Cuando los habitantes del barrio de la Place des Fêtes y generosos ciudadanos organizan una comida caliente y conciertos para y con los 580 refugiados que ocupan desde hace varios meses un liceo en desuso e insalubre en el corazón de París, es un momento de felicidad compartida, en el que la danza y las sonrisas rompen la difícil cotidianeidad vivida por estos hombres desenraizados, a la deriva, en tránsito hacia una vida con la esperanza de que en Europa sea mejor.
París, domingo 18 de octubre, Lycée Jean Quarré
El Liceo, renombrado como “Maison des Réfugiés” (Casa de los refugiados) durante su ocupación, fue evacuado por la policía algunos días después de este suceso…
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