Hoy se ha aprobado un acuerdo tras una “discusión general” de la OIT sobre el trabajo decente en las cadenas mundiales de suministro, que pone en marcha un proceso que podría dar lugar a una norma jurídica que mejoraría la vida de millones de trabajadores y trabajadoras de las cadenas mundiales de suministro.
La OIT estima que el número de puestos de trabajo en las cadenas mundiales de suministro en 40 países ha aumentado de los 295 millones existentes en 1995 a 453 millones en 2013. Más de una quinta parte de la fuerza de trabajo del mundo entero ejerce un empleo en una cadena mundial de suministro. Existen otros millones más de trabajadores y trabajadoras ocultos.
La CSI reveló la existencia de una mano de obra oculta de 116 millones de trabajadores/as en las cadenas mundiales de suministro de solo 50 empresas multinacionales, es decir, el 94% de la fuerza laboral de sus proveedores. La mayoría de las empresas no aceptan asumir la responsabilidad de pagar un salario mínimo vital, de velar por la seguridad en el empleo ni por condiciones de trabajo decentes.
Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional, comentó a este respecto: “Es esencial un convenio que exija a los gobiernos hacer que las empresas asuman esta responsabilidad, y estas conclusiones permiten continuar este debate. La CSI continuará defendiendo ante los gobiernos que una legislación que obligue a las empresas con sede en sus países a hacerse legalmente responsables exigiéndoles la ‘diligencia debida’ a todo lo largo de su cadena de suministro podría llenar un vacío en la gobernanza mundial”.
Tras el debate de la OIT se acordó un comunicado conjunto de los empleadores, los trabajadores y los gobiernos sobre la manera de promover el trabajo decente a través de los numerosos niveles que conforman las cadenas mundiales de suministro. Un examen formal de las lagunas y las normas de gobernanza podría ahora llevar a reforzar las normas existentes y buscar nuevas normas internacionales destinadas a proteger a los trabajadores/as en las cadenas de suministro.
La confirmación de los acuerdos internacionales entre los empleadores y los sindicatos mundiales es un reconocimiento del cambio en la economía mundial y del papel que podría desempeñar la OIT. El apoyo de la OIT a la mediación y la solución de conflictos, incluyendo un asesoramiento técnico para los mediadores nacionales, de las Directrices de la OCDE sitúa a la organización en una posición fuerte para promover el trabajo decente.
“Es preciso que las cadenas mundiales de suministro impliquen transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas, no un trabajo inseguro, inestable y de bajos salarios.
“Las cadenas mundiales de suministro conllevan malas condiciones de trabajo y explotación para millones de trabajadores y trabajadoras. Más de una quinta parte de la población mundial ocupa puestos de trabajo donde los largos horarios, las condiciones de trabajo peligrosas, el trabajo forzoso y los bajos salarios se han convertido en la norma.
Las lagunas en la gobernanza han permitido a las empresas y a los gobiernos desarrollar un modelo de negocio global que se basa en la explotación de los trabajadores y las trabajadoras”, señaló Sharan Burrow.
Los próximos pasos de este proceso será crear un comité de expertos al que se le pedirá:
- Evaluar las deficiencias que dan lugar a los déficits de trabajo decente en las cadenas mundiales de suministro;
- Identificar los problemas más relevantes de gobernanza para hacer posible el trabajo decente en las cadenas mundiales de suministro;
- Considerar qué tipo de orientación, programas, medidas, iniciativas o normas se requieren para promover el trabajo decente y/o facilitar la reducción del déficit de trabajo decente en las cadenas mundiales de suministro.
Catelene Passchier, portavoz de los trabajadores en las negociaciones de la OIT expresó su apoyo a los resultados, pero indicó el desafío que queda por delante: “Todos están interrelacionados, pero nadie es responsable. Necesitamos responsabilidad y gobernanza, en particular de parte del ‘empleador económico’, es decir, la empresa que encabeza la cadena de suministro. Necesitamos normas que se apliquen hasta el último eslabón de la cadena de suministro. No puede haber ninguna excusa, ninguna excepción, o acusar de los abusos a la dirección local solamente porque es un subcontratista o se encuentra lejos del país de origen”.
Existe un apoyo abrumador de parte de la opinión pública para que se tomen medidas en relación con las cadenas mundiales de suministro. La Encuesta Nuevos Frentes de 2016 de la CSI reveló que el 82% de las personas encuestadas consideran responsables a las empresas de las actividades de sus subcontratistas y el 77% quieren que las empresas se muestren abiertas y transparentes en lo que se refiere a sus subcontratistas en las cadenas mundiales de suministro.
La CSI representa a 180 millones de trabajadores y trabajadoras en 333 organizaciones afiliadas nacionales en 162 países y territorios.
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