En Berlín alrededor de 40 personas se reunieron ayer sábado para protestar contra la política de represión del gobierno de Macri en Argentina. La cita fue frente a la emblemática Puerta de Brandemburgo. El colectivo de los argentinos y argentinas en Alemania llamaban a esta manifestación, aclarando que no pertenecían a ningún partido y que no apoyaban a ninguno en particular.
En los breves discursos en español y alemán, se lamentó el resurgimiento de la represión estatal y la recaída en la supresión de la vida democrática, repitiendo hechos que no se habían visto desde la restauración de la democracia en Argentina hace más de 30 años.
En el corto tiempo que Mauricio Macri llegó al poder, la represión aumentó fuertemente y afectan a casi todas las áreas sociales.
Se destacaron las represalias contra los empleados despedidos de Cresta Roja, una enorme granja de aves que cerró dejando más de 5000 empleados en la calle. Poco después la policía utilizó también balas de goma contra los empleados de la administración municipal en La Plata y cooperativistas que fueron despedidos.
La detención de la activista argentina Milagro Sala no pasó desapercibida en los medios alemanes. Ella fue acusada por «instigación a cometer delitos y tumultos en concurso real». Esta detención fue condenada por Amnistía Internacional y parlamentarios del Mercosur. Organizaciones políticas y sociales de la izquierda en casi todos los países latinoamericanos se han solidarizado con Milagro Sala, incluso la ONU exigió que se ponga fin a este arresto ilegal, considerando a Milagro «la primera presa política del macrismo».
Siguiendo con la «lista de pecados» del nuevo presidente argentino aparece el tiroteo con balas de goma y de plomo, sin razón y arbitrario, a la banda de música infantil «Los Reyes del Ritmo» en los barrios marginales 1-11-14 por la gendarmería. Finalmente la represión estatal de los miembros de la Unión ATE y Bancaria.
Todo esto ocurrió en el contexto de un despido masivo de más de 20.000 funcionarios. Macri puede ser culpado de actuar por motivos puramente políticos para intimidar a los funcionarios todavía en servicio y para silenciar a las periodistas críticos.
El colectivo de los argentinos y argentinas en Alemania pide al presidente Mauricio Macri, la libertad inmediata de la activista Milagro Sala y poner fin a la violencia policial, a la criminalización de la protesta social, la restricción de las libertades civiles y la censura de los medios.
Finalmente llamaron a los medios alemanes de no celebrar más a Mauricio Macri como «reformador democrático y hombre de consenso» y de informar libre de prejuicios sobre la ola de represión en Argentina, algo sobre lo que incluso el Papa Francisco y Amnistía Internacional han expresado su preocupación.