AMY GOODMAN: Hablemos de Honduras. Quiero discutir el rol de Hillary Clinton en el golpe de Estado de 2009 en Honduras que derrocó al presidente democráticamente electo Manuel Zelaya. En sus memorias, «Decisiones difíciles», Hillary Clinton escribió acerca de lo ocurrido en los días que siguieron al golpe. Ella escribió: «En los días posteriores hablé con mis colegas de todo el hemisferio, entre ellos la secretaria [Patricia] Espinosa [en] México. Elaboramos un plan para restaurar el orden en Honduras y garantizar que unas elecciones libres y justas [pudieran] llevarse a cabo de forma rápida y legítima, lo cual convertiría el asunto de Zelaya en algo irrelevante».
Desde el golpe, Honduras se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos del mundo. En 2014, la ambientalista hondureña Berta Cáceres habló sobre el papel de Hillary Clinton en el golpe de 2009. Cáceres es la mujer que fue asesinada la semana pasada en La Esperanza, Honduras. Pero ella habló sobre el papel de Hillary Clinton en el golpe de 2009 en el programa de televisión argentino Resumen Latinoamericano.
BERTA CÁCERES: Sí, Si tiene mucho que ver, porque venimos arrastrando un golpe de Estado que no pudimos echarlo para atrás. No pudimos revertirlo. Siguieron y siguen los golpistas. Y después, con las las elecciones, como bien lo dice la misma Hillary Clinton en su libro «Decisiones difíciles», donde prácticamente esta diciendo lo que va a pasar en Honduras. Y eso demuestra una mala injerencia norteamericana en nuestro país. Que el tema de que vuelva Mel Zelaya a la presidencia se vuelva un tema secundario, y que se van a hacer elecciones en Honduras. Y ella ahí reconoce que ellos siempre evitaron que Mel Zelaya retornara a la presidencia, y que iban a haber elecciones. Y la comunidad internacional oficial y los gobiernos en su gran mayoría aceptaron eso. Y advertimos que eso era muy peligroso y que daba paso a una barbarie no sólo en Honduras sino que en el continente. Y hemos sido testigos de eso.
AMY GOODMAN: Escuchábamos a la activista ambiental hondureña Berta Cáceres, hablando en el año 2014. Ella fue asesinada la semana pasada en su casa en La Esperanza, en Honduras. El año pasado fue galardonada con el Premio Ambiental Goldman. Ella era una destacada ambientalista a nivel mundial. ¿Profesor Grandin?
GREG GRANDIN: Ella criticó el libro de Hillary Clinton «Decisiones difíciles», en el que Clinton defiende sus acciones en Honduras como un ejemplo de un pragmatismo. Ese libro es en realidad una confesión. Todos los demás países del mundo o de América Latina exigían la restitución de la democracia y el retorno de Manuel Zelaya. Fue Clinton quien básicamente relegó esa inquietud a una preocupación secundaria e insistió en la celebración de una elecciones que legitimaron y sistematizaron el régimen golpista, creando la pesadilla que existe hoy en día.
Eso es algo que también se puede ver en sus correos electrónicos. El verdadero escándalo de los correos electrónicos no es la cuestión del procedimiento… Ella quería crear un sistema de comunicaciones de que no quedara registro y que no pudiera ser revelado al público bajo la Ley de Libertad de Información. El verdadero escándalo de los correos electrónicos tiene que ver con el contenido de los mismos. Ella habla del proceso a través del cual trató de deslegitimar a Zelaya y legitimar las elecciones, sobre las que Cáceres habla en esa entrevista, denunciando que se estaban llevando a cabo en unas condiciones extremadamente militarizadas y fraudulentas, en un proceso disfrazado de democracia. Todo eso está en los correos electrónicos.
JUAN GONZÁLEZ: Y concretamente, ¿qué dice en los correos electrónicos?
GREG GRANDIN: Ella habla de trabajar para lograr una legitimación, consiguiendo que otros países cedan a la presión y acepten los resultados de la elección y renuncien a las demandas de que Zelaya sea restituido y, básicamente, dejen de calificar lo ocurrido como un golpe de Estado.
AMY GOODMAN: Vamos a marzo de 2010. En este video vamos a ver a la Secretaria de Estado Hillary Clinton viajando para reunirse con el presidente de Honduras, Porfirio «Pepe» Lobo, cuya elección fue boicoteada por los opositores al golpe que derrocó a Zelaya. Clinton insta a los países de América Latina a normalizar las relaciones con el gobierno de facto.
HILLARY CLINTON: Creemos que Honduras ha realizado pasos importantes y necesarios que merecen el reconocimiento y la normalización de las relaciones. Acabo de enviar una carta al Congreso de Estados Unidos notificándoles que vamos a restaurar la ayuda a Honduras. Otros países de la región dicen que quieren esperar un tiempo. No sé a qué están esperando, pero si quieren esperar, están en su derecho.
AMY GOODMAN: Escuchábamos a la Secretaria de Estado Hillary Clinton apoyando el golpe de Estado. ¿Qué es lo que sucedió después, hasta llegar al horror de la semana pasada, al asesinato de Berta Cáceres?
GREG GRANDIN: Bueno, eso es sólo un ejemplo del horror. Cientos de activistas campesinos y activistas indígenas han sido asesinados. Decenas de activistas por los derechos de los homosexuales han sido asesinados. La situación en Honduras es una pesadilla. En cierto modo, el régimen golpista básicamente entregó Honduras para que fuera saqueado por las compañías transnacionales. Y en esa entrevista, Berta Cáceres dice que después del golpe de Estado se instauró algo parecido a una contrainsurgencia permanente en favor de las compañías transnacionales. Y eso, no habría sido posible si no hubiera sido por la normalización o la legitimación de esa elección por parte de Hillary Clinton.
AMY GOODMAN: Greg Grandin, vamos a dejarlo aquí. Greg Grandin, profesor de historia latinoamericana en la Universidad de Nueva York. Su libro más reciente se titula «Kissinger’s Shadow: The Long Reach of America’s Most Controversial Statesman» (La Sombra de Kissinger: El largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos).
Esto es Democracy Now! Cuando regresemos, vamos a hablar de Argentina, y de la relación entre ese país y un multimillonario donante republicano y especulador financiero. Quédense con nosotros.
Traducido y editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.