Por Luis Terán Obando
Un espacio al tamaño de los niños niñas y adolescentes, de sus sueños, necesidades, sus derechos, es un espacio al tamaño de todos y todas.
Mientras los adultos estamos preocupados, con razón, de la sobrevivencia, de la restauración, de la alimentación, de la recuperación económica, no queda tiempo ni esfuerzo posible para preocuparnos de las necesidades de los niños, niñas y adolescentes. Cuando sus miedos perturban la convivencia, sus llantos fastidian o su cambio de humor altera al mundo adulto, recién comienzan las preguntas.
En las zonas afectadas por el terremoto, como en cualquier lugar, niños y niñas buscan con qué y con quién jugar y claro, un espacio para hacerlo. Sin embargo, quienes los que le podrían ayudar están ocupados en otras cosas más importantes. Pero un niño, una niña, siempre encontrarán objetos para transformar en pelotas, aviones, carros o mariposas. “El juego libre que es la verdadera necesidad del niño” nos lo recuerda Francesco Tonucci. Y siempre habrá un amigo que busca lo mismo. Allí, en el mundo de los juegos, se encuentran.
Los albergues que se han instalado en las zonas afectadas por el terremoto cumplen una función transitoria hacia la recuperación y reconstrucción física. Urge crear allí espacios amigables para la niñez y adolescencia. Espacios de juego donde se encuentren con sus amigos y amigas, con sus juguetes, con los materiales que permitan transformar realidades, volver a soñar, disfrutar del juego en libertad. Canchas, rayuelas pintadas con tizas, crayones de pedazos de ladrillo para pintar gatos y garabatos. Disponer de desechos de plástico y cartón para hacer volar la imaginación; crear, desde los desechos contaminadores, un mundo de colores; convertir mangueras en hulas para hacer diabluras con los movimientos de caderas, contar un una grabadora o algo para poner música y bailar hasta dormir cansados.
Un albergue amigo al tamaño de los sueños de los niños y niñas será un espacio que impulsa un paso hacia la ciudad soñada la ciudad amiga ellos y ellas.