Por Vinícius Carvalho, especial para Jornalistas Livres
Líderes indígenas de todo el país acamparán en Brasilia entre el 10 y el 13 de mayo para manifestarse contra los riesgos de retroceso de los derechos indígenas en el Brasil. La mayor movilización etno-política del país, el Campamento Tierra Libre es organizado por la Articulación de los Pueblos indígenas del Brasil (APIB) y coincidirá, en la capital, con la votación del proceso de juicio política a la presidente Dilma en el Senado.
En entrevista exclusiva para los Jornalistas Livres, la coordinadora ejecutiva de APIB, Sonia Guajajara, presenta las principales reivindicaciones del grupo, evalúa el Gobierno Dilma y habla sobre la expectativa de los pueblos indígenas en relación a un eventual Gobierno Temer. “Vamos a seguir de cerca el resultado (del impeachment) y salir de Brasilia con una estrategia definida de lucha, pase lo que pase (…). Seguimos con riesgo de retroceso en los tres poderes”.
–El Campamento Tierra Libre de este año sucede en medio de un verdadero terremoto político. ¿Qué está en juego para los pueblos indígenas en caso de que prospere el juicio político a la presidente Dilma?
–Si hoy tenemos un escenario malo, nuestra lectura es que un gobierno del PMDB nos dará doble o triple trabajo, porque ellos ya mostraron claramente que son totalmente contrarios a las demarcaciones (de los territorios indígenas) y a los derechos que conquistamos en la Constitución del 88. Hoy todas las medidas contra los derechos de los pueblos indígenas en el Congreso vienen de la alianza de ese grupo que quiere asumir el poder, entonces no podemos descuidarnos. Lo que está en juego es nuestro derecho de vivir, no tenemos cómo desentendernos de todo esto.
–El gobierno Dilma no fue exactamente, hasta hoy, un gobierno pro activo en la promoción de los derechos de los pueblos indígenas. ¿Cree en la posibilidad de una inflexión verdadera de la presidente en caso de que el juicio político no se produzca?
–Este gobierno hizo muchas alianzas para mantenerse y esas alianzas impidieron, en la práctica, el avance de la pauta indígena. Está claro que ningún presidente gobierna solo y tiene que hacer sus acuerdos políticos, pero la pauta indígena terminó como rehén de un gobierno que todavía ve las tierras indígenas como áreas improductivas. Es lamentable que la presidente haya firmado demarcaciones y homologaciones de TIs (Tierras indígenas) recién sobre el final del proceso de impeachment. Ella debería haber gobernado para el pueblo, para los movimientos sociales, para quienes la apoyaron. Pero prefirió atender las demandas de las alianzas que firmó. Ella podría inclusive retomar la pauta indígena si no tuviera esas alianzas, pero con ellas todo sigue como está.
–¿La APIB tiene posición tomada sobre su actuación en un eventual gobierno Temer?
–Es un grupo político que tiene una agenda muy distinta de la nuestra, entonces no vemos mucha posibilidad de dialogar; pero vamos a enfrentarnos políticamente en el sentido de mantener nuestos derechos y contra cualquier retroceso, inclusive contra cualquier tentativa de revocar los decretos firmados recientemente por la presidente Dilma. Vamos a luchar para mantener lo que conquistamos.
–¿Cuáles son hoy los principales riesgos?
–La PEC (Propuesta de Enmienda Constitucional) 215 es el primero, porque impide la demarcación de nuevas Tierras Indígenas (TIs) y la revisión “hacia arriba” de los límites de TIs ya demarcadas. También continúa en el Congreso el Proyecto de Ley (PL) 16/10 de minería en Tierras Indígenas y el propio Código de Minería y ahora la flexibilización de autorización ambiental, que puede facilitar la realización de grandes emprendimientos en nuestros territorios. En el Ejecutivo continúa la Portaria 303 de la Procuración General del Estado (AGU). También en el Ejecutivo hay rumores de que la Secretaría General de Salud Indígena sería desarticulada y transferida al Instituto Nacional de Salud Indígena.
–¿Y en la Justicia?
–La Justicia también ha sido un sector que ha negado mucho el derecho territorial en el sentido de la interpretación del marco temporal a partir del 88. Entonces ya hubo casos en el propio STF suspendió tierras ya reconocidas. Y ahora más que nunca tenemos ese riesgo de que el STF actúe en contra o suspenda los convenios más recientes. Seguimos con riesgo de retroceso en los tres poderes.
–En 2015 el Campamento Tierra Libre reunió en Brasilia más de 200 etnias. ¿Qué puede adelantarnos sobre la edición de este año?
–Este año vamos a cambiar de lugar. Tradicionalmente realizamos el campamento en la Explanada de los Ministerios, hasta tenemos ahí un espacio que consideramos como tierra indígena demarcada por nosotros (risas). Pero nos parece importante fortalecer también el espacio del Memorial de los Pueblos Indígenas. Tenemos que tener nuestra tradicional marcha hacia la Explanada el miércoles a la tarde y una audiencia en el Senado el jueves, todavía a confirmar. Y, como siempre, tendremos líderes de todas las regiones del país que van a profundizar nuestros debates sobre tierra y territorio. ¿Cómo está hoy, de hecho, el cuadro de demarcaciones en el país? ¿Dónde están los procesos encajonados? ¿Cuáles son, en fin, nuestros principales desafíos en este momento? El Campamento Tierra Libre es la mayor movilización indígena nacional, considerada la Asamblea de los Pueblos. Es el momento para fortalecer nuestras estrategias y pensar en la vida post-votación del impeachment. Vamos a seguir de cerca el resultado y salir de Brasilia con una estrategia definida de lucha, pase lo que pase.