Mauricio Macri tuvo su primer discurso en la 134 apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Entre equivocaciones con sus apuntes, el abucheo dentro del recinto por parte de los diputados de la oposición y repetitivas promesas de lucha contra el narcotráfico/inseguridad, su discurso tuvo un gran enfoque a “la pesada herencia del gobierno anterior”. No hubo ni una mención a los Decretos de Necesidad y Urgencia o a los despidos masivos en el Estado.
Desde las agrupaciones opositoras, los días previos se llamó a no concurrir al acto oficial, dándole así el espacio completo a los partidarios de Cambiemos/Pro. Banderas con imágenes de Macri y la vicepresidenta Gabriela Michetti, leyendas como “Si se puede” o “el cambio llegó” eran vendidas por ambulantes a lo largo de toda la pasarela creada por la policía desde avenida 9 de Julio y avenida de Mayo hasta el mismo Congreso de la Nación.
El nuevo Presidente comenzó su discurso alrededor de las 11.30, varios minutos antes de lo especulado, y con una plaza que brilló por sus huecos dentro de los extensísimos vallados policiales.
El contenido del discurso tuvo los mismos puntos que los spots de campaña: inflación; inseguridad; la herencia del gobierno anterior; la lucha contra el narcotráfico, pero sin la arista conciliadora que había demostrado previa a las elecciones a la hora de atraer nuevos votantes. Las promesas más claras que vislumbró frente a la Asamblea Legislativa fueron la de Pobreza Cero, especulada para el final de mandato en 2019, bajar la inflación para fines del año corriente y la quita del IVA para los productos de la canasta básica.
Estas promesas tan reiteradas durante toda su presentación tuvieron poca repercusión en las agrupaciones militantes que se encontraban en la plaza. Los momentos de mayor festejo fueron respecto a las chicanas hacia el gobierno anterior: luego de la interrupción del discurso por parte de los bloques opositores, el Presidente les ordenó que “respeten el voto popular” y sentenció diciendo “no seremos matones como algunos han sido”, única vez que la plaza encontró un cántico al unísono “Si se puede”.
Mientras tanto, en las afueras del Congreso, las frases más utilizadas por los militantes eran “Argentina vive tiempos difíciles pero confiamos en el cambio” o “la diferencia de opiniones está dividiendo al país, tenemos que apostar a la unidad”.
A cuadras del gran vallado policial, las calles eran parte de otra postal. La Gendermería reprimió una gran movilización de Bancarios que intentaba acercarse al Congreso para manifestarse en contra de las políticas de ajuste del Gobierno.