Desde la Asociación Mujeres Humanistas por la No-Violencia, exigimos la inmediata liberación de Milagro Sala -dirigente indígena e impulsora del movimiento Tupac Amaru- y la apertura de un proceso de diálogo con ella y con el colectivo que representa.
Consideramos que no ha cometido ningún delito, salvo que se considere como tal el haber trabajado por mejorar las condiciones de vida de la gente y ésta es su única falta: haber tomado en sus manos su destino y el de su pueblo.
Cuando el Estado argentino había abandonado a amplias capas de la población, esta asamblearia del MERCOSUR decidió abrir el futuro, primero de cientos y luego de miles de personas; y este fenómeno no violento, que ha comenzado en Jujuy, ha sido replicado en casi veinte provincias argentinas y está siendo modelo para otros pueblos desposeídos de América Latina. Esto, parece, es lo que no le perdonan algunos sectores poderosos y sus voceros: ciertos medios de comunicación.
Milagro, al igual que miles de mujeres en el mundo, se ha dedicado a superar el sufrimiento, a cuidar de sus semejantes y a proteger la vida (hoy en día amenazada de múltiples maneras); y, al igual que miles de mujeres en el mundo, está siendo tratada injustamente, está siendo violentada y privada de sus derechos, sin motivo aparente alguno.
La detención de Milagro Sala atenta contra los derechos humanos más básicos y recuerda más a un sistema dictatorial que a prácticas de un país democrático. Señor Presidente, podrán detener a las personas, podrán acallarlas… pero la vida seguirá su curso -como ha hecho siempre- y buscará el crecimiento y seguirá protegiendo al ser humano y acompañándolo en su caminar…
Le instamos a que libere a Milagro Sala y abra un proceso de diálogo; la historia seguirá su curso y usted verá como quiere aparecer en ella: ¿Cómo defensor de la libertad de expresión y de los derechos humanos? ¿Cómo aquel que se preocupa y ocupa del bienestar de su pueblo?…
¡Libertad para Milagro Sala y diálogo!
Abrazando, sin temores, un futuro mejor.