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Gimena Fuertes, periodista de Tiempo Argentino, dialogó con Radio Sur sobre la conformación de la nueva cooperativa de trabajo para sostener el diario, la relación con los lectores, la solidaridad de los canillitas y los objetivos a corto plazo.
Desde diciembre del año pasado que las y los trabajadores del diario Tiempo Argentino no cobran su sueldo. Los empresarios Sergio Szpolski y Matías Garfunkel se borraron. Un supuesto comprador, llamado Mariano Martínez, nunca se hizo cargo. Frente a esta situación de acefalía, desde la redacción decidieron organizarse y conformar una cooperativa de trabajo para mantener el diario.
– ¿Es una buena noticia la formación de la cooperativa?
– Es un nacimiento, sí, una gran noticia.
– ¿Qué significa este cambio? ¿Sigue existiendo Tiempo Argentino?
– El diario sigue siendo Tiempo Argentino aunque estamos viendo si ese va a ser el nombre exacto o vamos a hacer alguna pequeña variación para evitar problemas legales. Y “Por más tiempo” es la razón social con la que nos vamos a inscribir en el sistema legal para tener nuestro diario cooperativo.
– Este lunes salió una entrevista a Matías Garfunkel en Clarín donde sigue echándole la culpa a Sergio Szpolski ¿Cómo está la relación de ustedes con ellos?
– Los empresarios están literalmente desaparecidos. Pero se ve que los medios hegemónicos los encuentran. La Justicia no los encuentra, el Poder Ejecutivo no los busca, pero Clarín y Perfil los buscan, los encuentran y les hacen entrevistas. Nosotros no supimos nunca más nada de ellos desde que desaparecieron en diciembre y no se presentan ante ninguna instancia legal: ni Ministerio de Trabajo, ni Justicia, ni siquiera ante la secretaria de Medios del Estado nacional.
– ¿Cuáles son los primeros objetivos que se plantea la cooperativa “Por más tiempo”?
– Nuestro primer objetivo es la autoconstitución legal dónde ya estamos dando los primeros pasos. Y después poner en marcha esta nueva forma de trabajo aunque no es tan nueva para nosotros porque veníamos sacando ediciones on-line y algunas impresas. La última fue la del 24 de marzo donde se vendieron 35 mil ejemplares en la marcha y después tuvimos que volver a imprimir ese mismo número porque nos llegaban pedidos de todos lados.
El domingo hubo compañeros vendiendo en plazas de San Martín, Ramos Mejía, Ituzaingó y Parque Centenario en Capital Federal. Así que, de alguna manera, esa forma de trabajo está aceitada porque nosotros seguimos trabajando a pesar de no estar cobrando. De modo que vamos a poner en marcha nuestra propia página web y a su vez vamos a empezar a salir a la calle con una edición impresa, una vez por semana. No sabemos bien qué día, estamos dando esa discusión.
– ¿Y cómo va a funcionar la distribución?
– Esa es otra de las cuestiones sobre las que estamos trabajando. Nos venimos juntado con cooperativas de distribuidores y ya nos reunimos con el Sindicato de Canillitas, cuyo secretario general es Omar Plaini, y nos expresaron todo su apoyo. De hecho siempre estuvieron dándonos una mano a los trabajadores de Tiempo Argentino.
La idea es tener una distribución formal y comercial como cualquier otro medio pero a su vez vamos a retomar nuestra suscripción para que el diario pueda llegar directamente a la casa de los lectores. Financieramente es más favorable a nosotros en este primer momento y también construye una relación más directa con los lectores. De hecho, tanto en la marcha del 24 de marzo como después en las plazas, nos dimos la tarea de recolectar los mails y el nombre de quienes se acercaban a comprar el diario, para poder avisarles en qué kioscos de los compañeros canillitas se va a vender y también cómo va a funcionar la suscripción que no sólo es una necesidad nuestra sino también una demanda que los lectores nos acercan cuando conversamos con ellos.