Breve crónica de un hecho real.
23.03.2016. Laura vive en Buenos Aires, en el barrio de Villa Crespo. Tiene 45 años. Separada. Dos hijos de 8 y 12 años. Trabaja en la Biblioteca Nacional desde hace 19 años. Inteligente, alegre, solidaria. Es voluntaria en una escuela en sus contados ratos libres. Siempre atenta a ayudar a otros cuando la necesitan. De su trabajo depende su familia, la educación y salud de sus hijos. No tiene ayudas extras.
23.03.2016. El presidente de los Estados Unidos visita Buenos Aires. Su anfitrión, el recientemente elegido presidente de la Argentina prepara su recepción. “Se abre una nueva etapa de nuestra democracia”, declara sonriente (siempre “sonriente…miente” forzado) ante las cámaras que lo enfocan.
23.03.2016, 20 hs. Barack Obama ensaya unos pasos de tango en la cena de recepción. Mauricio Macri, su anfitrión, sonríe (…siempre “sonríe”) y aplaude. Los políticos de esta “nueva democracia”, que acompañan en otras mesas, replican los aplausos. Las “primeras damas” acompañan desde el centro de la mesa principal del banquete. En los medios, que transmiten en directo, los periodistas debaten acaloradamente acerca de los modelos de sus vestidos. La imagen hace recordar a las recepciones imperiales.
“Miremos el futuro… Estamos abriendo el país al mundo”, repite, exultante, el Presidente Macri. El presidente Obama elogia los avances del nuevo gobierno argentino.
23.03.2016, 14 hs. Los globos y banderas de los Estados Unidos y Argentina inundan la Plaza de Mayo. Los medios de difusión cubren el evento como si fuera una “gran fiesta” nacional. Analizan con minuciosidad los detalles más importantes: el reloj que lleva el presidente, el color de sus corbatas, los vestidos de las primeras damas, la marca del auto que los transporta y… cuál será el menú del día.
23.03.2016, 09 hs. En una hoja interior, en un pequeño recuadro, casi perdido, del diario La Nación, se lee: “El gobierno nacional anuncia 250 despidos en la Biblioteca Nacional”.
23.03.2016, 17 hs. Laura regresa a su casa. Disimula y calla su llanto cuando saluda a su hijo mayor. Laura fue despedida de su trabajo en la Biblioteca Nacional. Después de 19 años, sin explicación, sin justificación. Laura llama a una amiga y le dice: “me despidieron, estoy destruida….qué hago…estoy destruida”, le repite.
23.03.2016, 23.30 hs. La jornada está terminando. Los presidentes se despiden. En el “reino de las secundariedades”, los canales de TV se concentran en el tango de Obama, en el vestido de Juliana (la primera dama argentina), en el menú del almuerzo de las hijas del presidente americano, en el regalo y en la corbata del presidente Macri.
Para finalizar el día, una vez más, el presidente argentino repite ante las cámaras de TV: “Estamos comenzando una nueva etapa en la democracia de nuestro país… que será grandiosa para todos los argentinos”. Laura, sin entender, observa asombrada la escena.