La Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE), con sede en Viena, instalará dentro de poco dos estaciones de monitoreo en Ecuador, lo que mejorará su capacidad para registrar ensayos nucleares en cualquier parte del planeta.
El secretario ejecutivo de OTPCE, Lassina Zerbo, dijo a IPS que las dos estaciones RB 24 e IS 20 “nos permiten dar un importante paso más hacia la terminación del Sistema de Monitoreo Internacional, una red que supervisa lo que pasa en el mundo las 24 horas del día los siete días de la semana en busca de señales de explosiones de ensayos nucleares”.
“Estoy muy agradecido con el gobierno y el pueblo de Ecuador por su valiosa contribución a la seguridad global, en especial dado el estatus especial de las islas Galápagos”, puntualizó.
Las dos estaciones se ubicarán en las islas Galápagos, un archipiélago volcánico en el océano Pacífico y una provincia ecuatoriana.
Zerbo subrayó la importancia de ambas estaciones, que mejorarán la cobertura global del régimen de verificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN).
Las estaciones se ubicarán cerca de la línea del Ecuador, donde las capacidades de detección infrasónica y radionúclida son relativamente bajas por la ausencia de vientos constantes.
Los dispositivos permitirán mejorar de forma considerable la cobertura en el océano Pacífico, donde se hicieron cientos de ensayos nucleares en las últimas décadas.
Según la OTPCE, también conocida como CTBTO, su sigla en inglés, en la estación de vigilancia infrasónica en las Galápagos no solo mejorará las capacidades de detección global del régimen de verificación, sino que también asistirá en los esfuerzos de alerta de desastres, lo que incluye la detección de erupciones volcánicas.
Hay numerosos volcanes en Ecuador, como el Tungurahua, que entró en erupción por última vez en abril de 2014. Los datos generados por las dos estaciones de ese país también contribuirán a investigar la atmósfera, los sistemas de tormentas y el cambio climático.
La red global de monitoreo de la OTPCE incluye actualmente más de 300 estaciones, algunas en los rincones más alejados y en las áreas de mayor dificultad de acceso en la tierra y el mar.
Es un sistema que permite obtener cuatro tipos de datos: sísimicos (ondas de choque en la Tierra), hidroacústicos (medición del sonido en el agua), infrasónico (sonido de baja frecuencia) y radionúclidos (radiactividad). La red ya tiene 90 por ciento de su capacidad instalada.
Cuando esté terminado, el sistema contará con 337 estaciones en distintas partes del mundo para verificar con eficiencia cada rincón del planeta.
Actualmente, hay tres estaciones sísmicas certificadas en América Latina, concretamente en Argentina, Bolivia y Brasil, 16 auxiliares, seis infrasónicas certificadas, con dos más todavía planificadas, incluida una en Ecuador, una hidroacústica, en la isla de Juan Fernández, en Chile, y nueve radionúclidas, dos de las cuales están en construcción, sin contar la que se prevé construir en Ecuador.
Además, hay laboratorios de verificación radionúclida en Argentina y Brasil.
Las ubicaciones de las distintas estaciones son obligatorias en el marco del TPCEN y basadas en métodos científicos, diseñados para garantizar la total cobertura de la Tierra.
Cada nueva estación certificada mejora la confiabilidad de toda la red, que ya funciona con mucha mayor precisión que la que se previó cuando se negoció el tratado, según la OTPCE.
La red es una forma de protección contra las violaciones al tratado de prohibición de ensayos porque el TPCEN prohíbe las explosiones nucleares en todo el mundo, en la atmósfera, bajo el agua y bajo tierra.
“El Sistema de Monitoreo Internacional de la OTPCE amplió su misión respecto de la prevista por sus creadores y monitorea un planeta activo y en permanente evolución”, explicó Zerbo.
Algunas personas, acotó, comparan el sistema con un rastreador y estetoscopio combinados y gigantes de la Tierra que mira, escucha, siente y huele las irregularidades en el planeta.
Además, es la única red global que detecta la radiactividad atmosférica y las ondas sonoras que los humanos no pueden oír, precisó Zerbo.
La OTPCEN trabajará de forma estrecha con todos los actores nacionales responsables de garantizar que la instalación de las dos estaciones en las islas Galápagos sea la más rápida que haya coordinado la organización, a la vez que asegurará los mayores estándares en materia de protección ambiental durante las operaciones, añadió.
Por último, también expresó su agradecimiento por la excelente coordinación llevada adelante por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador.