El señor se expresa en voz alta, seguramente molesto porque la manifestación frente al Palacio municipal interrumpe su paseo mañanero. Sin embargo, al acercarse un poco más, el sonido de los violines lo detiene, le cambia la expresión irritada por una suave sonrisa y se queda a escuchar.
La protesta tiene un carácter distinto de las habituales, porque “los que se quejan” son trabajadores culturales que se expresan haciendo lo que mejor saben hacer: música, plástica, humor…
Son trabajadores de las Usinas Artísticas, de los Almacenes Culturales, de la Comedia Municipal, del Escenario Andante, de los museos. Algunos pertenecen a la planta permanente del municipio, otros tienen contratos temporales, todos reclaman solidariamente por el pago de salarios que se les deben a algunos y por la estabilidad laboral de todos. Todos coinciden también en la necesaria defensa de la cultura pública.
Programas y contradicciones
En la web oficial del municipio se explican las actividades de las Usinas Artísticas (entre otras guitarra, yoga, cartapesta, plástica, talleres literarios) y se dice que el programa “suma positivamente” para “proteger el bien común”. De los Almacenes Culturales se mencionan juegos, cuentos, herramientas de comunicación, muralismo y más, y se agrega: “…llegamos a tu barrio para quedarnos”. La Comedia Municipal destaca por haber sido rescatada en 2013 del olvido que le impuso la dictadura de Onganía en el 66 y la del Proceso diez años después. Escenario Andante (más de 100 funciones entre agosto y octubre pasados), aparece mencionado entre los espectáculos gratuitos que se llevan a cabo en instituciones y espacios barriales, buscando “acercar el arte a todos los vecinos”.
Todas iniciativas participativas, inclusivas, capaces de llegar a todas las edades y a los barrios que más lo necesitan, llevando recursos educativos y culturales a los que de otro modo muchos vecinos no acceden. Sin embargo la política municipal desmiente la importancia que les atribuye la web en sus descripciones: según la Secretaría de Hacienda “no hay plata” para asumir la deuda que tiene con los trabajadores y deja entender que desarticularían los programas.
Por eso este viernes 1º de abril, cuando el Consejo Deliberante inicia sus sesiones, los trabajadores dejaron de momento los intentos de diálogo, para hacer un reclamo público que pretende llamar la atención de concejales y funcionarios e informar a la población.
En defensa de la cultura pública
Resumidamente, el documento que se da a difusión expresa:
“…denunciamos la interrupción de contratos de capacitadores que debieran iniciar sus tareas el 1º de abril, las deudas contraídas con actores de la Comedia Municipal y del ciclo Escenario Andante y la consecuente desarticulación de los programas socioculturales que dichos capacitadores llevan a cabo en más de 70 barrios de la ciudad de Mar del Plata y Batán.”
“La continuidad de los programas y por ende de nuestros contratos, permite articular de manera interinstitucional e intersectorial y brindar herramientas de contención social en 180 instituciones barriales…”
“La falta de política cultural de cara a los meses venideros, va acompañada de la falta de voluntad de pago de las funciones y actividades ya realizadas. En el caso de La Comedia Municipal, sus ocho integrantes no han percibido el pago de sus haberes por los seis meses de contratación.” También se denuncia que a un total de 47 artistas de Escenario Andante se les adeuda todo el trabajo del 2015.
Y se agrega: “Más allá de la particularidad de cada reclamo, manifestamos unánimemente nuestra preocupación por el lugar que se le brinda a la Cultura, en su carácter público y gratuito, y por la falta de políticas culturales.”
El lunes de nuevo
Seguramente el señor que empezó preguntándose “de qué se quejan”, ahora entiende mejor el reclamo. Tal vez comprende que él también es destinatario de esta cultura en peligro y el próximo lunes, cuando los trabajadores vuelvan a manifestar en espera de una respuesta efectiva, decida acompañarlos. En todo caso ellos seguirán adelante porque, como uno de ellos le explicaba a alguien más: “Esto va más allá de nuestros bolsillos. Estamos defendiendo la cultura que elegimos hacer.”