«Cada restitución constituye una oportunidad para visibilizar modos alternos de concebir el mundo…”
Por la Asociación de Trabajadores de Museos
A 22 años de la primera restitución de restos humanos por parte del Museo de La Plata, el 19 de abril fueron devueltos los restos mortales a la comunidad selk’nam Rafaela Ishton de Tierra del Fuego.
Rubén Maldonado y su familia, junto a Leonardo Ramírez Pantoja recibieron en un acto formal, las partes óseas de quienes fueran sus antepasados. Con la presencia de funcionarios de la Universidad Nacional de la Plata y del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, un escribano, y la directora del Museo Silvia Ametrano junto al equipo de Antropología Biológica del Museo se entregaron los restos de 4 “individuos” con diferentes grados de integridad, de los cuales sólo uno pudo identificarse con el nombre de Sekriot, tal cual figuraba en el catálogo Lehmann Nitsche de 1910. Aprobada la resolución de la restitución por el Consejo Directivo de la Universidad y luego de los informes de documentación e investigación presentados por la división de Antropología y las cátedras de Etnografía I y II, y habiendo pasado seis años del inicio del pedido de restitución, fueron entregados los restos a la comunidad que contaba con personería jurídica en el RENACI (Registro Nacional de Comunidades Indígenas).
Momentos emotivos se vivieron cuando frente a un reducido público, todos presenciamos la certificación del escribano de cada una de las partes óseas selk´nam; mientras los integrantes del equipo de antropología biológica del museo explicaban y contaban los restos a través de sus delicados envoltorios, demostrando el respeto y el profesionalismo hacia el tratamiento de los esqueletos. Las emociones continuaron con la rogativa de un integrante del pueblo mapuche y las palabras de una indígena tehuelche en referencia a los niños como futuro de las comunidades.
Y entonces el escenario cambió y toda la comitiva se dirigió al Auditorio del Museo, donde una sala colmada de público general, estudiantes y profesionales en su mayoría de la carrera de Antropología escuchó las palabras de los protagonistas en este proceso de la restitución.
Las palabras sentidas de Rubén Maldonado: “esta restitución es muy importante, ha costado mucho; es un acto muy importante para todas las comunidades del país, es un acto que pesa y que realmente nos deja a veces mudos, pero tratamos de ser lo más fuertes posible para no quedar en el camino y poder volver a casa, ya con un trabajo realizado, muchas gracias a todos los presentes”. Y así se expresaba también la directora del Museo: “este es un momento de reparaciones, y una de las principales reparación que ocurre es que lo primero que hace una restitución es restituir la condición de persona a esos restos humanos”. Y las palabras de la antropóloga Marina Sardi: “¿Sólo son restos humanos?, a veces se trata sólo de un cráneo, pero ellos además de permitir conocimiento científico, provocan el luto, fundan memoria y generan acción. Una acción es este encuentro, en que la comunidad Rafaela Ishton asume el control sobre lo que se hace y se dice de sus muertos; sus muertos recuperan la condición de persona, recuperan su historia y se inscriben en la genealogía de su pueblo; esta acción encuentra una institución científica emblemática con las reivindicaciones culturales, políticas y territoriales de una comunidad. Cada restitución se desarrolla de una manera particular, pero su modo es un avance en el reconocimiento indígena por parte de la sociedad, por lo tanto, trasciende a la comunidad científica y es más que una reparación histórica; constituye una oportunidad para deconstruir discursos hegemónicos acerca del pasado y del presente de nuestra sociedad, para visibilizar modos alternos de concebir el mundo, así como los contextos de asimetría en los que se han desarrollado los pueblos originarios”.
Desde la Asociación de Trabajadores de Museos celebramos este acto de reconocimiento de los restos humanos como personas por parte de un museo tan importante como es el de La Plata, apoyamos todas las políticas de restitución porque pensamos que los restos mortales de las personas nunca deberían haber salido de sus territorios. Pero por otro lado, propiciamos más investigaciones y estudios científicos actualmente demandados por las comunidades para la reivindicación de sus territorios, para la recuperación de sus tierras saqueadas; ya que creemos que la ciencia debe estar al servicio de la sociedad pensamos que la antropología y los museos tienen que asumir el compromiso ético de colaborar con las reivindicaciones actuales de los pueblos originarios frente al despojo y saqueo constante de sus territorios.