Por Notas.org.ar
Según un estudio difundido por el diario estadounidense The Washington Post, los hombres en las películas de Disney hablan hasta tres veces más que las mujeres, aún cuando estas sean las protagonistas.
Las lingüistas Carmen Fought y Karen Eisenhauer, investigadoras de la Universidad de Pitzer (California, Estados Unidos) difundieron algunas conclusiones preliminares de su trabajo en torno a las formas de hablar de las figuras femeninas en las películas de Disney para “indagar de dónde sacan las más pequeñas sus ideas sobre lo que es ser una nena”, según explicó Carmen Fought. “No creemos que las formas de hablar o actuar de las chicas sean naturales sino que al mirar estas películas repetidamente son educadas sobre los roles de género”, remarcó la investigadora.
En un primer momento, el trabajo consistió en rastrear cuánto tiempo hablaban los personajes femeninos en las historias de Disney, lo que les permitió distinguir la filmografía en tres períodos.
Los tres primeros “clásicos” de princesas de la famosa productora marcaron una etapa en la que las mujeres hablaban tanto como los hombres: en Blancanieves (1937) el 50% de las líneas de diálogo eran realizadas por mujeres, este número crece a 60% en Cenicienta (1950) y llega a 71% en La Bella Durmiente (1959).
Por el contrario en la segunda etapa, a la que llamaron “Renacimiento” fueron predominantemente diálogos signados por la voz masculina con el 68% en La Sirenita (1989), 71% en La Bella y la Bestia (1991), 90% en Aladino (1992), 76% en Pocahontas (1995) y 77% en Mulan (1998). Las investigadoras aducen que en estos filmes decrece la presencia femenina por la influencia de los musicales de Broadway, lo que incrementó la cantidad de personajes hablantes respecto del período anterior, aumentando así también la desigualdad de género.
Tras un período de diez años en el que Disney no produjo ninguna película de la serie princesas, Enredados (2010) fue la primera película de la última etapa en la que la voz de las mujeres comienza a tener mayor presencia, con un 52% mientras que en Valiente (2012) la voz de las mujeres llega al 74% del tiempo total de la película. La sorpresa la da Frozen (2013): a pesar de que las protagonistas son dos hermanas, los diálogos de hombres absorben el 59% del tiempo.
Otro aspecto analizado es la falta de personajes mujeres poderosas, respetadas o que ejerzan un rol humorístico. “En general se trata de una princesa aislada tratando de casarse, pero no hay personajes femeninos haciendo otro tipo de cosas”, señaló Fought y ejemplificó: “No hay mujeres liderando al pueblo para ir en contra de la Bestia, ni tampoco en los bares bebiendo y cantando canciones ni mujeres dando instrucciones a otras mujeres. Cualquier otra cosa que no sea buscar marido en las películas de Disney está hecha por un hombre”.
Un caso sintomático es el del compañero charlatán y gracioso del protagonista, como Sebastián en La Sirenita o Iago en Aladino que generalmente tienen las mejores líneas y son hombres, excepto en el caso de la Señora Pott de La Bella y la Bestia.
Por último, la investigación busca analizar aquello que se dice, en particular en los halagos recibidos por las mujeres. Mientras que en la etapa de los clásicos el 55% se centraban en la apariencia de las princesas y sólo el 11% en sus logros o habilidades, en la época del “Renacimiento” el 38% recae en la apariencia y el 15% a los logros. En la última etapa esto es finalmente revertido: en promedio en estos filmes el 40% de los elogios están dirigidos a las destrezas y éxitos de las princesas. En estos casos la investigación señala la influencia que puede haber tenido la mayor presencia en el guión y la dirección de equipos de mujeres.
Para distinguir el rol de género asignado a las mujeres es indispensable analizar el tipo de mundo que habitan las princesas: quiénes ejercen el poder, quienes gobiernan e, incluso, quien tiene posibilidad de hablar y quién no. En muchos casos los hombres hablan por encima de las mujeres en las películas que ellas protagonizan. “Analizar todo esto tiene que servirnos para cuestionar que tan bien le hacen estas películas a las mas chicas”, concluyeron las investigadoras.