Por Rossana Ayabaca Cedeño
Con una gran asistencia se realizó en la Universidad Andina “Simón Bolívar”, el Conversatorio sobre el libro “Calibán y la bruja”, escrito por Silvia Federici. El evento fue presentado por Cecilia Chérrez, Miriam Lang, Cristina Burneo y la autora del libro y la organización estuvo a cargo de las universidades Andina “Simón Bolívar”, Central del Ecuador y FLACSO, así como por la Fundación Rosa Luxemburg y Abya –Yala, responsable de la traducción de Calibán y la Bruja.
Silvia Federici es docente en varias universidades, su especialidad es la literatura y su libro es producto del trabajo que viene realizando desde la década del ’70, cuando estuvo en el Movimiento “Campaña por el salario para el trabajo doméstico”, cuya lucha fue por el reconocimiento de que el trabajo de la mujer en casa es el que sustenta todas las otras formas de trabajo y por ello, produce riqueza. A pesar de ello, a las mujeres se les ha hecho creer que su labor se basa exclusivamente en el amor, cuando en realidad se asemeja al trabajo que se realiza en una fábrica.
Su observación no se basa solo en la sociedad industrial. Tuvo que ir hasta el feudalismo para reconstruir una mirada histórica del por qué y cuándo se configuró de esa manera el rol de la mujer en el mundo. Encuentra la autora que en las escuelas no se enseña lo esencial, que es la lucha campesina. Fue esta lucha la que puso en crisis la hegemonía de las clases dominantes, frente a la cual aparece la respuesta capitalista, mostrando que es un sistema de explotación y producción, más efectivo.
Calibán y la bruja trata de dar una mirada a este proceso de cambios fuertes del pre- capitalismo al capitalismo, la ruptura de la relación con la naturaleza y la transformación del trabajo humano como algo esencial para acumular riquezas, al punto de que, es este sistema, el que introduce el trabajo nocturno, disciplinando aún más las subjetividades.
En cuanto a la mujer, recorre la historia del nacimiento de la figura de la bruja en el medioevo hasta que explota la persecución en el s.XVI, con la creación de leyes que denuncian un nuevo crimen: la brujería. Federici aleja esa idea de que el catolicismo es el causante de dicha persecución ya que encontró que en muchas otras religiones e incluso en organizaciones laicas, ellas sufrían este trato. La verdadera motivación de la caza de brujas en la edad media, está en la amenaza que representan al orden político y social.
Las primeras víctimas de esta cacería fueron mujeres mayores, con gran intelecto, además independiente y dueñas de buenas tierras que eran codiciadas por los empresarios: separarlas de su rol social, resultaba imperativo- Cuando se dieron cuenta de que se necesitaban más personas para trabajar, empieza la cacería de las mujeres independientes y que además tenían conocimientos sobre anticoncepción y aborto; se le obliga a la mujer a ser madre, a proveer al sistema de trabajadores, con el plus de que no recibía una paga por ello y sin tiempo para alimentar su intelecto, lo que ayudó a la concentración de riquezas para un grupo de personas.