Reproducimos el Informe elaborado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz
Síntesis
La reciente visita del presidente de EUU a nuestro país, trajo la novedad de un posible acuerdo de libre comercio entre nuestro país y la potencia del norte. La promoción de este tipo de acuerdos, es parte de la geopolítica norteamericana en la región, vinculada al desarrollo del Acuerdo de Asociación Transpacífico (o TPP por sus siglas en inglés).
En el presente informe se señalan las características centrales de este tipo de acuerdo en materia de Empresas del Estado, Contratación pública, Medio ambiente, Asuntos laborales y Flujos de datos y comercio electrónico.
Por Agustín Crivelli
Tratados de Libre Comercio y el Acuerdo de Asociación Transpacífico
La reciente visita del presidente de EUU a nuestro país, trajo la novedad de un posible acuerdo de libre comercio entre nuestro país y la potencia del norte. La promoción de este tipo de acuerdos, es parte de la geopolítica norteamericana en la región, vinculada al desarrollo del Acuerdo de Asociación Transpacífico (o TPP por sus siglas en inglés).
El TPP es un tratado de libre comercio (TLC) de carácter multilateral, actualmente en proceso de negociación, que involucra a 12 estados: Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei Darussalam, Singapur, Vietnam, Canadá, Chile, Perú y México.
Las negociaciones del TPP sentaron bases en el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, también conocido como Pacífico–4 (P4), suscrito en 2005 entre Brunei Darussalam, Chile, Nueva Zelanda y Singapur. En 2008, Estados Unidos hizo público su interés en acceder a dicho acuerdo, incentivando a Australia, Perú, Vietnam y Malasia a seguir sus pasos. No obstante, los efectos de la crisis económica mundial paralizaron por completo el devenir de la política comercial estadounidense, hasta que en 2010 la administración de Barack Obama inició formalmente las negociaciones para ampliación del P4. Desde entonces, se han ido sumando nuevos participantes: Australia, Malasia, Perú y Vietnam en 2010, Canadá y México en 2012 y Japón en 2013.
La incorporación de Canadá, México y Japón significó un incremento considerable en el potencial económico de esta agrupación, y de concretarse implicará cambios relevantes en la configuración y funcionamiento de las cadenas de valor asiáticas y transpacíficas. En efecto, en 2012, las 12 economías participantes en el TPP explicaron 39% del PIB mundial, concentraron 11% de la población global, y dieron cuenta del 26% del comercio mundial de bienes. Por su parte, el comercio de bienes entre los 12 países miembros alcanzó los US$ 2 billones, equivalentes a un 46% de las exportaciones de ese grupo al mundo. En cuanto a los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED), en 2012 los países integrantes fueron responsables de emitir 44% de los flujos internacionales de IED, al tiempo que fueron receptores del 30% de las corrientes de IED.
Desde su incorporación en 2010, Estados Unidos asumió el liderazgo de las negociaciones, siendo la concreción del acuerdo una de la principales iniciativas estadounidense en materia de negociaciones comerciales internacionales. Independientemente de las posibles ganancias económicas que impliquen para Estados Unidos la firma del TPP en el largo plazo, lograr un acuerdo se convirtió para la administración de Obama en parte de una estrategia más amplia para aumentar su presencia en el continente asiático y así, contener la influencia china en la región. Esta es la razón por la cual, los funcionarios norteamericanos abogan a favor de que el acuerdo quede abierto a la incorporación de nuevos miembros de la cuenca del Pacífico, con el fin de lograr que el TPP alcance una mayor dimensión y avance gradualmente hacia la conformación de un gran área de comercio transpacífico.
En este sentido, las autoridades estadounidenses tienen el objetivo de que el TPP constituya un “acuerdo del siglo XXI”, que fije altos estándares para la gobernanza de las relaciones comerciales y de inversión en el contexto de las cadenas globales de valor. Los temas denominados “de siglo XXI”, que hasta ahora no han figurado de forma prominente en las agendas de los acuerdos comerciales, abordan cuestiones como la convergencia regulatoria, los flujos transfronterizos de datos, la protección de la propiedad intelectual, la protección a la inversión extranjera, la neutralidad competitiva de las empresas del Estado, la contratación pública, los asuntos laborales, etc. Así, el interés en alcanzar un acuerdo de este tipo, deja en evidencia el anhelo de Estados Unidos por alterar la dinámica del poder económico en la región para incrementar su predominio en el Asia-Pacífico.
El acuerdo actualmente en proceso de negociación incluye 29 capítulos. Algunos guardan relación con temas tradicionales como aranceles, normas de origen, obstáculos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, medidas de defensa comercial, comercio de servicios e inversión, etc. Otros capítulos, tal como se mencionó con anterioridad, tratan cuestiones propias de un tratado “del siglo XXI”. A continuación se expondrán los temas, donde se encontrarían los principales puntos críticos de la negociación:
Acceso al mercado de bienes y reglas de origen
El propósito de la negociación en este ámbito consiste en la eliminación de los aranceles para el comercio de los países miembros mediante la creación de un área de libre comercio. Dado que varias naciones participantes están vinculadas por una densa red de acuerdos comerciales bilaterales y plurilaterales, se torna necesario volver plurilaterales los cronogramas de desgravación pactados en el marco de los diferentes acuerdos que en la actualidad vinculan a los países.
Durante las negociaciones se han encontrado dificultades para levantar las barreras arancelarias en determinados productos o sectores. Gran parte de los casos de mayor complejidad involucran a Estados Unidos, ya que enfrenta fuertes presiones lobbistas para no abrir el sector textil con Vietnam, el sector automotriz con Japón, el sector lácteo con Nueva Zelanda y el sector azucarero con Australia. Asimismo, Japón presenta una marcada resistencia para liberalizar su mercado agrícola e industria automotriz. En efecto, uno de los temas más críticos de las negociaciones del TPP se centra en el régimen de origen aplicable a los productos textiles. Mientras que Estados Unidos busca aplicar la regla de “hilado en adelante” que ha utilizado en todos sus tratados de libre comercio anteriores, Vietnam aboga por la regla de “corte y confección” . Las posiciones enfrentadas en esta materia, han provocado que Vietnam se rehusara a avanzar en la negociación del acceso al mercado para bienes industriales hasta que Estados Unidos flexibilice la exigencia de aplicar la regla de “hilado en adelante”.
Inversión
La negociación en este terreno tiene como propósito dotar a la IED de elevados niveles de protección a través de disposiciones como las de trato nacional, nación más favorecida, trato justo y equitativo, prohibición de diversos requisitos de desempeño, garantías de compensación pronta y adecuada en casos de expropiación, y libertad para la remisión de utilidades. En términos generales este apartado ha sido aceptado por los integrantes del TPP, con la salvedad de Australia que rechazo la adopción de un mecanismo de solución de controversias entre los inversionistas y el Estado. Por su parte, Estados Unidos insiste en que dicho mecanismo debe ser aplicable a todos los miembros del acuerdo, sin excepciones.
Propiedad intelectual
Los acuerdos comerciales negociados por Estados Unidos se caracterizan por un continuo aumento de los niveles de protección de la propiedad intelectual, lo que denota el importante papel que juegan las industrias basadas en la creación y el conocimiento, y su influencia política. Al respecto, Estados Unidos a puesto en la mesa de negociación tres temas que han encontrado una fuerte resistencia entre los países participantes. En primer lugar, aboga por imponer sanciones penales a la falsificación intencional de marcas y piratería de derechos de autos que ocurran “en una escala comercial”, incluso si ello no resulta en una ganancia financiera directa o indirecta. Otro tema que despertó controversia, es la propuesta norteamericana de un mecanismo según el cual se ofrecería a las farmacéuticas una serie de beneficios si estas logran obtener la autorización para introducir al mercado nuevos productos dentro de un plazo a determinar. Dichos beneficios consisten en la extensión de las patentes, la duración del período de exclusividad de los datos de prueba y la vinculación obligatoria de patentes . Finalmente, Estados Unidos buscaría incluir en el TPP disposiciones por las cuales los proveedores de servicios de Internet se verían obligados a retirar aquellos contenidos como, como música, películas u obras literarias, que estén violando derechos de autor, una vez que reciban una denuncia por parte del titular de esos derechos.
Empresas del Estado
Una vez más, la inclusión de este tema en el TPP ha sido impulsada por Estados Unidos. La propuesta tiene como fin generar un entorno de neutralidad competitiva y eliminar cualquier clase de ventaja que reciban las empresas públicas por encima de aquellas otorgadas a las empresas privadas. Representa un tema de gran sensibilidad para Brunei Darassulam, Japón, Malasia y Vietnam, debido a que las empresas estatales cumplen un rol relevante en la actividad económica de todos ellos. Se destacan los ejemplos del Japan Post en Japón, de la petrolera Petronas en Malasia y del fondo soberano Temasek en Singapur. En el caso de Vietnam, las empresas públicas concentran aproximadamente 40% del producto.
Contratación pública
Este apartado tiene como objetivo otorgarle a las empresas de los países integrantes del TPP igualdad de condiciones respecto a los proveedores nacionales para participar en los procesos de contratación pública de bienes, servicios y obras públicas en cada país miembro del acuerdo. Dicho asunto es de particular complejidad para Malasia, ya que en ninguno de los acuerdos comerciales que suscribió a la fecha ha asumido compromisos en materia de contratación pública, y que mantiene políticas de acceso preferencial en este sector para las pymes y las empresas de la población malaya étnica.
Medio ambiente
La negociación de este apartado es de especial complejidad. Por un lado, Estados Unidos promueve la incorporación en el TPP de compromisos vinculantes para combatir el comercio ilegal de especies animales y vegetales, la tala ilegal y la sobreexplotación de pesquerías. Asimismo, ha propuesto que las obligaciones contenidas en el capítulo ambiental estén sujetas al mecanismo general de solución de controversias del acuerdo, haciendo posible la aplicación de sanciones comerciales en el caso de incumplimiento. En las antípodas se encuentran Malasia, Vietnam y Japón, países para los cuales suprimir la tala ilegal, los subsidios a la pesca y a los combustibles fósiles reviste una especial complejidad.
Asuntos laborales
Existe una fuerte presión de Estados Unidos para que los países miembros del TPP garanticen la aplicación efectiva de sus respectivas legislaciones nacionales y cumplan con los derechos laborales fundamentales incluidos en la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo de 1998, a saber: la libertad de asociación, el reconocimiento del derecho a la negociación colectiva, la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso, la abolición del trabajo infantil, y la eliminación en materia de empleo y educación. En este sentido, Estados Unidos plantea la necesidad de que el capítulo sobre asuntos laborales del TPP esté sujeto al mecanismo de solución de controversias, abriendo la posibilidad de establecer penalidades comerciales en el caso de incumplimiento. Varios países, como por ejemplo Vietnam, competidores de Estados Unidos en la industria textil, han manifestado su fuerte rechazo al interés norteamericano.
Flujos de datos y comercio electrónico
Con el objetivo de asegurar el libre flujo transfronterizo de datos en el TPP, Estado Unidos manifestó su intención de prohibir el bloqueo de la transmisión transfronteriza de datos a través de Internet. Al respecto, Australia y Nueva Zelanda señalaron que la propuesta de Estados Unidos podría contravenir sus leyes sobre privacidad de los datos personales. En tanto que para Malasia y Vietnam, el tema reviste cierta sensibilidad dada la restricción que ambos países aplican sobre la libre transmisión transfronteriza de datos por Internet. En la reunión entre los representantes de los países participantes del TPP efectuada el 25 de febrero de 2014 en Banyan (Singapur), no pareció mejorar las perspectivas de concluir en el corto plazo las negociaciones del TPP. Alcanzar un acuerdo no será una tarea sencilla, ya que las negociaciones se han conducido bajo la premisa de que el resultado final debe ser aplicado a todos los países y a la fecha subsisten importantes diferencias entre los integrantes. La heterogeneidad de los países participantes en términos de tamaño de las economías, nivel de desarrollo, sistema político y aspectos culturales, implica un importante desafío para arribar a un acuerdo.
A pesar de la pretensión de Estados Unidos de establecer un acuerdo del siglo XXI, las principales controversias giran en torno a temas tradicionales y fuertemente discutidos como las barreras arancelarias al comercio de productos agrícolas, calzado y vestuario. Tal como se expuso con anterioridad, la pretensión de construir un acuerdo amigable con las cadenas de valor no se condice, por ejemplo, con la posición de Estados Unidos en relación a las reglas de origen en el sector textil. En caso de prevalecer, Vietnam no podría abastecerse de telas y fibras con sus proveedores tradicionales en China, si quiere gozar de los beneficios de la desgravación arancelaria del TPP.
Por lo tanto, la estrategia de Estados Unidos de expandir su influencia tanto económica como política sobre la región de Asia – Pacífico, dependerá en gran medida de si logra alcanzar un punto de equilibrio en las negociaciones con aquellos países que mayor contrapeso le pueden hacer, en este caso Japón y Vietnam. En el caso de que el TPP resulte exitoso y logre liberalizar el comercio entre los países socios, el objetivo de Estados Unidos de conformar un área de libre comercio que concentre la mayor parte de los miembros del Foro de Cooperación Económica Asia – Pacífico (APEC), quedará sujeto a los intereses estratégicos de China y al devenir de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y el país asiático.
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