Foto Reportaje: Adriana Alonso y Yussell Chávez
La movilización nacional contra las violencias machistas en México, #VivasNosQueremos, reunió a miles de mujeres en calles y plazas el pasado domingo 24 de abril, más de 40 ciudades del país se sumaron a una de las mayores manifestaciones feministas.
México ocupa uno de los primeros lugares a nivel mundial en agresiones sexuales contra mujeres y el primer lugar en abuso sexual contra menores. Se estima que ocurren diariamente alrededor de 7 feminicidios, es decir, uno cada tres horas y alrededor de 120 mil violaciones al año; es decir, una cada cuatro minutos.
En la zona metropolitana la manifestación comenzó en Ecatepec, Estado de México, uno de los municipios con mayor índice de feminicidios y violaciones. Desde la explanada de la presidencia municipal, colectivas de mujeres feministas denunciaron la complicidad de las autoridades con los crecientes feminicidios y la ineficacia de la Alerta de Violencia de Género que se levantó en 11 municipios del esa entidad, pues solamente del 1 al 20 de abril, en Ecatepec se han reportado 67 feminicidios.
“Responsabilizamos de los deplorables contextos violentos del Estado de México a la estructura socioeconómica, política, cultural, capitalista y patriarcal que toca y trastoca el artículo de consumo, incluyendo nuestras cuerpas, sus golpes, su vejación y cualquier otro tipo de violencia que nos lleva a la muerte. No más. Renunciamos a estas imposiciones“
Entre las exigencias que las colectivas de mujeres dieron a conocer está el cese al favoritismo judicial hacia los hombres en proceso penales; capacitación en materia de violencia de género en instituciones públicas; oportunidades de empleo y de trabajo dignas y seguras, así como mecanismos para combatir el machismo.
Desde la Ciudad de México, partió una gran marcha del Monumento a la Revolución al mal llamado “Ángel de la Independencia”, renombrada a partir de ésta manifestación como “Victoria Alada”, pues evidentemente la escultura representa a una mujer. Miles de mujeres y feministas se concentraron ahí para denunciar la violencia machista pero también para descubrir su tremenda fuerza.
Sin la revolución feminista no hay verdadera revolución. Tenemos mucho que aprender de las mujeres y de su cultura profunda y revolucionaria, violada, avasallada, acallada, torturada, asesinada y violentada diariamente, pero siempre resistiendo en lo profundo de nuestras venas, hirviendo en nuestros corazones.
Estamos al final de un periodo histórico oscuro que comenzó hace mucho tiempo cuando los dioses patriarcales se impusieron violentamente sobre la humanidad. Que la nueva humanidad vuelva a ser humana, desde y para las mujeres libres… Que desde la prehistoria lanzan su señal hasta nuestra prehistoria…
Comienza a alborear una posible y verdadera Historia Humana que rescate y potencialice el aporte humano femenino tan sabio y tan necesario en estos tiempos desalmados.
Que esa señal revolucionaria femenina sea traducida con fuerza, sabiduría y bondad hacia el proyecto verdaderamente humano que avanza hacia la Libertad.
La revolución sin mujeres no es revolución humana. Mientras exista la violencia hacia alguna de nosotras, seguiremos transitando en la prehistoria humana.