Hoy es el 24 de marzo de 2016 y están a punto de cumplirse cuarenta años del golpe de Estado que instaló en la República Argentina una cruenta dictadura cívico militar. Fue a la noche y la oscuridad duró siete años.
Hace un momento que los humanistas dejamos la marcha que colmó la Plaza de Mayo, y las calles adyacentes, de gente de todas las edades: argentinos sobrevivientes -nuestra generación- y los menores de treinta y tres, los bienaventurados que nacieron en democracia. La desconcentración de las agrupaciones que participamos en el primero de los actos -hay dos, consecutivos- se hizo para dejar paso a las columnas de los partidos de izquierda que agrupan frente al Congreso y desde allí marchan hacia nuestra plaza mayor.
Cada 24 de marzo, los argentinos celebramos en las calles una comunión cívica que nos reivindica como sociedad adulta: no caímos en la previsible venganza y preferimos la Memoria, la Verdad y la Justicia para superar la etapa más aciaga de nuestra vida como pueblo. En paz pero alertas, seguimos buscando alargar el brazo de la justicia hacia los que todavía la burlan.
Cuando desandábamos, en paz y emocionados, más de cuatro horas de un intenso encuentro entre militantes rumbo a nuestros hogares o hacia las salas del Mensaje de Silo, algunos cantaban la canción de León Gieco que copio a continuación. Va la letra y pueden escucharla en su voz: https://www.youtube.com/watch?v=9Q2GJQDHXEQ
Es la mejor aproximación que pueden hacer al espíritu de esta tarde de marzo y compartir con nosotros una parte de nuestro modo de ser.
La Memoria (Leon Gieco)
Los viejos amores que no están, /La ilusión de los que perdieron, /Todas las promesas que se van, /Y los que en cualquier guerra cayeron.
Todo está guardado en la memoria, /Sueño de la vida y de la historia/El engaño y la complicidad/ De los genocidas que están sueltos, / El indulto y el punto final/ A las bestias de aquel infierno.
Todo está guardado en la memoria, / Sueño de la vida y de la historia/La memoria despierta para herir/A los pueblos dormidos/Que no la dejan vivir/Libre como el viento.
Los desaparecidos que se buscan/Con el color de sus nacimientos,/El hambre y la abundancia que se juntan,/El mal trato con su mal recuerdo.
Todo está clavado en la memoria, /Espina de la vida y de la historia.
Dos mil comerían por un año/ Con lo que cuesta un minuto militar/Cuántos dejarían de ser esclavos/Por el precio de una bomba al mar.
Todo está clavado en la memoria, /Espina de la vida y de la historia.
La memoria pincha hasta sangrar, /A los pueblos que la amarran/Y no la dejan andar/Libre como el viento.
Todos los muertos de la A.M.I.A. /Y de la embajada de Israel, /El poder secreto de las armas, /La justicia que mira y no ve. /Todo está escondido en la memoria, /Refugio de la vida y de la historia.
Fue cuando se callaron las iglesias, /Cuando el fútbol se lo comió todo, /Que los padres palotinos y Angelelli/Dejaron su sangre en el lodo.
Todo está escondido en la memoria, /Refugio de la vida y de la historia.
La memoria estalla hasta vencer/A los pueblos que la aplastan/Y no la dejan ser/Libre como el viento.
La bala a chico Méndez en Brasil, /150.000 Guatemaltecos,/Los mineros que enfrentan al fusil,/
Represión estudiantil en México.
Todo está cargado en la memoria, /Arma de la vida y de la historia.
América con almas destruidas, /Los chicos que mata el escuadrón, /Suplicio de Múgica por las villas, /Dignidad de Rodolfo Walsh.
Todo está cargado en la memoria, /Arma de la vida y de la historia.
La memoria apunta hasta matar/A los pueblos que la callan/Y no la dejan volar/Libre como el viento.