Giovanna Martelli, diputada, una de las primeras personas en Italia que se ha movilizado por Milagro Sala, la líder de la organización Túpac Amaru, encarcelada desde enero en Jujuy (Argentina) con cargos falsos. Un caso que Pressenza sigue desde que empezó.
Giovanna, ¿de dónde viene tu compromiso a favor de Milagro?
Ni bien me enteré de la encarcelación de Milagro, enseguida pensé que debería haber sido liberada. Cualquier cosa pudiera haber sido su derecho, como ciudadana, como mujer, como militante social y como diputada del ParlaSur, como un ser libre y con plenas facultades para poder defenderse. Más tarde me di cuenta de que la victoria electoral de una cierta parte está empujando a algunas personas a creer que es posible hacer cosas que, por esos lados, no se han visto desde hace algún tiempo. Así, lancé inmediatamente un llamado para su liberación.
¿Podrías resumir la sucesión de eventos y el estado de la situación?
Milagro ha sido acusada de delitos exquisitamente “políticos” por un lado, y de delitos “administrativos” por el otro. Pero la entidad de unos (instigación a la revuelta) y de otros (malversación de fondos) no prevé, en ningún Estado de Derecho, mantener en la cárcel al imputado. La situación actual se parece, cada día más, a una parcial suspensión de un Estado de Derecho y a una revancha de naturaleza política. No lo digo solo yo, sino un conjunto de realidades, desde Amnistía Internacional hasta el clero argentino. Esto no es aceptable y es peligroso.
¿Qué cosa te preocupa más en este momento?
Me preocupa el rol que Argentina puede tomar en el contexto latinoamericano.
Argentina es un gran país y debe tener un rol en esta América Latina que está enfrentando grandes cambios, como el proceso de paz colombiano en la Habana y la crisis del gobierno brasilero, que no se pueden resolver por vía judiciaria. Argentina tuvo, en su pasado reciente, una sanguinaria dictadura, y no queremos que aquellas sombras del pasado vuelvan. El Presidente Macri, habiendo ganado las elecciones, debe gobernar según las ideas y las acciones que considere válidas. Pero ganar las elecciones no significa tener el derecho de hacer cualquier cosa y, menos que nunca, llevar a la cárcel a opositores políticos.
La sensación es que nuestra acción, razonable y meticulosa, choque en contra de un muro de goma de indiferencia y arrogancia. ¿Qué más podemos intentar?
Los muros de goma no nos asustan. Los muros de goma revelan una profunda debilidad por parte de los que los levantan. Quisiera subrayar la gran calma y compostura que han demostrado los militantes de la Túpac Amaru, junto a todos aquellos que están protestando por las calles de toda Argentina en contra de las detenciones, los despidos, los cortes que está realizando el gobierno.
La no violencia es mi respuesta, es nuestra respuesta. Aquí, en Italia, hemos creado un comité informal de apoyo a la causa de Milagro; se trata de un comité compuesto por personas muy diversas, pero unidas por la lucha por la justicia y la verdad para Milagro Sala y para muchas otras situaciones que necesitan la verdad y la justicia en todo el mundo. Concretamente, intento apoyar en lo que puedo todas aquellas iniciativas de este comité; y, en particular en este momento, estoy gestionando la proyección del documental “Algo está cambiando”, de Magalí Buj y Federico Palumbo, sobre la realidad de la Túpac Amaru, en una sede institucional, lo más pronto posible. Porque creo que, a la gran desinformación sobre esta realidad, es oportuno responder con información y documentación. La verdad triunfa siempre sobre la mentira.