Palabras de Tony Robinson
El evento del domingo pasado en el que se mató a personas LGBTI no es nada nuevo. Hemos sido asesinados por siglos. Cada día en alguna parte del mundo se nos asesina por el crimen de amarle a alguien, o de querer amarle a alguien que es de nuestro mismo género, o por haber nacido con una anatomía que no corresponda a nuestro género, o simplemente por no ajustarnos a los estándares sexo-genéricos “aprobados” socialmente.
¿Cómo podemos entender lo ocurrido en Orlando? ¿Cómo puede ser que un ser humano sea capaz de acabar con las vidas de tantos otros seres humanos? ¿Cómo se puede encontrar algún sentido en tal acción? ¿Cómo podemos encontrar la reconciliación con tal evento? Y, ¿cómo podemos poner una mirada humanizadora sobre la piel de esta monstruosidad?
Estas preguntas nos inquietan hoy.
Lo que sí sabemos es que estas muertes de miembros de nuestra comunidad internacional no son las únicas muertes injustas esta semana. Cada día, miles de seres humanos se muere injustamente: guerras, pobreza, enfermedades tratables, odio de otros debido a la religión, violencia doméstica, violencia de género, trata de personas, y una larga etc. Todas estas muertes se suman a las muertes de nuestros hermanos y nuestras hermanas en Orlando. Reconocemos que hasta que nuestra sociedad no se despierte y diga que ninguna de estas muertes es justificable, continuarán repitiéndose día tras día.
Para que esto deje de suceder, el primer paso es que tenemos que decir, “basta”. La discriminación, la violencia y la muerte llevan solamente a más discriminación, más violencia y más muerte. Corresponde a cada uno de nosotros parar este ciclo. ¿Cómo hacerlo? Con un acto intencional: tomar la decisión de parar aquí mismo y desde mi mismo, toda discriminación y toda violencia.
Este ciclo de violencia para cuando, intencionalmente, revisemos nuestras propias vidas y aprendamos a reconocer la discriminación y la violencia que cada uno de nosotros ejercemos hacia otros, cuando los tratamos a los demás de una manera en la que no nos gusta ser tratados.
Este ciclo para cuando la violencia en su forma física, económica, psicológica, moral, en fin, la violencia en todas sus formas, nos produzca repugnancia, verdadera repugnancia física. Este ciclo para cuando decidamos responder a la violencia con un acto, también intencional, de no violencia.
Les invito a que reflexionemos sobre esto, a que tomemos un momento para meditar y pedir desde lo más profundo de nuestros corazones para que la noviolencia y la no discriminación se manifiesten en nuestras vidas personales, en nuestras relaciones con nuestros seres queridos y amigos, y en la sociedad en su conjunto.
Les invito a respirar profundamente, a concentrar en sus corazones y desde allí, desde el centro de toda emoción, les invito a pedir:
Para que las almas de los muertos en Orlando encuentren la paz,
Para que las familias y amigos y amigas de los muertos y heridos en Orlando puedan encontrar la reconciliación y el sentido en toda la maldad que hayan experimentado
Para que cada uno de nosotros busque, encuentre y comprenda las raíces de nuestra violencia interna y elija un nuevo camino: el de la no violencia y la no discriminación.
Finalmente, en este estado de paz interna, tomemos un breve instante para pedir por el bienestar para nosotros, nuestros seres queridos, nuestra comunidad LGBTI, nuestros amigos y amigas, y para la sociedad en su conjunto.
Para todos y todas, de todos y todas nosotros de Espacio No Violento, mandamos nuestros más profundos deseos y abrazos de paz, fuerza y alegría.
(Fotos: Walker Vizcarra)