Actualmente la moneda está casi totalmente vacía, es tan solo la promesa de la banca privada de pagarla con la moneda plena, es decir, aquella del Estado que es garantía de la riqueza de la nación.

Entrevista de Leopoldo Salmaso a Konstantin Demeter, del Comité de la Iniciativa Popular [1] para la Moneda Plena.

Leopoldo Salmaso: ¿Qué quiere decir “Moneda Plena”?

Konstantin Demeter: Cuando se hizo la recolección de firmas para la iniciativa Moneda Plena, la primera reacción ante dicha expresión solía ser de sorpresa seguida por la pregunta: “pero cómo, ¿así que hoy tenemos una moneda vacía?” Efectivamente, es así o casi. En Suiza, la moneda es “plena” al 2,5%, al 1% en la eurozona, según las reservas obligatorias respectivas, o al 13%, respectivamente al 18% en la eurozona, según el dinero líquido creado por los respectivos bancos centrales. La moneda plena es un medio de pago legal completo, emitido por el Banco Central suizo. Hoy, la moneda electrónica no lo es, aunque de facto se la trate como tal. El dinero de nuestras cuentas corrientes es nada más que una promesa de los bancos de entregarnos dinero líquido siempre que nosotros se lo pidamos. Por esta razón, ese dinero no es seguro. En caso de crisis financiera o de quiebra de un banco, esta promesa eventualmente no puede cumplirse y los clientes pierden su dinero o el Estado tiene que rescatar al banco, es decir, los contribuyentes. En un sistema de moneda plena, el Banco Central crea todo el dinero de manera que lo que hay en nuestras cuentas corrientes ya no es solo una promesa, sino que existe realmente. Además, las cuentas corrientes se administran fuera del balance y así no caen en el volumen en quiebra. Conclusión, ningún banco será “demasiado grande como para quebrar”, porque ya no será posible que una quiebra comprometa el tráfico de pagos. Las cuentas corrientes simplemente se transferirán a otro banco, sin que los clientes pierdan su dinero.

LS: ¿Cuál es el objetivo de la iniciativa que ustedes lanzaron?

KD: El objetivo primordial de la iniciativa es restablecer el derecho exclusivo del Estado para crear dinero. Si se acepta la iniciativa, el Banco Central suizo creará toda la moneda denominada “francos suizos”, por lo tanto también creará el dinero escritural emitido actualmente por la banca privada. El dinero recientemente creado se pondría en circulación por vía del gasto público o depositando de 500 a 1000 francos al año a cada ciudadano, sin que constituya una deuda y sin que se deba pagar intereses por este dinero. En contrapartida, el Estado podrá volver a beneficiarse del señorazgo [2] (beneficio por la creación monetaria), que hoy está inutilizado. El dinero escritural que hoy se encuentra en circulación se reciclará en un plazo de alrededor de 10 a 15 años y se convertirá también en moneda plena, y esto se tornará también en un beneficio para la comunidad. Para poder garantizar la independencia del Banco Central de la política y la economía privada y para poder conferirle una legitimación democrática más amplia, la iniciativa le otorga un estatus semejante al del Tribunal Federal y prevé una revisión de su forma jurídica como asimismo del Consejo del banco, de la Dirección General y de las modalidades de elección.

LS: ¿Tuvo alguna experiencia de oposición o de boicot? En caso afirmativo, ¿de quienes?

KD: Nos sorprendió el rechazo precoz de esta iniciativa de parte de Avenir Suisse, el grupo de expertos influyente y liberal creado por las grandes empresas multinacionales suizas. Publicó una crítica negativa incluso antes de que se lanzara la recolección de firmas, lo que es muy poco habitual. Al comienzo de la recolección de firmas, nos esperábamos más un silencio que impidiera una atención inútil. Interpretamos este rechazo anticipado como un cumplido, puesto que mostraba la importancia de la iniciativa y revelaba el miedo de los adversarios. Sin embargo, las objeciones de Avenir Suisse, igual que las que publicó la Asociación Suiza de Banqueros en el penúltimo trimestre del año pasado, no tienen fundamento y están dirigidas sobre todo a alimentar temores injustificados. Como era de suponer, el Consejo Federal acaba de rechazar la iniciativa con los mismos argumentos infundados de las dos organizaciones mencionados recién.

LS: El 5 de junio el pueblo suizo podrá pronunciarse sobre un ingreso básico incondicional. ¿Cuál es la relación entre estas dos iniciativas?

KD: Estas dos iniciativas tienen ciertos objetivos en común. Por ejemplo, las dos quieren disminuir las desigualdades económicas y sociales existentes. Sin embargo difieren en cuanto al método. El ingreso incondicional elimina un síntoma, mientras que el dinero originado sin deudas y en beneficio de todos los ciudadanos elimina la causa principal de la enfermedad. No es absurdo distribuir la moneda en la población, que sea con o sin ingresos básicos, pero lo que es absurdo es dejar que los bancos creen ese dinero y gocen del beneficio resultante. Hoy a los ciudadanos se les contabiliza este dinero como deuda por la que deben pagar intereses en lugar de acreditárselo en su calidad de propietarios colectivos. Por esta razón, las dos iniciativas se complementarían muy bien. En principio, la moneda plena debería ser una condición previa al ingreso básico. Las dos iniciativas proponen un cambio fundamental del sistema actual. El ingreso básico introduce un nuevo sistema, mientras que la iniciativa Moneda Plena quiere restablecer un sistema que el pueblo suizo ya había aprobado en 1891, cuando aceptó la iniciativa para que la creación monetaria fuera privilegio absoluto del Estado. Con el tiempo los bancos se fueron apropiando imperceptiblemente de este privilegio. La iniciativa Moneda Plena pretende entonces reintroducir lo que la mayoría de los ciudadanos consideran como actualmente ya realizado, mientras que el ingreso básico propicia una idea completamente nueva.

En todo caso, el beneficio del sistema de moneda plena no bastaría para financiar totalmente el ingreso básico, pero en cambio podrá aportar una contribución importante. Sin embargo, lo más importante es que las dos iniciativas ya han contribuido a un debate público fundamental, que continuará aunque haya rechazo.

LS: En Islandia hay un proyecto de ley de una reforma monetaria semejante a la que proponen los suizos. ¿Podría decirse que están bien interconectados? ¿O bien trabajan de forma aislada y hay una fermentación subliminal que está más difundida de lo que parece?

KD: Estamos en contacto con la mayoría de los movimientos de reforma monetaria internacionales. La organización International Movement for Monetary Reform (IMMR) creada por Positive Money actúa como punto de encuentro y pivote, pero también hay contactos directos entre las mismas organizaciones. Hoy, 24 países pertenecen al IMMR. Durante la conferencia de prensa en ocasión de la entrega de las firmas el 1° de diciembre de 2015, también se le dio la palabra a la británica Positive Money y a la Monetative alemana, y proyectamos las felicitaciones de otras organizaciones internacionales. En el público y en la reunión siguiente, había también representantes del Gode Penge danés. A principios de marzo, la IMMR organizó un seminario internacional en Bruselas, en el que también participaron dos representantes suizos. En total, 18 países estaban representados, desde Sudáfrica hasta Islandia. Le doy una importancia esencial a esta cooperación, porque los efectos positivos de las primeras reformas tendrían un impacto sinérgico si estas se realizaran en varios países. Además, la colaboración internacional ampliaría el debate y haría que otros países se comprometieran en este tipo de camino.

Konstantin Demeter: fotógrafo y bibliotecario, investigador del sistema monetario. Miembro del Comité de la Iniciativa Popular por la Moneda Plena y Coordinador del grupo regional de Tessin. Miembro de la asociación Modernización Monetaria (MoMo).

Enlaces:

http://www.iniziativa-moneta-intera.ch/

 http://www.vollgeld.ch/fr/

[1] En Suiza el término “Referéndum” corresponde al referéndum abrogativo italiano. Pero también a la “Iniciativa Popular”, correspondiente al referéndum propositivo que aún no existe en Italia.

[2] Señorazgo es la diferencia entre el valor nominal de una moneda o billete y el costo efectivo de su producción. Con el dinero electrónico el señorazgo es cercano al 100%.