Son los trabajadores del Estado el corazón de las políticas públicas que defienden los derechos de los ciudadanos de una sociedad. Hoy en Buenos Aires se movilizaron decenas de miles de ellos convocados por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de la ciudad, para exigir la reincorporación de los cesanteados y frenar la ola masiva de despidos que lleva adelante el macrismo en sus poco más de 100 días de gobierno. En este lapso las centrales sindicales estiman en 110 mil despedidos entre el sector estatal y privado, un número cercano a los mil despidos por día. Expresado de este modo parece sólo un número, pero pensar en un trabajador es pensar en una familia que se queda sin un ingreso, en madres y padres que tienen que darle comida, salud, educación a sus hijos y para ello necesitan de su salario fruto de su trabajo.
Con los miles de despedidos se vacían programas muy valiosos para la educación, la salud, el desarrollo social y otras áreas sensibles para defender los derechos de los sectores vulnerables. Por ejemplo, se despidieron del Ministerio de Trabajo a abogados del Programa Asistir, que brinda patrocinio legal a trabajadores sin recursos en todo el país, incluso se echó a trabajadoras embarazadas; fueron 1.000 los trabajadores despedidos de los programas Conectar Igualdad y Primaria Digital, creado para recuperar y valorizar la escuela pública y reducir las brechas digitales mediante la entrega de netbooks a cada estudiante del país; hubo despedidos en el Programa Verdad y Justicia de asistencia a víctimas del Terrorismo de Estado, en el programa nacional de salud sexual y reproductiva, sólo por dar unos pocos ejemplos.
Fue una masiva movilización la de este jueves 31 de marzo donde trabajadores de más de 30 Ministerios de la administración pública nacional se concentraron en el Ministerio de Modernización (la dependencia creada por el macrismo para encargarse de despedir trabajadores). Porque hoy era la fecha límite que estableció el decreto 254/2015 para la revisión de 24 mil contratos generados desde 2013.
Hoy miles de estos trabajadores, que además son maltratados simbólicamente por el macrismo cuando se refiere en su discurso a los estatales como «ñoquis», «grasa militante», se movilizaron para mostrar fuerza y que no se rinden ante el neoliberalismo antihumanista que está avanzando en Argentina. Justamente, en un día donde se aprobó el acuerdo con los Fondos Buitres a quienes se les pagará en efectivo 12.500 millones de dólares, donde mañana regirá un aumento del 100 % para el transporte público, además de fuertes subas en el agua (500 %), en telefonía fija (185 %), en la luz (700 %) y en el gas. Todas medidas que generan una fuerte presión y empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores con más bajos recursos. Pero los trabajadores se movilizan, defienden sus derechos, con la frente en alto, muestran su dignidad y dejan en claro que, a pesar de todo, todavía hay futuro.