¿Qué hace esta heterogénea multitud de personas de pie en el vestíbulo del Teatro del Pueblo? ¿Por qué están esperando horas para comprar una entrada? ¿Por qué los extranjeros buscan desesperadamente un enlace para una transmisión en vivo? Hacia el final del día, ¿qué es esto que llaman el DiEM25?
El manifiesto fue publicado en 9 idiomas, reconociendo, y al mismo tiempo tratando de superar la dificultad de las traducciones a tantos idiomas, y transformarse en un movimiento paneuropeo. Una cosa es evidente: la Europa de hoy no puede comunicarse y estar de acuerdo al interior.
Por supuesto, el hecho de que la única sustancia de unión entre muchos de los países involucrados es la unión monetaria, es peor que este efecto multi-idioma. Los primeros tratados de la UE fueron un esfuerzo por controlar los precios y los carteles, a pesar del hecho de que los acuerdos económicos no deben ser la preocupación principal en la unificación de las naciones de una región. La primera parte del discurso de Yanis Varoufakis se centró en este punto y el peligro que proviene de los esfuerzos realizados por las voces de nacionalismo para forzarnos a volver a los estados-nación.
Entonces, ¿qué es el DiEM25? Srećko Horvat, uno de los partidarios del DiEM25, respondió a una pregunta de la audiencia: «Si esto termina como otro partido, habremos perdido el juego; si esto termina siendo solamente una reunión espontánea de personas, que se disolverá ya sea por la especial fuerza que hay en las plazas, o debido a una incapacidad para traducirse en algo más grande, también habremos perdido el juego».
Por lo tanto, entré a su página web y llené el formulario de solicitud de ingreso. Al escribir mi información de contacto, se me dio la respuesta: «Usted es ahora miembro del DiEM25 y un voluntario para los grandes acontecimientos que vendrán. Pronto nos pondremos en contacto con usted y discutiremos qué parte del proceso/progreso se ajusta a sus intereses».
De acuerdo con Yanis Varoufakis, las instituciones europeas están gravemente enfermas; algo que fue claramente demostrado por el video presentado durante el lanzamiento del DiEM25 el día de ayer. Como primer «antídoto» se propuso una solicitud de transparencia en todas las reuniones oficiales e institucionales en toda Europa. Esta solicitud de transparencia encuentra un terreno fértil en la sociedad civil, así como en personalidades políticas y académicas quienes, de una u otra manera, han experimentado los efectos de las decisiones tomadas a puertas cerradas: la mayor parte de las negociaciones de los acuerdos transatlánticos (TTIP, TTP, CETA), todas las reuniones del Eurogrupo, las negociaciones entre los estados y las instituciones europeas con los bancos, las compañías farmacéuticas, etc. Todos los «grandes pilares» de la política económica mundial y europea se ejercen a puertas cerradas o por minutas manipuladas independientemente de lo que se está discutiendo realmente. Esta necesidad de transparencia se mencionó más de 15 veces en el evento de ayer, y la transmisión en vivo de todas estas reuniones fue la primera demanda de acción.
Como exigencia a mediano plazo, se propuso la co-formulación de un programa de política alternativa en materia financiera, deuda, pobreza y trabajo; la que se realizará a través de plataformas de Internet y se enriquecerá por medio de necesarias discusiones. Cómo se manejarán las cuestiones de lenguaje y de acceso a los foros en línea por tema, es algo que todavía no se ha aclarado. Parece que el DiEM25 tratará de proporcionar la infraestructura para facilitar este diálogo con el fin de que las decisiones finales entre los pueblos de Europa sea lo más participativa posible. Estamos a la espera de eso.
El objetivo final es crear un modelo diferente de gobierno con énfasis en la comunidad local, con una organización horizontal donde el desafío de los debates y propuestas será de «abajo hacia arriba» y no de «de arriba abajo», tal como lo experimentamos en la actualidad. ¿Ambicioso? Por supuesto. ¿Necesario? En efecto.
Pero no sólo fue heterogénea la multitud reunida en la Volksbühne. De diferentes orígenes y con serias diferencias y prioridades ideológicas – como el tipo de acción inmediata que necesitan nuestras sociedades hoy en día – eran también los partidarios oficiales presentados por el Sr. Varoufakis. «¿Vamos a cambiar las políticas del clima con el fin de disfrutar de sociedades más humanistas, o vamos a cambiar el sistema con el fin de tener éxito y lograr mejores condiciones del clima?», eran dos aproximaciones predominantes acerca de las políticas ecologistas y las de izquierda. «¿Hay que operar dentro del sistema capitalista o debería ser diferente la orientación de Europa? Y si es así, ¿cómo?» DiEM25 y todas aquellas personas que hablaron desde el escenario estuvieron de acuerdo en los siguientes puntos básicos:
Ningún pueblo europeo …
- Puede ser libre mientras se viole la democracia de otro
- Puede vivir con dignidad al tiempo que otro se le niega
- Puede esperar prosperidad si otro es empujado a la insolvencia permanente y la depresión
- Puede crecer sin productos básicos para sus ciudadanos más débiles, desarrollo humano, equilibrio ecológico y una determinación de liberarse de los combustibles fósiles.
En los discursos de los partidarios invitados al escenario que pude notar la rabia por la situación actual como resultado de las políticas de austeridad, una determinación de lo que va a pasar mañana, la voluntad para igualar la participación de los grupos que fueron dejados atrás, la transparencia y el valor. Además, todos ellos creen que, si la democracia se implementa realmente, vamos automáticamente a tener el tipo de Unión Europea que queremos. Esta es mi duda, ya que creo en un cambio profundo en nuestros valores con el fin de ser capaces de tener el tipo de Europa y el tipo de mundo que queremos, poner a los seres humanos en el centro de nuestras políticas y preocupaciones, y esto no viene automáticamente. Tenemos que trabajar en los diferentes niveles de la violencia y el miedo producido e impuesto por este sistema y, por desgracia, no sólo en el plano social.
Pero no tengo la intención de dejar que estos pensamientos se arrastran en mi mente. Por el contrario, como miembro activo del movimiento humanista mundial, voy a tratar junto con otras personas de que se conviertan en propuestas concretas y comunicarlas al DiEM25, ya que es, sin duda, lo más interesante que he visto desde los movimientos españoles y Occupy.
El público deificó a Ada Colau, Julian Assange, la joven representante de Blockupy, el enfoque artístico de Brian Eno. Aplaudieron con pasión cada crítica de las discusiones a puerta cerrada de los tratados transatlánticos y cada comentario sobre los grandes esfuerzos realizados por los países mediterráneos desde hace más de un año para hacer frente a la crisis de refugiados (básicamente, Grecia e Italia). Aplaudieron a Varoufakis por el reconocimiento de su fracaso como ministro de Finanzas, un fracaso del gobierno griego para obtener aún una concesión sin piedad por parte de las instituciones europeas. Ellos aceptaron con gusto la afirmación de Zizek Slavoj de que el fracaso era de esperarse porque la respuesta tiene que venir de todos los pueblos de Europa, como una secuela de la derrota del pasado verano.
Y, finalmente, recordamos las palabras con las que Samuel Beckett citó a Srećko Horvat: «Intenta de nuevo. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor.»