Dicen que el departamento de Chocó es el lugar más lluvioso de América. También es una de muchas partes de Colombia, invisible para el mundo. Ni siquiera puede llamarse abandonada por el estado, porque el estado allí nunca se hizo presente. Cuando llegué por primera vez a un pueblito cercano a Quibdó, la capital del estado y por eso no el más pobre, un niño de unos 12 años quiso acompañarme para mostrar un poco su mundo. Como en estos lugares los basureros no existen y su rol lo cumplen los ríos, en algún momento pensé dónde botar mi chicle. El niño me dijo que no me preocupara, lo tomó y lo siguió masticando. Simplemente no supe qué decir. Después en esa y otras partes de Colombia, vi cosas que seguramente son mucho más terribles. Banderas blancas en la salida de un colegio clamando inútilmente que se eviten en ese lugar los tiroteos entre el ejército y la guerrilla. Los helicópteros militares igual que en el “Apocalipsis Now” sobrevolándonos y tirando bombas a la selva sólo a un par de kilómetros de nosotros, mientas estábamos en el patio de una casa de evangélicos donde unas cien o más personas estaban rezando por la paz. Y mucho, muchísimo miedo de hablar, de opinar y de mirar. Personas valiosas, que mejor que uno, saben el precio de una palabra o de un silencio. Pero ese episodio con el chicle quedó en mi memoria como un despertador, para que cada vez cuando tratamos los temas de la realidad colombiana o latinoamericana poder ver y analizarlos desde esta realidad y no desde nuestras teorías o preferencias filosóficas.
Aparte de una increíble diversidad de culturas y paisajes, Colombia enamora con la contagiosa alegría de vivir de su gente cálida, soñadora y trabajadora. Desde sus grandes ciudades cuesta imaginar que el país vive un conflicto armado, el más largo y lejos el más sangriento en todo el continente. Los grandes medios de comunicación mundiales y colombianos nos indican al principal responsable: la guerrilla, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC. Necesitaba mirarles a los ojos. Después de varios viajes y muchas historias de todo tipo, de primera, segunda y tercera boca acerca de ellos, se acumularon varias preguntas.
Esta oportunidad se presentó, cuando la ONG colombiana Funuvida, que desde hace años observa y acompaña el difícil proceso de la construcción de la paz en Colombia, me invitó en febrero de este año a Cuba, a La Habana, donde ya casi tres años los representantes de la guerrilla de las FARC y del gobierno colombiano llevan este difícil y muy contradictorio diálogo para poner fin a la guerra. Mi interés era escuchar de primeras manos la versión de la guerrilla sobre la actualidad y su proyecto como fuerza política no militar en la que pretende convertirse.
Desde hace más de 20 años comparto el pensamiento del filosofo argentino Mario Luis Rodríguez Cobos (Silo) y no creo en ninguna posibilidad armada o violenta para construir una sociedad mejor. También entiendo, que en las realidades humanas bestialmente indignas e injustas, sembradas por el neoliberalismo en todo el planeta, una tentación como las soluciones violentas, será cada vez más fuerte. Estoy totalmente convencido de la necesidad de una revolución latinoamericana y mundial contra el neoliberalismo por vías de la no violencia activa, algo muy difícil, ya que requiere niveles de organización y de conciencia ciudadana desconocidas hasta hoy. Creo que simplemente no queda otra, ya que la violencia armada como una herramienta de cambio social fracasó a fines del siglo pasado.
Por eso habrá temas, visiones y elementos de análisis en los que jamás estaré de acuerdo con las FARC, como la organización político militar, pero mucho menos me sumaré a las voces de la prensa oficial, que sistemáticamente sataniza, calumnia y acusa a estos hombres y mujeres, que ya más de cinco décadas, solos y en una total desigualdad de condiciones luchan y mueren por los ideales que sin duda compartimos. Ahora ellos tomaron una valiente decisión de seguir esta lucha sin armas. Saben que esto les costará muchas vidas y a veces construir esta paz será más duro y más difícil que seguir con la guerra. Merecen nuestro total respeto y apoyo. Y más que merecer, lo necesitan, para que no estén solos en esa dura transición que se avecina. Nuestra obligación es darles todo nuestro apoyo humano y político sin ningún pero, ninguna condición a cambio.
Conociéndoles personalmente y compartiendo con ellos algunas horas, perdí muchos de mis prejuicios y confieso que me cayeron muy bien como personas. Los sentí cercanos, honestos, confiables, reflexivos y sobre todo muy sensibles, ese rasgo que siempre les fue negado por la prensa. Estando con ellos, una vez más pensé en el enorme poder de los medios de comunicación, que logran sembrar tanta desconfianza, prejuicios y rechazos mutuos entre nosotros… No idealizo a las FARC, que seguramente hicieron varias cosas terribles e injustificables, solo pido que evaluando los crímenes de la guerrilla colombiana se tome en cuenta todo el contexto de la guerra sucia contrainsurgente apoyada por los EEUU y todos sus recursos, una guerra que dura ya más de medio siglo y una sistemática eliminación física de ya decenas de miles de pacifistas, sindicalistas y ex guerrilleros colombianos que dejaron sus armas para luchar políticamente.
Foto de Camila Cienfuegos, «Flor».
Resultado de una enorme desigualdad en la capacidad bélica y tecnológica, y cada vez una mayor participación de los EEUU en el conflicto colombiano, durante los últimos años las FARC recibieron fuertes golpes militares. Así lo describía una de mis entrevistadas, la guerrillera Camila Cienfuegos al periodista colombiano Juan Camilo Maldonado Tovar de la revista Vice: “…Si usted hace un análisis de cómo le han dado los grandes golpes a las FARC, encontrará que no han ocurrido gracias a que los militares son muy inteligentes y nos rastrean como nosotros los rastreamos. Tampoco porque hemos tenido una confrontación frente a frente. Ha sido, en cambio, debido a que nos ponen un localizador y llegan los aviones y pram pram pram, nos sueltan encima bombas de 500 libras, no una, sino miles de bombas. La gente se desaparece. Los cráteres que quedan son enormes. Entonces ahí sí bajan por lazos los «héroes» de Colombia, mientras el avión sigue ametrallando y siguen coheteando. Y llegan y encuentran a la gente totalmente loca por la mano de bombas que ha caído, gente con las vísceras por fuera, sin piernas, sin brazos. ¿Esos no son crímenes de lesa humanidad? No, esos son «guerrilleros neutralizados», «dados de baja en combate». A nosotros nos han rematado hombres y mujeres pidiendo que no los mataran, y los han pateado después de estar muertos. Y nosotros somos los despiadados, los terroristas, los asesinos, los masacradores. Lo digo porque lo he vivido, todos nuestros compañeros pueden dar fe de esto…”
A pesar de todo, la guerrilla de las FARC sigue controlando varios territorios de difícil acceso, donde por las condiciones geográficas y por el apoyo de una considerable parte de la población, donde ellos son la única autoridad, esta guerra puede durar varias décadas más y ninguna de las partes puede hablar en serio de la posibilidad de un triunfo militar definitivo. Es una guerra sin posibilidades de una solución militar, por eso se vuelve cada vez más absurda y sirve como una perfecta excusa para mantener un altísimo presupuesto militar, satanizar a toda la izquierda y justificar una creciente intervención militar y económica de los EEUU en los asuntos de Colombia.
A pocos días después de nuestra llegada a La Habana surgieron los problemas. La guerrilla, preparándose para la firma de la paz, en algunos lugares remotos inició encuentros con las comunidades locales para compartir y discutir las futuras formas de organización política. El gobierno colombiano acusó a las FARC de proselitismo armado y exigió una inmediata suspensión de estos encuentros, amenazando con romper el diálogo por la paz. Cuando teníamos que entregar, oficialmente a la delegación de las FARC, el informe de un estudio sobre las principales medidas para prevenir un resurgimiento del conflicto armado, nos enteramos que las autoridades colombianas expresaron su molestia al gobierno cubano, que siendo el garante oficial de los diálogos por la paz, facilita la propaganda de las FARC permitiendo los encuentros y entrevistas de la delegación guerrillera con periodistas. Para no dar a la ultraderecha colombiana ni la más mínima excusa para complicar el proceso de diálogo y a la vez para no complicar al gobierno cubano, que hace su máximo esfuerzo para facilitar la negociación, la delegación de las FARC decidió no asistir al evento y suspender las entrevistas. Por suerte pudimos conversar con ellos los días anteriores.
La molestia del gobierno colombiano, por los encuentros de la delegación de las FARC con la prensa, es sólo un ejemplo más de una total desigualdad de opciones informativas entre las dos fuerzas beligerantes. Si el punto de vista y las opiniones del gobierno colombiano se dan a conocer por todos los medios durante años, las 24 horas al día, la posición de las FARC se podía conocer hoy de forma legal y directa sólo desde La Habana.
Conocí las dos principales versiones de por qué el gobierno colombiano decidió negociar con las FARC. En ambos casos la decisión fue de los EEUU, quienes definen por completo la política colombiana. La primera, es que las trasnacionales necesitan entrar a las apartadas zonas de la selva que siguen bajo el control de la guerrilla. Y la segunda, es que si los EEUU deciden invadir Venezuela, por las características geográficas de la costa esto sería inviable por el mar y debería ser desde el territorio colombiano, donde las zonas selváticas fronterizas están controladas por la guerrilla, la que sería un serio obstáculo.
Los servicios de inteligencia norteamericanos aprobaron el proyecto de firma de la paz, porque para ellos seguramente esto equivale a la desaparición de las FARC. La derecha mundial y local está convencida, que la guerrilla sin armas no tendrá capacidad para convertirse en una fuerza política influyente. Por otra parte, los ex paramilitares hoy conocidos bajo la nueva marca comercial de bacrim, guiados por el fascismo patronal criollo, seguramente ya están planeando los masacres del adversario desarmado… una vez más, después de tantas. Sólo durante el mandato de este gobierno hasta hoy, en Colombia fueron asesinados 346 defensores de los derechos humanos y 16 desaparecieron sin dejar rastro alguno. En las últimas semanas llegan noticias sobre el aumento de actividad de los grupos paramilitares en diferentes zonas donde se espera la dejación de las armas por la guerrilla. Los medios se encargarán de presentar la matanza de los ex guerrilleros como un ajuste de cuentas entre diferentes grupos criminales.
Esta es la crónica de la semana pasada según la revista colombiana “Semana”: “El 7 de marzo, sicarios mataron a William Castillo en El Bagre, Antioquia. Era activista de derechos humanos…, y lideraba un movimiento que se opone a la minería a gran escala y a la ilegal en su región. La víspera, en plena cancha de fútbol en Soacha, Cundinamarca, desconocidos mataron a bala al joven comunista Klaus Zapata, comunicador social que colaboraba con publicaciones de izquierda y se había convertido en activista del proceso de paz. Una semana antes, el 1 de marzo, en el Cauca asesinaron a Maricela Tombe, líder campesina, en Tambo…, y en Popayán caía también bajo las balas Alexander Oime, líder indígena. El viernes esta ola de crímenes cerró con la muerte en Arauca de Milton Escobar, también de filiación comunista. Eso no es todo. En Putumayo han acabado con la vida de nueve personas de movimientos sociales de base. En Tumaco han vuelto las oleadas de homicidios. Una líder del Catatumbo tuvo que huir de la región por amenazas. En Chocó y Bajo Cauca se han presentado combates entre fuerzas conjuntas de FARC y ELN (Ejercito de Liberación Nacional, otro grupo guerrillero colombiano) contra el llamado Clan Úsuga (uno de los grupos paramilitares de ultraderecha), y en el Baudó hay desplazamientos masivos como no se veían desde hace casi una década.”
Por eso se necesita tanto una activa participación, solidaridad y apoyo de este proceso por parte de movimientos y fuerzas sociales de Latinoamérica. Solidaridad y apoyo que todavía son mínimos. Es urgente.
Conversando en La Habana, los integrantes de la delegación de las FARC fueron muy tajantes y claros en la imposibilidad de firmar la paz con el gobierno antes del 23 de marzo, como estaba acordado por las dos partes hace medio año. Todo este tiempo el gobierno intentó apurar el proceso para cumplir con la fecha. Los altos funcionarios del gobierno se preparan para entrar en la historia como grandes pacificadores y el presidente Juan Manuel Santos seguramente ya se ve con el premio Nobel de la Paz. De vez en cuando ellos hacen declaraciones advirtiendo a las FARC que “no están para perder tiempo” . Si el proceso no va al ritmo de ellos, el gobierno puede abandonar la mesa de diálogo. Para la guerrilla las prioridades son claramente otras. Hay varias reformas sociales acordadas, pero en general, sin definir todavía los mecanismos de su cumplimiento. Lo mismo pasa con varios otros temas. Me comentaron que quedan 48 salvedades y técnicamente es imposible resolver y acordar todo en las pocas semanas que quedan. Si para los funcionarios del gobierno se trata de premios y carreras políticas, para la guerrilla se trata de temas fundamentales, como tenencia de tierras, participación política y simplemente vida o muerte de sus integrantes después de dejar las armas. Hace unos días salió la noticia oficial que las dos partes aceptan que la fecha del 23 de marzo para firmar la paz no es real y se acordará un nuevo plazo. Tal vez el 23 se declarará formalmente un cese al fuego definitivo, algo que en la practica ya se mantiene por más de medio año, por primera vez en las últimas décadas.
Abajo va un fragmento de las conversaciones que tuvimos con Benkos Biohó, comandante de las FARC, encargado de la zona Chocó – Antioquia y Camila Cienfuegos, encargada de relaciones con la prensa internacional de las FARC.
Benkos es un gran conversador, atento y con un excelente sentido de humor, claro en sus ideas y muy convencido de lo que dice. Pero lo que más llamó mi atención, fue su manera reflexiva y poco ortodoxa en abordar los temas difíciles, algo muy diferente de la imagen de un guerrillero rígido y dogmático, como se suele exponer a los integrantes de las FARC. Como bien lo describe el periodista argentino Juan Carlos Romero López, que estaba con nosotros, “…el hombre bien podría ser un profesor o un músico, su atuendo es alegre, su sonrisa franca, sus convicciones firmes, no elude las respuestas como cuando conversamos sobre la financiación a las actividades combatientes mediante el cobro de impuestos revolucionarios, aún a las actividades ligadas al narcotráfico, aunque niega rotundamente que las FARC estén involucradas en el mismo en alguna otra forma…”
A Camila, una persona joven, muy simpática y alegre, la delataba una profunda tristeza en la mirada. Conversando con ella, yo no sabia todavía de su tremenda historia personal, rodeada de muerte y pérdidas, su captura por el ejercito en Bogotá, varios días de salvajes torturas y la posterior fuga de la cárcel. En estos últimos días me enteré que ya de nuevo está en Colombia, en los campamentos guerrilleros. Estábamos viendo fotos hechas por ella y me contó que después de la guerra le gustaría dedicarse a la fotografía y retratar a los niños, los ancianos y las flores. Realmente no fui capaz de imaginarla con un fusil en la trinchera.
Espero un día poder encontrarme con ellos en Colombia y conocer sus nuevas historias de lucha por los mismos sueños de siempre, pero esta vez sin tener que morir y matar.
CONVERSACIÓN CON BENKOS:
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Viajando por Colombia escuché muchas opiniones sobre Uds. No todas son buenas. La mayoría son criticas y muchas de ellas muy criticas.. ¿Que hicieron Uds. para merecer esta mala imagen? ¿Cuáles son las responsabilidades, verdades y mentiras en este cuento?
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Estamos en una confrontación armada. Primero que nada, todos los que conocieron de cerca una guerra saben, que la primera víctima en la guerra – cualquier guerra – es la verdad. Y el primer ataque que tú haces contra tu enemigo es para tratar de desdibujarlo… destruir su concepción, su imagen, su palabra. Si vas a la guerra, tu primer objetivo es silenciar a tu enemigo. No solo para que no hable, sino también para que si dice algo, no se le escuche. Y si se le escucha para que tengan un planteamiento preconcebido frente a lo que se está escuchando. Entonces… Venimos de un proceso de más de 50 años de una guerra. Esta última guerra tiene 53 años. Y desde que Colombia tiene nombre de Colombia no hay que ser ilustre ni historiador para darnos cuenta que Colombia durante toda su historia no ha vivido ni 5 años en paz. Nunca ha habido un pacto político y social de constitución de la nación. La nación es un embeleco jurídico pero no es una realidad social, y esa realidad se proyecta después como una expresión armada del pueblo para que se abra un espacio para constituir nación. La piedra angular que soporta el estado colombiano es un vacío… ¿Qué comunidades negras en 1819 fueron consultadas para establecer la ley? Ninguna. ¿Los pueblos indígenas? Ninguno. ¿Los blancos pobres? Ninguno. Fue la elite blanca criolla que logra la independencia de sus intereses de España. Pero no la independencia de estructuras económicas y sociales heredadas de España. Mientras el resto del continente de una u otra forma logró hacer pactos sociales y constituir una nación, Colombia no lo ha logrado hasta hoy. Se trata de construir una nación. No la nación representada como un himno, o una nación futbolera, como la llamamos nosotros; lo único que nos representa es la selección de fútbol donde hay gente de todos los colores… pero en el resto nada que ver… Nuestro intento ha sido satanizado de manera permanente, desde la época de los 50… y así te vas a encontrar con puros monstruos, ¿los monstruos edificados por quién? Por el oponente. Porque de una u otra forma ellos se han proclamado representantes del estado o de la nación colombiana. Pero en función de sus intereses. Estos monstruos están identificados desde el poder de la modernidad que los dimensionó. Antes los monstruos se edificaban desde la iglesia. Hoy los monstruos de edifican desde los medios. Y hablando de cómo se percibe… los que estamos en la resistencia tendríamos que reflexionar: algo estamos haciendo bien si ellos hablan mal de nosotros, y si ellos hablaran bien de nosotros, algo estaremos haciendo mal. La lucha independentista, la lucha por la liberación siempre fue catalogada así: pasamos de bandoleros a terroristas y de terroristas a narcoterroristas, porque siempre hay que adecuar la concepción social a algo que te genere un repudio del conjunto y la no aceptación de tus argumentos. Tú vas a encontrar este argumento en todos los medios que tratan de imponerlo de una manera constante y repetitiva. Se hacen unos monstruos a imagen y semejanza de quienes manejan los medios…
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En Colombia me contaron muchas historias de las vacunas (impuestos a la guerra exigidos por la guerrilla), de la pesca milagrosa (secuestros de personas para cobrar rescate)…
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Son acciones de guerra en una guerra prolongada… Es totalmente inevitable. Mira, los procesos de liberación de los pueblos si se hacen de manera autónoma y no en función de los intereses de terceras potencias, siempre pasan por esos elementos. Si tú lo analizas, verás que tendrán que pasar. Tú no puedes financiar la guerra sembrando frijoles o sembrando yuca. Y mucho menos si esta guerra escala a niveles de tecnología moderna… Si la guerra escala tú no puedes pensar en paseos de angelitos. Si la guerra escala, tendrás que comprar fusiles. Y no puedes lograrlo sembrando yuca. Tienes que, obligadamente hacer que los recursos provengan de tus propios oponentes. Y tus oponentes no te los van a regalar. Siempre cuando la guerra de liberación no depende de un tercero, se buscan recursos económicos al interior de tu enemigo. Por la opción de fuerza, no hay otra manera. En la guerra todo se resuelve por el uso de fuerza. Por eso es necesario pararla. Si a un ejército en alguna guerra en algún lugar se le produce falta de algo, se avisa y se les manda lo que faltaba. ¿Tienen necesidad de recurrir a alguna acción de fuerza para lograr su financiamiento? No, no tienen necesidad. Aquí debemos hablar por qué se recurre a tales o equis métodos. Y no te lo estoy justificando, te lo estoy explicando… Lamentablemente es así y no puede ser de otra manera.
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¿Qué les pasó cuando se enteraron de la caída de la Unión Soviética?
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No nos pasó nada, porque los rusos jamás nos han regalado nada…
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¿Qué les pasó por dentro, humanamente, cuando se enteraron de esta noticia?
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Si tienes un paradigma, una meta o un modelo, para llamarlo de alguna forma, y cuando este modelo fracasa, tú te cuestionas. Y tienes que racionalizar los elementos que hicieron que esto fracasara. Lo que yo tengo claro es la revolución que hubo en Rusia. Pero el resto de la Unión Soviética no hizo su revolución. Esos pueblos no saben como llegaron esos elementos que ellos en su momento disfrutaron. Y cuando nada te cuesta, te estas soñando de que podrías estar mejor… Cuando tú asumes el costo, valoras lo que tienes porque te costó. Pero cuando algo te llega por decreto A o por decreto B… Desde el análisis marxista, había sociedades que vivían prácticamente en estados feudales y de repente terminan con una construcción socialista desde el estado… Los mujiks seguían soñando con una propiedad privada de la tierra… ¿o no? Para ellos hubiese sido mucho más válido que les dijeran: – la tierra no va a ser estatal, podría ser tuya… ellos sólo querían que esa tierra no se concentrara en unas pocas manos…
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Nosotros durante varias décadas tuvimos una excelente educación, leíamos buenos libros, tuvimos un sistema de valores muchísimo más humano que cualquier sociedad occidental… y… y no nos sirvió de mucho.
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Mira… hay zapatos para todos y hay de varios colores… Me dicen que bueno es tener zapatos de varios colores… Me dicen que yo sueño con tener zapatos de varios colores. Pero resulta que me vendieron la imagen que es bueno tener zapatos de varios colores, pero me escondieron que hay gente que no tiene zapatos.
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La gente invisibilizada… y los medios son para vender zapatos…
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Claro, porque ¡cómo te vas a conformar que todos los zapatos son negros y del mismo modelo y solo hay cada 6 meses! ¡Cuando allá hay zapatos de mil colores y los puedes comprar cuando tú quieras! Pero lo que no te dijeron es que la palabra “comprar” encierra que tu tienes la posibilidad de comprar. Y de repente tu cambiaste tus zapatos negros por ningún zapato…
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Benkos, cuando en Colombia la izquierda llegue al poder, ¿qué se podrá hacer para evitar la repetición de esta eterna historia de fracasos?..
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Muy particularmente… uno ha leído un poquito a Gramsci… y ha leído las fuentes del marxismo… Y el marxismo no es una cartilla. El marxismo es una visión eurocentrista. En Latinoamérica nos identificamos con la visión de Bolívar… pero tenemos que ser creativos. Retomando el tema del marxismo quiero aclarar que si bien esta no es una receta para aplicar de manera dogmática, igual constituye la principal herramienta de análisis social con la que se cuenta y las FARC la acoge y siempre trata de adaptar sus principios a la realidad colombiana. Tenemos que buscar la construcción de un sistema socioeconómico que permita brindar la mayor posibilidad de satisfacción a necesidades humanas. No se trata de construir socialismo o comunismo según cartillas sino de ser creativos y de recoger los elementos vitales que permitan el mejor desarrollo y la satisfacción de necesidades del ser humano.
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¿Cuales son las necesidades del ser humano?
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Reconocimiento y participación.
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Quizás la no participación en la vida política real del ciudadano común en la Unión Soviética fue una de las causas principales de la caída del sistema…
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Mas allá de los elementos fisiológicos, de la alimentación, etc., toda la actividad humana gira en torno de estos dos elementos. El reconocimiento y la participación. Son lo principal para que un modelo económico avance hacia la búsqueda del desarrollo humano. Lastimosamente teníamos que perder un montón de años y pelear en un montón de guerras para poder equilibrar esos elementos. Lo que está claro es que el capitalismo puro, tal cual se ha estado desarrollando hasta hoy no es capaz de resolver. Y los pocos intentos que hasta hoy se han desarrollado para lograr una alternativa desde una visión marxista casi todos han fracasado. Han fracasado por desconocer cómo la humanidad llegó a los elementos del capitalismo. Por ejemplo, el tema del estímulo para el ser humano para que sea creativo y que se entregue… Hay que decirlo críticamente que en el socialismo se han creado parásitos sociales… porque nos olvidamos de Rosa… Rosa Luxemburgo nos decía: “la primera fase del socialismo debe ser para cada quien según su necesidad, pero la segunda fase debe ser para cada quien según su capacidad”, poder estimular al hombre a que su participación, a que su creación, a que su aporte social sea lo que tiene que garantizar su bienestar. Cuando tú le dices desde acá, “tu bienestar está garantizado”, estás creando un parásito. Pero cuando dices a un hijo tuyo, que él no está solo y tiene tu apoyo, pero debe preocuparse por formarse y por trabajar, ya no es lo mismo… Esa búsqueda, más allá de los elementos teóricos debe convertirse en una practica que permita avanzar a la sociedad… No es un salto, ni se puede dar por decreto. Es la capacidad creativa de la sociedad.
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¿Cuales serían los primeros pasos en Colombia para cambiar esta realidad?…
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Hay construcciones urbanas producto precisamente de este proceso de la guerra y del desconocimiento. Para decirlo suavecito, la gente “migró” a los centros urbanos… ¿Migró?… La echaron a plomo, estaba en juego su vida, y terminó en los cordones de miseria que rodean algunos ciudades. ¿Para qué? Mano de obra barata, parte de un proceso de la industrialización incipiente y dada la casualidad se genera una presión sobre el campo. Deteriora los sindicatos incipientes… ¿por qué? cuando desbordan los campos hacia acá te montan los escenarios con los muchachos que no tienen ni la educación media, pero les enseñaron un oficio, y donde antes había solo un técnico hoy hay 25 mil haciendo cola… ¿vas a sindicalizarte? te vas… porque hay 25 mil… y el hombre que llegó del campo está cansado, atemorizado, sin posibilidades de retorno, y tener un empleo es un privilegio…
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Y perdiendo cada vez más su identidad campesina, su cultura, con el tejido social roto… un desarraigado total…
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Y los terratenientes concentrando cada vez más tierras en base al despojo, y los terratenientes con sus familiares industriales abaratando los costos y empeorando las condiciones del trabajo. Es un gana gana por donde se vea. Y de paso quitándole la base social a su oponente. Porque se vacía el campo para quitarnos la base social a quienes nos levantamos en armas. Es un gana gana. Tomando en cuenta todo esto, ¿qué es lo que hay que corregir en el país? La distribución poblacional es el primer elemento. Pero eso no se va a dar por un decreto: “Hey, todo el mundo para el campo!”… Hay que crear las condiciones en el campo para que retorne la gente. Existen casi 4 millones de desplazados, lo que ha generado el conflicto en los últimos 20 años. No van a regresar si en el campo no se dan las condiciones básicas. Hay muchísima gente que no está produciendo absolutamente nada y ni siquiera forma parte de los que consumen, porque no tiene la capacidad de consumo. Hay un momento cuando tu dices: ¿hay condiciones para producir? ¿y esta producción te va a garantizar la capacidad de consumir los alimentos que la modernidad está produciendo?.. Colombia es un país desocupado. Está concentrado en 7 ciudades. Pero el resto esta desocupado. Casi la mitad del país está prácticamente desocupado. Hoy en Colombia hay más de un millón de hectáreas de tierra en manos de la industria transnacional para la producción de alimentos, mientras que el país importa alimentos…
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Y firmando la paz quizás habrá más tierras en manos de transnacionales, porque muchos ven en la paz una oportunidad de nuevos negocios… de inversiones etc…
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Es una de las lecturas que se están haciendo… Bueno, si no hay amenazas en el campo, hay ganancias para las transnacionales… Pero insistimos que el proceso de construcción de paz, se hace porque el conflicto por la tierra y si bien está planteado dentro de los acuerdos, va a depender mucho del apoyo internacional y de las dinámicas de acompañamiento y verificación del cumplimiento y aplicación de los acuerdos. No basta lo que esté firmado, tiene que implementarse. Tiene que verificarse esta implementación. Porque de lo contrario, esto sería germen de una confrontación mucho más profunda.
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Escuché una versión sobre el proceso de paz. Se permitió porque las trasnacionales necesitan entrar a ciertas zonas para tomar control total y definitivo de los recursos naturales. Y por eso el gobierno de los EEUU presionó al gobierno colombiano para que busquen un acuerdo con Uds… ¿es una exageración o puede ser cierto?
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Eso forma parte de la ecuación. Pero veremos si los niveles de organización social lo permiten. Por eso nos estamos movilizando políticamente. Lo único que estamos diciendo es que paremos el combate e iniciemos el debate. Así de sencillo.
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¿Qué garantías reales pueden haber de la no repetición de la historia de la UP (Unión Patriótica, partido político colombiano formado en el 1985 por varios grupos guerrilleros desmovilizados que querían seguir luchando por otros medios, en pocos meses varios miles de sus integrantes fueron asesinados por los paramilitares y los servicios de seguridad) y tantas otras similares?
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Eso es lo que estamos construyendo. Nos llama la atención como lo plantean algunos: este punto está resuelto, otro está resuelto, pasemos al otro. Estamos avanzando de la manera extremadamente acelerada frente a la complejidad de nuestro conflicto. Tres años no es nada… Ahora tenemos 48 salvedades dentro de los acuerdos. Faltan 4 ejes centrales de la negociación. Y nos dicen: – Ah, eso hay que firmarlo antes del 23 de marzo… Imposible!!! Claro, si se trata precisamente de la responsabilidad histórica, no de una foto.
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¿Crees que no es posible que se firme antes del 23?
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Esto no es posible. Estamos haciendo un esfuerzo titánico y tenemos toda la voluntad. Pero la realidad es otra. Hay cosas que hay que discutir, elementos que hay que analizar…
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¿Pero existe la posibilidad de garantías de seguridad serias y confiables para Uds. cuando dejen las armas?
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Es allí donde tratamos que la comunidad internacional juegue un gran papel… donde la solidaridad internacional de un movimiento social participe…
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El mundo está mirando ahora al Medio Oriente, a Europa y todo ese tremendo tema de los migrantes… Latinoamérica está por ahora fuera de los focos de los grandes medios…
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Sí, pero resulta que la posibilidad de generar unos espacios donde es posible demostrar que se puede llegar a los acuerdos de paz inevitablemente tendrá su eco en otras partes… en todo el mundo… Nos sentamos y nos preguntamos: ¿qué conflictos ha resuelto la ONU en los últimos años? Ninguno. Y nosotros le acabamos de enviar un mandato para algo que estamos ad portas de resolver. Es lo único que puede revitalizar la credibilidad de la ONU en estos momentos en el mundo. Y nosotros sabemos que ellos van a cuidar que el proceso de paz en los próximos 10 años se cumpla, para poder tener por lo menos un elemento de juicio para poder convalidar la existencia de la ONU como tal.
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Son burócratas y oportunistas profesionales que siempre encontrarán mil excusas y razones para hacer lo de siempre: nada. Me acuerdo que después del terremoto en Haití donde murieron sus funcionarios, lo único que les preocupaba era poder seguir viajando todos en primera clase para ayudar al pueblo haitiano… Es su modus operandi y no espero milagros por ese lado…
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Pero necesitan justificar su existencia.
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Hace poco en Bogotá estuve con una persona que trabaja ayudando a las víctimas del tráfico de personas, ella ha sufrido ya varias amenazas de muerte y el poder judicial le dio protección permanente. Su escolta es un soldado profesional que combatió a las FARC durante 6 años, es un muchacho muy humilde, muy correcto… y le pregunté, qué sentía hacia las FARC, y él me dijo que no les tiene odio, que la guerra es la guerra y que lo único que le parecía mal e injusto, es que después de esta negociación un guerrillero desmovilizado va a tener una recompensa del estado bastante buena y un soldado quien también luchó por la patria y por lo que creía que era su deber, y quien quedó inválido, va a seguir recibiendo una miseria del estado y quedará absolutamente desprotegido.Él me pidió trasmitir este tema a Uds., que para que haya una paz de verdad sin resentimientos y molestias, habría que pedir al estado las mismas condiciones para los combatientes de ambos bandos, porque en definitiva ambos son hijos del pueblo más pobre. Los hijos de los dueños de Colombia no van a la guerra. No conozco los detalles de los avances logrados hasta el momento en la negociación de Uds. con el gobierno y quería entregarte este mensaje y preguntar si su pregunta es producto de su ignorancia y una manipulación mediática o realmente puede existir este problema…
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Es una desinformación. Si alguien revisa los acuerdos logrados hasta hoy, todo ha girado sobre las garantías para las dos partes. No hay una sola letra que hable de algún tipo de prerrogativas para los combatientes de las FARC. No queremos impunidad sino la búsqueda de la verdad sobre lo que pasó durante los últimos 50 años de la guerra y en ninguno, pero ninguno de los acuerdos firmados hasta hoy hay una media letra que establezca una prerrogativa para las FARC o para sus combatientes.
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Cuando se firme la paz con las FARC el gobierno podrá aprovechar ese momento para una concentración de fuerzas y un ataque militar fulminante contra el ELN y otros grupos guerrilleros?
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Nuestra aspiración es que no sea esa la actitud del gobierno. Nosotros creemos y consideramos firmemente que la participación de los compañeros del ELN es un elemento fundamental para la concreción de la paz para la sociedad colombiana.
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Quería preguntar por tu historia personal. ¿Cómo entraste a las FARC?
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Yo soy hijo de esos que como te dije pasan del campo a la ciudad. Soy completamente cittadino entre comillas. Nazco en la ciudad, me crío en la ciudad, en los cordones de la miseria que se generan con la migración masiva del campo a los centros urbanos. Donde hasta los servicios básicos hubo que pelearlos. O construirlos. Y se decía, – estamos vivos, estamos bajo techo, qué más vamos a pedir… Pero luego tu creces y piensas, si hay agua potable, si hay energía eléctrica, nosotros también las merecemos… y comienzas a pelear… pelear no diciendo que el estado te las de, sino construyéndolas. Pero en un país donde la necesidad es el primer factor político, electoral… la gente se movía así: – ah, fulano quería ser concejal, bueno, vamos a transar con él para que él si llega a concejal nos coloque la energía, nos coloque el agua… y nosotros decíamos, – no, ni mierda, no vamos a votar por ninguno, nosotros mismos vamos a construir piezas, vamos a comprar tubos, y esa vaina te genera una contradicción con el sistema… Al inicio intentan comprarte, te invitan, te proponen cosas, pero cuando ven que no te pueden comprar, tratan de eliminarte. Y esa fue la razón por qué llegué a la guerrilla. Porque en el proceso de construcción, de reivindicaciones sociales o te compran o te rebelas.
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¿A qué edad te rebelaste?
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Partí a las FARC cuando terminaba 20 años.
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¿Qué edad tienes ahora?
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50 apenas. Pero estuve en la montaña 22 años, porque los primeros 8 años fueron en la ciudad. Porque conozco eso que llaman ciudad. Así que tu llegas por reivindicaciones sociales urbanas y cuando llegas al campo te das cuenta que las reivindicaciones sociales de allá son mucho más dramáticas que las que te hicieron rebelar a vos…
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¿Y ahora qué?
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Y ahora tenemos mucha esperanza que esta apertura de debate signifique el fin de la guerra, pero no el fin del conflicto y menos una rendición. Será una batalla enfocada desde otro ángulo… por otros medios, y que va a necesitar otros aliados. Y el otro aliado que necesitamos mucho es el movimiento social continental. Desde hace tiempo es un proyecto de todos y la derrota de cualquiera de los nuestros en el continente es nuestra propia derrota. Tenemos que entenderlo así. No podemos mirar la historia ciegamente, tenemos que aprender a mirar críticamente los procesos. Porque tenemos que aprender de todos. Y por nuestros propios medios debemos crear nuestros medios de comunicación. Porque por ejemplo, la velocidad con que se conoce una noticia en un medio tradicional, el que debe enviar periodistas al lugar de los hechos, no puede ser la misma, que en caso de los que estamos en el lugar de la noticia… Hay gente que se entera de lo que pasó al vecino cuando el televisor les dice…
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¿Como se preparan los combatientes para la paz?
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Ahora con los compañeros estamos en la etapa de la evaluación y de la adaptación para la posibilidad de un nuevo espacio… Tienes que prepararte para la integración social, tienes que prepararte para la reconstrucción del tejido, tienes que prepararte para el uso de los mecanismos de la participación, tienes que prepararte sobre un montón de elementos nuevos… Estamos rotando nuestro personal. Aquí venimos, salimos y estamos allá… Por ejemplo, la mitad de nuestra delegación ahora está allá. Más de la mitad de la delegación inicial está en los campamentos.
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¿Tienen bibliotecas en los campamentos? ¿Cómo funciona en las FARC el tema de la lectura?
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Tenemos una regla. Son 500 libros por 500 hombres mínimo. Es una obligación. Y son libros de todo tipo, toda la diversidad y variedad que imaginas. Son de una propiedad colectiva. Se rotan.
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¿Qué libros han sido más importantes para tí?
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Yo leo mucho a Estanislao Zuleta, un escritor colombiano… con todo lo crítico que puede ser. Me gusta mucho. Y de la literatura política a Alfaro… Gramsci en su momento me pareció muy interesante. Pero tenemos que trascender la mirada eurocentrista hacia la historia…
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Y de la literatura rusa o soviética ¿qué llega o más bien qué queda en sus campamentos?
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Yo recuerdo cada vez un libro bellísimo, que no sé como se pronuncia correctamente el apellido de sus autores. Son dos hermanos. Strugatsky. Y el libro se llama “Que difícil es ser dios“. Más allá de leer a Tolstoi, Dostoevsky y otros… En este libro hay un pensamiento muy interesante… bellísimo…
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Benkos, ¿cual es la situación de la mujer en las FARC? En una sociedad tan tradicional y machista como la colombiana y sabiendo que un 40% de sus combatientes son mujeres…
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Mira, te voy a colocar eso como reto. Lee el manifiesto del 20 julio de 1966 de las FARC y de la tercera conferencia de las FARC. Cuando nadie estaba hablando de la igualdad de género. El papel de la mujer en el proceso de la construcción de la sociedad está allí. El problema no es liberar a la mujer de hombre. El problema es liberar la sociedad. Es imposible avanzar a las etapas superiores de relaciones humanas sin la participación de la mujer. Y en Colombia es imposible hablar de un cambio social en una sociedad con un 60% de las mujeres y que no están presentes en la toma real de decisiones. Y en el caso de las FARC, hay que remontarse históricamente a los tiempos muy anteriores al de los discursos que hoy están de moda… es la práctica… porque hoy está de moda adecuar el discurso… pero ¿se adecua la práctica? Ahora se habla tanto de ley de cuotas, pero la práctica de eso ¿dónde está? Y en el caso de las FARC antes de la existencia del discurso ha habido una práctica de búsqueda de la igualdad, en medio del reconocimiento que somos diferentes. Porque hay un discurso que habla de igualdad sin reconocer que somos diferentes. Somos diferentes, morfológicamente diferentes. Lo que tenemos que igualar son las condiciones sociales, de la participación y del reconocimiento…
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¿Es verdad que Uds. siendo guerrilleros no pueden tener hijos?
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Considerando los riesgos de la lucha y la guerra brutal sin cuartel se ha determinado que sea así. Los que entran en la guerrilla no pueden tener hijos. Lo saben.
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¿Y si una guerrillera se embaraza?
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Debe decidir ella. Siempre puede decidir.
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¿Decidir qué? ¿Debe abortar o abandonar la lucha armada?
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Así es.
CONVERSACIÓN CON CAMILA
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Camila, entre muchas palabras que compartimos hay una que nunca pronunciamos, pero siempre estuvo presente. Esta palabra es “dolor”.
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Los guerrilleros y las guerrilleras nos alzamos en armas para acabar con el dolor humano. Porque el dolor no tiene rostro ni escoge personas.
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Pero el dolor tiene mirada, tiene ojos…
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Claro, tiene ojos… tiene colores…
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¿Cuál es el color del dolor?
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Este color es mirarlo todo gris… la alegría es distinguir los colores escondidos más allá del horizonte. Estos son los colores que llevan los guerrilleros apernados en el alma… con esta esperanza de alcanzar una paz pero con justicia social…
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¿Cuándo tiempo estas en la guerrilla, Camila?
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22 años
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¿Qué edad tienes, aunque dicen que estas cosas no se preguntan?..
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34 años.
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¿Cuál fue el momento más feliz de tu vida?
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Antes cuando iba de vacaciones a la finca con mis papás… Y ahora ya no es un momento, es esa sensación de los lazos indestructibles que se construyen día a día y minuto a minuto con mis compañeros y mis compañeras, porque compartimos no solo el lenguaje de la tristeza, del amor, de la armonía, de la solidaridad entre nosotras y nosotros, sino ese lenguaje que nos une en torno de la paz…
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¿Sientes que ahora hay un poco menos razones para la tristeza? ¿o todavía es temprano hablar de estas cosas?
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Es muy pronto hablar de eso todavía. Aún hay mucha tristeza. Pienso que tardará mucho que esta tristeza se borre. Todavía falta mucho para que este pueblo que amamos tanto, que esta Colombia, tan diferente para cada uno, se levante, que cure sus tantas heridas, que camine…
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Si tuvieras que definir Colombia en unas pocas palabras, ¿qué es Colombia para tí?
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Colombia es amor. Colombia es ternura. Colombia es la fuerza que nos mueve, a hombres y mujeres que queremos construir la paz.
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¿Qué música escuchas?
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Me gusta mucho la salsa. De los grupos me gusta La Fania. También escucho a Silvio.
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¿Y los libros?
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Me gusta muchísimo la literatura rusa. Hay un libro que me marcó profundamente. Se llama “Así se templó el acero”, de Ostrovsky. Y otro que es “La madre” de Máximo Gorky. Y justo ahora estoy leyendo un libro que se llama “La guerra no tiene rostro de mujer” de Svetlana Alexievich. Se cuentan las historias que también hemos vivido… más allá de las opiniones políticas de la escritora, que es otro tema… Creo que muchas podemos identificarnos con esas historias que cuentan las protagonistas del libro. Creo que si esta historia no se reconstruye, de cómo vivieron la guerra las mujeres soviéticas, no se entenderán muchas cosas profundas e importantes. Impacta mucho toda esta transformación de una mujer en un soldado. Estas cosas que no deberían pasar, pero pasaron y siguen pasando. El tema de una mujer en guerra… en todo el sentido de la palabra… una mujer que es la hermana, la esposa, la amiga, la novia, la compañera, la poeta, la que va a la guerra…
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¿Crees que este libro es verdadero?
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No es una exageración, porque lo que cuentan esas mujeres soviéticas lo hemos vivido también nosotras las colombianas… Y creo que no solo las guerrilleras colombianas sino también otras compañeras luchadoras sociales en todo Latinoamérica. Si tu hablas con cualquier mujer combatiente o ex combatiente, te va a dar suficientes razones de por qué se identifica mucho con las protagonistas de este libro. Porque la guerra tiene momentos muy duros y también los momentos de una profunda humanidad. Pero no tiene el rostro de la mujer. Lamentablemente hemos vivido en un contexto histórico, donde quien siempre tenía la palabra era un hombre, siempre más que una mujer, por una mirada patriarcal heredada de generación en generación, ya casi en los genes, y que es la reproducción del mismo modelo, lo que siempre beneficia al poder. Porque los que han hecho las leyes han sido esos hombres que nunca han tomado en cuenta la voz de la mujer… En las FARC afortunadamente nosotras hemos ganado muchos espacios, porque hay una equiparación en derechos y también en voz y voto. Por eso hay mujeres comandantes. Pero esas mujeres no se han hecho solas. Nos hemos hecho a lado de nuestros compañeros…
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Y si dentro de la guerrilla aparecen dos mujeres lesbianas, ¿cómo sería visto eso?
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Como está evolucionando el mundo, hay que evolucionar la mentalidad de hombres y mujeres… y tu condición sexual no tiene por qué influir en el trato que tienes con tus compañeros. En una sociedad patriarcal conservadora machista para ambos – y para los gay y para las lesbianas hay una recriminación. Pero para la mujer es aun más difícil. Por ser mujer. Aunque depende muchísimo también de tu condición social…
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O sea de tu ingreso…
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Exactamente… Porque si Ud. es negro, pobre y gay tienes triple discriminación…
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Y si Ud es una mujer y es negra, pobre y lesbiana, la discriminación es cuádruple…
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O quíntuple si es fea…
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Aunque lo feo y lo bonito es tan cultural…
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Si, en el fondo todo eso depende de los estereotipos que tienes en tu cabeza frente a una sociedad, al mundo y a la vida…
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Como es cultural también mucha, demasiada literatura que poetiza la guerra, casi humanizándola.
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Humanizar la guerra es imposible. Con la guerra puedes hacer cualquier cosa menos humanizarla. Lo único que vale la pena, y cualquier esfuerzo vale la pena, es terminar con la guerra. Muchos actos violentos tienen su explicación, pero ninguno es justificable. Los seres humanos no somos animales. Aunque cuesta creerlo a veces… Pero tampoco olvidemos que hay una guerra ecológica contra la humanidad… y merece nuestra preocupación igual que una guerra con bombas… el resultado es igual de devastador. Hay muchas guerras invisibles para muchos…
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También hay guerras mediáticas. Que convierten a varios de nosotros en monstruos. A Uds., por ejemplo.
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Es una de las guerras más duras y difíciles. Esta guerra genera cortinas de humo para deshumanizar y desconfigurar todos los contenidos sociales y políticos. Y me sorprenden enormemente muchas de las personas de quienes a veces uno se rodea que creen que no pasa nada tan grave. Definitivamente hay sensibilidades muy diferentes… Te doy un ejemplo muy cotidiano: tu vas manejando tu coche y atropellas a un perro. Pero como no es tu perro, no te duele. ¿Pero cómo se siente el dueño de este perro? Te duele según afecta tus intereses personales. También ahí va el tema del respeto hacia el dolor ajeno… La capacidad de ponerse en el lugar del otro… tratar de sentir el mundo desde la piel del otro… No hacer a tí las cosas que no me gusta que me hagan a mí…
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Y la guerra – cualquier guerra – siempre imposibilita este trato.
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La guerra es una cosa asimétrica…
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Sí, pero simétricamente deshumaniza a todos. Siempre nos destruye a todos. Incluso la guerra más justa del mundo. Creo que nos hace falta una cultura de silencio. La de mirarnos hacia adentro.
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Hace falta una cultura de reflexión desde nosotros mismos. La de conocernos a nosotros mismos. Que somos expertos y expertas en condenar desde nosotros hacia fuera…
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Porque es una parte del modelo cultural que nos impusieron.
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Sí… pero también hemos olvidado mostrar al niño que llevamos dentro… miedo a hacer el ridículo, por ejemplo, abrazar a otro, lo que es una manifestación de alegría, de despojarnos de eso de “qué pensarán de mí” si hago esto… Tenemos que rescatar a este niño que llevamos dentro…
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Tal vez, el camino hacia la paz es también el camino hacia este niño… El niño que nos está esperando en algún lugar.
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Un niño que nos está esperando para que compartamos, para que nos liberemos de las precauciones, entre comillas… Que este niño está esperando para pasar una tarde tranquila en familia. Porque ya hace muchos años que el mundo dejó de vivir una vida tranquila y normal en familia… Hoy día la tele, la tecnología nos han separado en mucho… El mundo ha aprendido a vivir en una dinámica tan rápida, que las cosas tan normales como esperar a todos para comer, esta cultura de la familia unida, se ha ido deteriorando… en el avance desaforado de esa sociedad de consumo… donde unos consumimos y otros quedan totalmente fuera. Unos no se reúnen en esta mesa porque no tienen nada que comer y otros no lo hacen con su familia y sus hijos para no perder tiempo para ganar más…
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Quizás esta familia que recordamos de la infancia, como símbolo de la máxima felicidad, también es parte de otro momento de otra historia que ya no volverá… quizás siempre idealizamos un poco el pasado y no podemos volver atrás… porque con esta destrucción del tejido social, con estos paradigmas culturales, donde las niñas soñaban con el príncipe azul y los niños… ya ni me acuerdo en qué estábamos soñando… De repente el mundo ya ha cambiado tanto que ya no podemos volver y tenemos que reinventarnos prácticamente desde el principio…
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Y la niña que soñaba con un príncipe azul no sabía que este príncipe fue diseñado a través de la misma estrategia de manipulación de los poderes, de la iglesia, porque qué venía detrás de esta niña que esperaba a un príncipe: la sumisión, que la mujer no pensara, que fuera sumisa, ella veía en este príncipe a su amo y se preparaba para ser la esclava de él… y no una mujer con un futuro político, una mujer independiente…
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Me sorprendí mucho en Medellín cuando me contaron que le llaman Silicon Valley, porque tal vez la mayoría de las mujeres de allá están operadas… a muchas las operan muy chicas… Me pareció absolutamente bestial la normalidad de eso…
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Es que hay un estereotipo impuesto. Y viene desde el tiempo de los faraones: todas las mujeres muy bonitas, muy preparadas, pero solo para ellos… ni siquiera ellas podían vivir su propia sexualidad y su propio vivir y sentir; ya eran un producto del mercado de entonces. Y hoy seguimos luchando contra lo mismo. Entre otras cosas…
Oleg Yasinsky
Santiago, 15 de marzo de 2016