Gran Angular conversó con Liliana Panizo, viuda de Javier Diez Canseco, quien es una de las fundadoras de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) y dirigente del Partido Socialista. Panizo habló sobre el actual escenario electoral y apuntó que Keiko Fujimori tiene el rechazo de la mayoría de los peruanos porque es una candidata que por más que ha intentado deslindarse del fujimorismo, el tema de transparencia y honestidad no es la bandera del partido Fuerza Popular, pues en la lista al Congreso ha incluido a sentenciados y procesados en casos de corrupción, peculado, entre otros. Señaló que las investigaciones sobre los fondos usados para los estudios de los hijos de Fujimori no han sido archivados sino que han sido prescritos, por lo que la Fiscalía no pudo hacer acusación formal, es decir que Keiko nunca fue declarada inocente. Algo muy parecido a lo de Alan García, ya que cuando retorna al Perú todos los delitos por los que se le investigaban también prescribieron.
Por Marilyn Cespedes
P.- Javier Diez Canseco es una figura emblemática para la izquierda peruana de las últimas décadas. A casi tres años de su partida, ¿Cómo evalúa el desempeño que ha tenido la izquierda, específicamente el Partido Socialista del cual fue fundador?
R.- La prematura partida de Javier sin duda dejó un hondo vacío en el Partido Socialista (PS), en las izquierdas y sectores progresistas. Siguiendo los acuerdos tomados luego de la traición de Ollanta Humala al asumir su mandato, Javier y el PS se abocaron a trabajar arduamente por la unidad de todos aquellos que buscaban el cambio real, la superación de un modelo económico que se veía ya estancado y darle curso a los cambios que las grandes mayorías de este país reclaman. Eso significó buscar puntos de unidad, discutir agendas, trabajar a fondo nuestras propuestas programáticas entre los diversos sectores. En fin, un sin número de acciones encaminadas a lograr un solo frente, un solo programa y una sola candidatura. Eso, como sabemos, se ha logrado a medias. Es una lástima que aún no superemos viejos estilos y formas de hacer política. El caudillismo sigue siendo un grave problema, no sólo en las izquierdas.
P.- La reciente encuesta de Ipsos sacó del grupo de “otros” a Verónika Mendoza y la coloca en 4% de intención de voto. ¿Cómo toma este ascenso? ¿Qué debería fortalecer el Frente Amplio en las 6 semanas que queda de campaña?
R.- Pues con mucha satisfacción y alegría. Nuestra apuesta por Verónika no es nueva. Dentro del PS siempre la vimos como una promesa. Ahora está claro que su compromiso y valentía están siendo también valorados por diversos sectores de la ciudadanía. Lo que toca es trabajar fuertemente con la difusión masiva de las propuestas, que es lo más importante, pues nuestro país necesita cambios profundos en la política económica, llevamos 25 años con un modelo que solo nos ha dejado desigualdades y la riqueza se ha concentrado en pocas personas. Es el momento de discutir temas de fondo, como el aumento salarial ya que somos uno de los países con los salarios más bajos de toda la región. Poner sobre la mesa la crisis actual que estamos viviendo, el alza de los alimentos, el impacto del fenómeno de El Niño, y de cómo la caída del precio de los metales nos está impactando de manera severa ya que somos un país primario-exportador. Es momento de poner sobre la mesa temas como la diversificación de la economía, la pensión no contributiva para los más pobres, mejorar la situación del sector salud. Todos los candidatos ofrecen lo mismo, pero ninguno habla de la urgencia cambiar este modelo económico que nos ha arrastrado a ser un país muy desigual. La participación del PS en el Frente Amplio se explicará porque buscamos la igualdad y la justicia social para todos, esa era la lucha de Javier.
P.- Esta encuesta también reflejó que el electorado quiere cada vez más alejarse de los candidatos tradicionales como Alan García y Alejandro Toledo ¿Cómo evalúa el caso del fujmorismo en donde el electorado todavía es muy fuerte? ¿Keiko está reflejando a una nueva generación del fujimorismo?
R.- Keiko Fujimori viene trabajando desde hace más de cuatro años su candidatura – la tercera- a la presidencia. Sabe perfectamente que si no vence el altísimo rechazo que tiene de la mayoría de peruanas y peruanos, puede estar siempre primera en las encuestas, pasar a la segunda vuelta, pero nunca ganar. Considero que no ha cambiado nada de fondo del fujimorismo de los noventa; si lo hubiera hecho no tendría a la señora Chacón en el número 1 de su lista por Lima, quien tiene un desbalance patrimonial por cerca un millón de dólares que nunca pudo demostrar cómo obtuvo. Si bien es cierto que la Corte Suprema anuló la condena y el proceso, porque ningún fiscal presentó cargos contra la parlamentaria, el asunto central es que hay pruebas concretas que un desbalance patrimonial, en el año 2012 hubo una condena de tres años de prisión suspendida por enriquecimiento ilícito. Habría que recordar a Keiko más frecuentemente que el propio Alberto Fujimori se declaró culpable de los delitos de corrupción por los que se extradito de Chile. Fue una hábil estrategia lo de la sentencia anticipada, aceptar los delitos para evitar que la ciudadanía conociera ampliamente la tremenda corrupción que hubo en su gobierno.
Una denuncia periodística ha puesto en evidencia que en la lista al Congreso de Fuerza Popular está integrada por sentenciados por peculado y hasta condenados por delito contra el Estado, el empresario Moisés Mieses por ejemplo, purgó tres años de prisión condicional por falsificar documentos, el secretario general de su partido es un hombre investigado por lavado de activos; el prontuario es largo.
Keiko nunca esclareció la financiación de sus estudios y la de sus tres hermanos, lo que ha costado una fortuna, ya que ninguno de ellos obtuvo becas ni tuvo que trabajar para solventarla. La venta de la casa familiar, que supuestamente fue para cubrir esos gastos, ha quedado demostrada que fue una mentira, dos peritajes judiciales confirmaron que la venta de la casa de Surco fue una operación ficticia, las investigaciones sobre los fondos usados paras los hijos de Fujimori no han sido archivados sino han prescrito, por lo que la Fiscalía no pudo hacer acusación formal, es decir que Keiko nunca fue declarada inocente. Algo muy parecido a lo que también sucedió con Alan García cuando retornó al Perú cuyos delitos por los que se le investigaban también prescribieron.
En resumen, la lavada de cara que pretende hacernos creer Keiko es superficial, la “nueva” generación del fujimorismo es lo que vemos ahora: denuncias, expedientes judiciales, rifas que dan “ganancias millonarias”, donaciones dudosas, ese es el fujimorismo de ayer y hoy, más que lo mismo.
P.- Verónika Mendoza y Keiko Fujimori representan dos modelos de gobierno en pugna; además, son las únicas mujeres participando en la contienda electoral. Sería interesante la posibilidad de un debate entre ambas…
R.- Un debate entre ellas no solo sería interesante sino ilustrativo. Allí quedaría claro quién es quién y qué intereses reales representa cada una. Verónika está comprometida con un cambio real, con una lucha frontal contra la corrupción, tiene un profundo compromiso con el bienestar de todos, tiene un alto concepto y respeto por la diversidad cultural y por la dignidad de la persona, más allá de su condición social y económica o su opción sexual. Es cociente que para construir ciudadanía hay que ejercer derechos y para ello deben darse las condiciones: no a la discriminación en todas sus formas.
P.- También sale a relucir el pasado de ambas por el Congreso. Se critica mucho el paso de Keiko Fujimori y su “poca productividad legislativa” en el Parlamento contrastada con la de Verónika…
R.- Keiko Fujimori se estrenaba como lideresa del fujimorismo cuando llegó al Congreso, no había tenido trabajo antes, su paso por el Congreso es lo único que se le conoce, aunque con una representación muy mediocre. Fue titular de la Comisión de Economía, de las 42 sesiones desarrolladas por dicha comisión solo participó en 6, y durante su periodo legislativo registró más de 400 inasistencias; no se le conoce ni un solo proyecto de ley destacable. Mientras que Verónika ha tenido un papel representativo en diversos temas, ella ha presidido la Comisión de Pueblos Indígenas del Congreso, donde se realizó una investigación sobre los abusos de contaminación en uno de los lotes más importantes del país, el Lote 192, donde operó durante 15 años la empresa argentina Pluspetrol, puso en evidencia los rastros de contaminación y dio seguimiento al cumplimiento de los compromisos asumidos por parte del Estado y la empresa, además del cumplimiento de la consulta previa en la zona. Acompañó diversas luchas como el buscar justicia y reparación a las miles de mujeres esterilizadas durante el gobierno de Fujimori. La despenalización del aborto en caso de violación, la unión civil, entre otros vinculados a derechos, han sido los temas de discusión y debate en el país en lo que ella ha destacado. Si hacemos un análisis de la calidad de trabajo legislativo, no hay punto de comparación entre ambas.
P.- De las dos candidatas, según las encuestas, Keiko Fujimori sería la primera mujer presidente del Perú. Sin embargo, su historial no registra una cercanía efectiva con el género femenino. Recordemos el tema de esterilizaciones forzadas que todavía es muy controversial y el tema de las agresiones a su propia madre y su silencio ante estas acciones. Parece que Keiko tiene una deuda con las mujeres del país, ¿por quién se siente representada?
R.- La imagen de Keiko Fujimori al costado de su padre reemplazando a Susana Higuchi es muy penosa. En primer lugar por Susana quien no se merecía ese trato y menos de su propia hija. Es evidente que Alberto Fujimori siempre ha tenido el control de sus hijos. Keiko no podía ser la excepción. A ninguna mujer le puede parecer bien lo que hizo. No me siento representada por Keiko, ni por Alan, ni por PPK, ni por Toledo, menos por Urresti. Ya ni que decir de Acuña. Me siento representada por Verónika y sus propuestas de cambios profundos en nuestro país. No creo que por el hecho de ser mujer tenga que haber una identificación natural. Ahora, sí me gustaría mucho que Verónika llegue a ser la primera presidenta de mi país.
P.- Julio Guzmán afirmó en el debate electoral que “Las ideologías ya no sirven”, “que el mundo ya no piensa en izquierda o derecha” y que por tanto “la solución es el medio”. ¿Cree que es importante mantener una ideología en campaña electoral? ¿Qué efectos podría tener en el electorado considerando que casi ninguna de las agrupaciones políticas se declara de derecha o de izquierda?
R.- Esa afirmación, como otras del señor Julio Guzmán, solo pretende evadir temas de fondo. En este país más de un 30% se reconoce de izquierda. Puede ser que para unos sea irrelevante, sin embargo, tiene un contenido claro: por quién se quiere trabajar y que intereses se busca servir. ¿Quién apuesta claramente por la gente, sus necesidades y el respeto a su dignidad? ¿Por la defensa de los recursos naturales que son de todas y todos? ¿Por un medio ambiente sano? En fin, son banderas que nosotros levantamos dentro del PS y el Frente Amplio. ¿Eso es ser de izquierda? Pues si así es, lo somos, sin ninguna duda ni menos vergüenza, sino con orgullo por una tradición y un legado de gente con ideales y que entregaron su vida en defensa de ellos. Y eso no quiere decir para nada que estamos en contra de la inversión privada ni menos de la inversión extranjera.
P.- La juventud es un elemento que desde la campaña pasada ha comenzado a tomar mucho protagonismo, sobre todo, en las zonas urbanas. Primero fue con PPK y ahora con Julio Guzmán. ¿A qué cree que se deba esta mayor politización de las juventudes?
R.- La juventud ya no tiene el fantasma del terrorismo. En los 90 hacer política era mal visto porque el fujimorismo hizo creer a la gente que todo lo que era política era malo. Luego de la recuperación de la democracia, lamentablemente, la clase política tradicional ha empeorado las cosas y el desprestigio ha continuado y con justa razón. El crecimiento económico también ha contribuido a que la juventud mire de otra manera el futuro. No solo se busca cifras en azul, sino también desarrollo, lo que incorpora otros componentes y que involucra derechos, posibilidades, una mirada de futuro inclusivo y respetuoso de muchas cosas, entre ellas el medio ambiente y la diversidad, que antes no se valoraban. El que ofrezca y no cumpla sus promesas acercará más a las juventudes hacia quienes verdaderamente dicen lo que piensan y hacen lo que dicen.
P.- Recientemente, Javier Velásquez Quesquén, candidato al Congreso por Alianza Popular, acusó a Verónika Mendoza de tener vínculos con el pensamiento de Abimael Guzmán. Sin embargo, esta es una apreciación que se extiende, en general, a la ideología misma. El vínculo entre la Izquierda y Sendero Luminoso todavía persiste. ¿Por qué no se han logrado deslindar después de tantos años?
R.- Son manotazos de ahogado los de Velásquez y otros políticos tradicionales a falta de críticas valederas a las propuestas de Verónika. No tienen cómo atacarla y vuelven con el San Benito del terrorismo y Sendero Luminoso (S.L.) .Nuestro deslinde con las acciones terroristas de SL y el Estado ha sido clarísimo. Como izquierda tenemos muchos mártires, militantes de nuestras organizaciones que fueron asesinados tanto por Sendero como por fuerzas del Estado. Nuestra posición siempre ha sido de rechazo al terrorismo, venga de donde venga. Creo que se va teniendo cada vez más claro quiénes apostamos por una verdadera democracia para la gente y con la gente.