó en tantas marchas del 15- M y otras aquello de “PSOE y PP la misma mierda es”. ¿Estaba usted de acuerdo?

-Es una consigna pero tiene algo de verdad. Digamos que, en mi opinión, la defensa de los derechos civiles no es la misma. El PSOE los defiende más que el PP, pero en las políticas económicas, por desgracia, no ha habido ninguna o casi ninguna diferencia. Esto se ve claramente en la Unión Europea, donde populares y socialistas votan siempre lo mismo en cuestiones de las que la prensa no habla apenas pero condicionan nuestra vida y nuestro futuro, por ejemplo el TTIP (el Tratado de comercio e inversiones entre Estados Unidos y Europa), que se está negociando ahora o el Mercado único de Capitales, que dejará aun más libertad a los movimientos de capitales y que según algunos economistas, de aprobarse, creará una nueva burbuja crediticia que puede llevarnos a una crisis peor que la de 2007.

-Otra diferencia puede ser el trato a la Cultura, un asunto en el que le he escuchado decir que el PP ha sido y es el mayor enemigo de la Cultura, dura opinión que, claro, supongo mantiene.

-Por supuesto, el PP ha hecho mucho daño a la cultura en general, también a la lectura. En Madrid se han eliminado bibliotecas públicas, se han cerrado escuelas de música y un montón de cosas más que ha originado protestas y mareas reclamando otra política cultural. Con el nuevo Ayuntamiento están cambiando, afortunadamente, algunas cosas: por ejemplo, se ha aumentado el presupuesto para bibliotecas. Es normal que dirigentes del PP critiquen tanto la túnica de un rey mago: va con su ADN, entre otras cosas porque piensan que tienen el monopolio de la verdad absoluta y la imponen como dogma, como doctrina. Adoctrinan, siempre lo han hecho y les gustaría seguir haciéndolo, es algo que les viene del franquismo. Digo que me parece normal eso en estos dirigentes del PP. Lo que no me parece tan normal es que les apoye la prensa, que hablen de la ropa que llevaban los Reyes Magos en la cabalgata y no digan nada, por ejemplo, de que por primera vez se han suprimido los asientos de los privilegiados, de los niños ricos, y se hayan destinado a todo tipo de personas. Esto sí que me parece un paso adelante del que la prensa apenas se ha hecho eco.

-Y, hablando de cultura y lectura, usted dirige una editorial. ¿Es romanticismo o se gana dinero con ella?

-Llevamos cuatro años, pronto cumpliremos cinco y de momento hemos conseguido mantenernos. Eso es lo importante. Creo que cumplimos una función social porque publicamos libros que sirven para pensar, opinar y tener criterio propio ante lo que pasa en el mundo que nos rodea. Pero es difícil, las nuevas tecnologías están cambiando los hábitos de ocio y estamos a caballo entre las costumbres de siempre y nuevas ofertas. Esto no es bueno ni malo, siempre ha sido así. La ciencia y la tecnología han evolucionado a lo largo de la historia. Y en este último siglo a una velocidad mucho mayor. Eso es así y en mi opinión es algo muy esperanzador.

– Usted nació en el Sahara y me parece obligado preguntarle por los nacionalismos en general y por el problema soberanista de Cataluña en particular?

– Sí, nací en el Sáhara y de una familia cuya rama materna, muy amplia, es vasca, no de ocho apellidos sino hasta la generación de mi madre, con todos los apellidos vascos. Podría defender, por tanto, que somos distintos y todas esas cosas. Pero no creo ni defiendo eso. Yo creo que el progreso de la humanidad se ha debido en gran parte al mestizaje. Me gustan las puertas abiertas no las murallas cerradas, no me gusta que haya fronteras para las personas (menos cuando a los capitales se les abren todas las puertas). Y es por esto precisamente por lo que defiendo el derecho a que los pueblos decidan. Creo que no hay que tener miedo a las urnas ni a que la gente se exprese y a que decida la mayoría. Y en la situación de España, creo que es imprescindible ejercer este derecho. Esto vale también para Cataluña, donde se ha impuesto unilateralmente, sin apoyo de la mayoría social, una línea de independencia. Es necesario que toda la población ejerza su derecho a decidir.

– ¿Puede influir o presionar este asunto catalán para un gobierno de coalición PP-PSOE-Ciudadanos?

-Quien quiere esa gran coalición es la Troika. Son los poderes financieros. Y no es por el tema nacional sino para seguir realizando unas políticas de recortes sociales y de beneficios fiscales y económicos para los privilegiados económicos. La coartada que van a usar es la que les brinda el que “España se rompe”, “La unidad de España”, la estabilidad y ese tipo de argumentos. El PSOE tiene que decidir hacia dónde quiere ir. No se puede engañar a la gente y salir indemne.

-Dígame por último si es real esta democracia de Occidente en la que los poderes económicos son los que mandan de verdad. ¿Hay alternativa a corto plazo?

-No, no es una democracia real. Mandan los poderes financieros y no los representantes elegidos democráticamente, aunque sean elecciones con muchas limitaciones democráticas. A corto plazo, los nuevos ayuntamientos democráticos de Barcelona, Madrid, Cádiz, etc., están demostrando que sí se puede. Se han parado desahucios, se han hecho planes de emergencia social, se está frenando en la medida que se puede la corrupción… Por eso les atacan y difaman tanto, sobre todo a personas como Manuela Carmena o Ada Colau, que están siendo una esperanza para el mundo. A pesar de todo, insisto, hay que seguir en la lucha porque sin ella sería peor.

El artículo original se puede leer aquí