Mario Tello, economista de la PUCP, analiza el rumbo de la economía peruana frente al decrecimiento de la inversión minera a nivel global y la reciente firma del TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica). Sostiene que las inversiones mineras han caído en todo el mundo y que Perú no puede hacer nada al respecto. Frente a ello, propone la urgencia por diversificar nuestra economía en manos del sector privado quien es el único capaz de escoger que actividad alternativa al sector minero se podrá impulsar en el país. Por otro lado, aborda la necesidad de crear políticas de desarrollo para evaluar los beneficios y perjuicios de los tratados de libre comercio aunque, en la gran mayoría de casos, no haya efectos positivos. Asegura que lo que hace el TPP con las patentes de medicamentos biológicos va en contra de los principios del libre comercio porque por definición “libre comercio” es no protección y “derecho de propiedad intelectual” por principio es protección.
Por Marilyn Céspedes
P.- Hay una caída de la inversión minera, el Banco Central de Reserva proyectó que el 2016 la inversión minera caería un 25.9% en la medida que no se observan grandes proyectos en el corto plazo ¿cuál es el panorama económico de este sector?
R.- Hay dos cosas que se tienen que considerar cuando se analiza el sector minero. Primero, las regulaciones que existen para atraer inversiones mineras y; segundo, el grado de atracción que tienen para empresas multinacionales, ya sean chinas o americanas en relación a los recursos mineros que todavía faltan explotar. Respecto al primer elemento, si se realiza una comparación de toda la parte legal el resultado que se obtiene es que el Perú otorga bastantes facilidades para la inversión minera. Tenemos un marco legal que otorga estabilidad económica impositiva y que no demanda muchas cosas respecto a las personas que trabajan en la zona minera; es decir, los que sufren las consecuencias del medio ambiente no están incluidos en los convenios; existen ciertas responsabilidades, pero no son vinculantes. Entonces, es un marco legal friendly to the investment (amigable para la inversión). Las empresas multinacionales saben a dónde quieren ir, dónde quieren estar y ellos necesitan los recursos, necesitan la minería para sus empresas y basta que les den esas facilidades en la parte legal para que sea una cuestión atractiva. La producción a nivel mundial ha caído, ese es el efecto que va a prevalecer en casi todos los países que tienen recursos mineros. Y Perú no puede hacer absolutamente nada. Por más que regalen impuestos o, simplemente, no los cobren igual el efecto se va a dar porque ese efecto no es del país donde está el recurso, ese efecto es a nivel internacional. El futuro para el Perú no depende de lo que haga el gobierno, este puede hacer todo lo que le dé la gana, pero igual el efecto va a ser exactamente el mismo. Ahora, ¿cuánto va a demorar este ciclo negativo de crecimiento? El anterior, según el Banco Mundial duró casi 15 años, a lo mejor este puede durar igual y en ese tiempo 2 o 3 gobiernos no pueden hacer nada.
P.- En este sentido, ¿qué nos dejó el “boom minero” en el país, si a nivel de regiones mineras vemos indicadores de pobreza y desigualdad?
R.- Nada. Si tú haces un cálculo, desde el 2001 hasta el 2014, de la población económicamente activa ocupada, te vas a dar cuenta de que 75% de cada 4 trabajadores, o sea 3, son del sector informal. Esta gente gana desde el 2001 menos del salario mínimo vigente en los distintos periodos. Lo único positivo en términos sociales es “la disminución de la pobreza”, aunque resulte engañoso, pues la pobreza monetaria se define a base del ingreso mínimo en bienes de subsistencia; por ejemplo, la canasta básica puede ser, dependiendo del año y la región, digamos S/.300 como máximo. Es decir, una persona que gane S/.301 mensuales ya no puede ser considerada pobre. Sin embargo, ¿cuántas personas en el Perú pueden ganar S/.301 y vivir bien? Los de extrema pobreza, 6% de la población, están ganado S/.150 mensuales, Entonces, ¿es un logro que un gobierno tenga 0% de pobreza, y que sus ingresos sean entre S/.301 y menos del salario mínimo vital? ¿Esto va a generar un resultado estadístico de 0% pobreza monetaria? ¿Qué personas de los que están en el gobierno pueden vivir con S/.301?, ¿qué tipo de calidad de vida, de vivienda, de educaciones creen que puede tener esa persona? Entonces, si tú analizas eso, con toda la caída, al final todo esos miles de millones y el tamaño de las exportaciones que hemos tenido no han revertido en los aspecto sociales del 75% de la fuerza laboral en el Perú. Ahora, lógicamente, sería una exageración decir que la minería tiene que satisfacer o mejorar a este 75% porque es solo un sector, si bien es importante, no lo es todo. El sistema económico peruano está partido; por un lado, tenemos a los que están relativamente bien y están asociados al crecimiento, que son los sectores formales y; por otro, los que están ahí sobreviviendo que son los sectores informales.
P.- ¿Qué ha pasado en los territorios mineros y petroleros en cuanto a su estructura productiva?
R.- No ha pasado absolutamente nada. Si tú haces una correlación entre todos los centros mineros, los distritos o regiones que tienen minería y los indicadores sociales, vas a ver que no hay ninguno que haya mejorado. Es más, algunos han empeorado y el caso más patético es el de Cajamarca que tiene bastantes yacimientos. Cajamarca es una de las regiones más pobres. Segundo, esas zonas siguen siendo mineras o agrícolas, no hay mucha industria. Entonces, la estructura productiva no ha cambiado, eso tampoco tiene que ver con la minería, o sea no podemos decir que la minería es una sector que te va a dar un cambio estructural o un despegue económico por las características que tiene el sector y por la forma en que los gobiernos han tratado a la minería. Es decir, no han logrado que este sector se interrelacione con el resto de sectores; es una especie de actividad no conectadas con el resto. O sea ha habido algunos movimientos positivos pero en general para el tamaño de las inversiones y producciones no son tan significativos.
P.- Entonces, ¿a qué alternativas debería mirar el gobierno para enfrentar este ciclo económico de decrecimiento?
R.- Esta es una pregunta vinculada al desarrollo, a lo que necesitamos desde el punto de vista productivo para desarrollarnos. En ese sentido, hay que mejorar el marco legal dentro del sector minero, hay que cambiarlo, que no sea tan friendly (amigable). El gobierno lo que tiene que hacer es ver cómo hace para diversificar su estructura productiva que es lo único que va a garantizar el desarrollo económico. Si cambiamos el marco legal, mejoramos la contribución, pero aun cuando la mejoremos, en el más óptimo de los casos, igual se necesita todo lo demás para poder cambiar la estructura productiva. El sector minero no te va a cambiar la estructura productiva; el sector minero es un sector más del que tenemos la suerte de tener las riquezas ahí, es bueno que se explote mientras sea dentro de un marco adecuado, mientras la gente esté contenta con la inversión minera por los beneficios, mientras todo eso suceda no hay razón para hacer algo diferente con la minería. El problema es que nada de esas cosas se dan y eso tiene que ver con el marco legal, pero aunque tengamos todo perfecto respecto al sector minero, vamos a tener el problema en términos sociales porque tenemos que cambiar nuestra estructura productiva, tenemos que diversificarnos y eso es la agenda pendiente. El problema de todos los actuales candidatos es pensar que la minería es el sector que te va a hacer el desarrollo; la minería es un sector que te va a contribuir en términos de recursos fiscales para poder hacer otras cosas, pero en sí no te va a dar desarrollo.
P.- Se habla de la agro exportación y el turismo como dos vías alternas de desarrollo, ¿qué opina al respecto?
R.- Esa es una pregunta muy interesante porque la mayoría de gente a la que le preguntas sobre ese tema, te menciona diversas opciones: agricultura, manufactura, construcción y todos los otros sectores agregados que hay en las cuentas nacionales. Sin embargo, los que finalmente deciden son los sectores privados, no el gobierno. Para mí, la búsqueda de una actividad productiva, capitalista, de alta rentabilidad la tienen que seleccionar los empresarios peruanos porque son ellos los que van a invertir. El rol del gobierno es apoyar, facilitar lo que ellos requieran desde la perspectiva del gobierno para poder lograr esa inversión y producción. Hay un rol muy pequeño y bien definido sobre qué tiene que hacer el gobierno en el sector productivo; la mayoría de gente piensa que ese rol tiene que ser activo, pero eso es totalmente falso porque el rol de los gobiernos en la parte productiva es solamente proveer bienes y servicios públicos que le sirvan a la actividad productiva para desarrollarse. Sin embargo, hay algunas fallas del mercado que hacen que no se logren estas inversiones.
Para hacer inversiones se necesita capital, fuentes financieras, si estas fuentes financieras les dicen no al empresario obviamente no va a ver inversión, entonces ahí hay una falla del mercado que hace que haya limitaciones de acceso al crédito; en este caso, por ejemplo, sí puede intervenir el Estado. Otra falla del mercado está relacionada al capital humano, ahora lo que se necesita son empleos técnicos en todas las áreas. Si alguien quiere invertir en un sector que no es muy conocido y además tiene el conocimiento para hacerlo rentable, resulta que, muchas veces, el mercado no logra producir la calificación requerida para impulsar esa actividad. Entonces, ahí hay que ver cómo hacemos el matching entre la necesidad de los productos que escoge el sector empresarial y la mano de obra que se necesita porque no existe, y habría que generarlo desde el gobierno.
P.- En la cartera de proyectos del Ministerio de Energía y Minas están tres proyectos mineros que no son viables socialmente: Conga, Tía María y Río Blanco. ¿Cuál es la importancia de estos proyectos? ¿Qué haría falta para que se viabilicen estos proyectos?¿Cuál ha sido el costo de estas paralizaciones para la economía peruana?
R.- El problema sigue siendo el marco legal, esto es lo que está creando todos los problemas porque no hace vinculante a las personas que están en la zona de inversiones mineras y que pueden ser afectadas por diferentes razones. Estas personas, no son parte del convenio que además es solamente entre el gobierno central y las empresas, no están ni el gobierno local ni el gobierno regional. Entonces, si se hace otro convenio de estabilidad impositiva donde participe el gobierno local, los representantes de la población (el capital social y el capital productivo empresarial), las empresas que están ahí y entre ellos se pusieran de acuerdo cuánto va a ser la inversión, cuánto van a ser los ingresos, cuánto les va a corresponder a esas personas o cuánto se va a desarrollar la zona no habrían conflictos sociales porque todos estarían de acuerdo. Pero esa no es la realidad, cuando se conoce los efectos ambientales y se decide continuar con el proyecto, ¿quién lo aprueba? ¿El gobierno local? ¿La sociedad? No, ellos se quejan. Les informan, dicen que han hecho reuniones para informar sobre el impacto ambiental; incluso, ese informe puede decir 0% de impacto, pero ¿cuál es la probabilidad de que eso vaya a suceder en los próximos 15 años? Cualquier cosa puede suceder en la mina, entonces en el convenio deben haber cláusulas que digan “en el hipotético caso que suceda esto, va a haber una indemnización de tanto por ciento a toda las personas que están ahí”. Nada de eso existe.
P.- En este sentido, ¿para usted qué relevancia tiene la consulta previa?
R.- La consulta previa es un formalismo, es simplemente una forma para decir que están “participando”. No es lo mismo que tú participes con contrato que participes sin contrato. La prueba más evidente de que no hay una participación equitativa es que las zonas donde hay minería son las zonas menos desarrolladas. Lo que se debería esperar es que las zonas más desarrolladas en el Perú, sean las zonas que estén ahí, pero no es así y eso significa que tampoco están recibiendo los beneficios correspondientes. Y el otro problema que tiene que ver con el marco legal es que toda esa plata (impuestos o todo lo que saquen de ahí) se la agarra el gobierno central y ¿qué hacen? La reparte entre todo el Perú, bajo sus propios criterios técnicos que en realidad no son muy coherentes y al final hay una ineficiencia respecto a eso. Segundo, hay regiones que no tienen recursos y no reciben casi nada. Entonces, hay toda una problemática que yo la uno al problema de descentralización, al problema de regionalización y al problema de concesiones. La culpa no la tienen las empresas, la culpa la tiene el gobierno por dar malas leyes que generan lo que estamos viendo ahora. Todo el mundo habla de responsabilidad social, pero eso no es suficiente. Se necesita incluir en el contrato a los gobiernos locales; las zonas más desarrolladas deben estar asociadas a los mayores centros mineros. Si eso no ocurre, ese contrato está mal. ¿Alguien habla del marco legal? Todos hablan del diálogo, pero si se sigue teniendo el mismo marco legal, el diálogo no va a solucionar nada.
P.- China es uno de los principales consumidores de materias primas en el mundo. En las últimas décadas ha centrado su inversión en Latinoamérica y especialmente en Perú en el sector minero. ¿A qué responde esta situación? ¿Se está ofreciendo condiciones más favorables y una menor cantidad de controles?
R.- A las empresas multinacionales de cualquier actividad productiva, con mayor razón las mineras, les interesa explotar a los países que tienen mayores recursos. Perú y otros países de Latinoamérica tienen productos mineros, entonces, las multinacionales van a venir aunque lo que les ofrezcamos vaya en contra de la inversión extranjera. El interés es de ellos; el de nosotros debe ser tener una compensación que beneficie al país tanto como beneficie a la empresa. El rol del gobierno es hacer ese tipo de convenios, pero no los hace. Toda la parte legal respecto a las concesiones mineras es justamente lo que hay que cambiar. La lógica de Fujimori, por ejemplo, era que el marco legal debía ser amigable para que las inversiones extranjeras vengan; se pensaba que si no éramos amigables con ellos no iban a venir, pero igual lo iban a hacer porque es el alimento que necesitan para ganar plata.
P.- ¿Hay alguna diferencia con la inversión occidental?
R.- Bueno, lo que más se aduce en contra de los chinos, y eso sí me consta, es que los chinos explotan a la mano de obra, así en el estricto término de la palabra. Hay un trato malo que tienen los chinos respecto a la mano de obra local, pero tampoco le echo la culpa a los chinos por eso. ¿Quién debe vigilar que las leyes laborales se cumplan y no haya explotación? ¿Los chinos o los peruanos? El problema sigue siendo las partes internas, no las multinacionales. Me parece positivo que venga la inversión, pero que la vigilen.
P.- Actualmente, el 36% de proyectos mineros del Perú está a cargo de empresas chinas. ¿Qué futuro le espera a la inversión china en nuestro país?
R.- Las inversiones van a depender del ciclo mundial. No es un problema de Perú, sino del mundo. El problema de Perú es lograr el desarrollo, y eso no se logra con la minería. Este es un sector que va a contribuir a la caja fiscal y que debe ser aprovechado, pero también debe mirarse hacia otros sectores, buscar la diversificación. El Perú depende de la minería desde hace 50 años, siempre ha sido un país minero, pero debe mejorarse la parte legal que es la que va a controlar todos los efectos negativos.
P.- Perú con la firma el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), es uno de los países con mayores acuerdos comerciales en la región, con los Tratados de Libre Comercio venimos enfrentando diversos litigios internacionales ¿Por qué se siguen firmando acuerdos comerciales sin redefinir mecanismos de protección?
R.- Todos los países tienen una política comercial. La nuestra está vigente desde 1990 con Fujimori hasta hoy día y hasta el próximo gobierno y el subsiguiente porque todos los candidatos son la misma persona, no hay ninguna variación. ¿Por qué hay tantos acuerdos comerciales? Porque la última ronda de negociaciones de la GATT (Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio) que se hacen con los 152 países miembros todavía no termina y ha habido un entrampamiento ahí que ha hecho que no se firme esta novena ronda, la última, se firmó en 1994 y fue la ronda de Uruguay. Entonces, EEUU como vio estos entrampamientos comenzó a decir, bueno vamos a sustituir este acuerdo multilateral con acuerdos bilaterales y entre más se firmen va a reemplazar el acuerdo multilateral. Entonces, esta es una lógica de reemplazamiento de un acuerdo multilateral por un montón de pequeños bilaterales o regionales.
P.- ¿Qué se necesitaría implementar para obtener beneficios de los tratados que firmamos?
R.- Para explotar los acuerdos tiene que haber una política de desarrollo. El problema de nuestro país es que no hay una política de desarrollo. No hay un plan que se proyecte, por ejemplo, en los próximos 20 años a que nuestra meta sea pasar de S/.10 000 per cápita a S/.60 000 per cápita con un promedio mensual de S/.3 000 o S/.4 000, que no haya informalidad, que el salario del más pobre sea S/.2000. Eso es tener una política de 20 o 30 años de desarrollo. Nadie se preocupa por eso, lo único en que nos preocupamos es en el crecimiento y nos basamos en la minería para crecer: si la minería crece, nosotros también; si la minería se va al tacho, nuestra economía también y todo el mundo está desesperado y una prueba de ello son las políticas que se están haciendo a favor de este sector porque piensan que con eso lo van a revertir. Entonces, cuando se planifique una política de desarrollo vamos a registrar los acuerdos y veremos si estos nos sirven para desarrollarnos o nos sirven solo para crecer.
P.- Desde hace algunos años, nuestra industria textil viene compitiendo con la invasión de telas y prendas chinas, lo cual ha ocasionado que en el 2015 este sector caiga casi en un 10% respecto al periodo del 2014. En este sentido, ¿cuál es el futuro de la industria textil peruana?
R.- La industria textil, igual que algunas otras industrias a las que yo llamo light industry(industrias ligeras) son aquellas que desde que aparecieron han sido las más protegidas y las que mayor apoyo del gobierno obtienen. Siempre ha sido así y me temo que así seguirá siendo por lo grupos de poder económicos que están metidos ahí. Entonces, si tú crees en el principio de la competencia a nivel mundial, si tú crees que el libre comercio va a hacer que las empresas sean más competitivas y si están inmersas en la industria textil que ha sido protegida por más de 60 años, ¿para qué vamos a seguir protegiéndola? Yo le quitaría toda la protección al sector textilero. No necesita, ya tiene que aprender, ya tuvieron 60 años de protección. Es como un alumno que le pide muchas oportunidades al profesor y este se la puede dar una vez, pero más no. Además, los textiles no son el área que nos va a dar desarrollo, tenemos que diversificar por otros lados más. Ahí, te das cuenta que eso no significa que los acuerdos no sirvan o que sirvan; no sirven porque la estructura productiva ya la tienen. Es como si tuviéramos cero restricciones para justamente sector que domina donde hipotéticamente necesitaríamos protección es en las industrias nuevas, pero yo no pondría protección, sino pondría otros instrumentos que no tengan que ver con comerciales para poder apoyar, por eso es que a los acuerdos no les doy bola. Yo he hecho un análisis de 32 países y de 120 acuerdo comerciales y la conclusión que obtuve fue ningún efecto para ningún país.
P.- ¿Cómo impulsar la competencia en este sector, si uno de los argumentos más utilizados por los empresarios es el problema que genera la mano de obra barata del exterior?
R.- Eso de la mano de obra barata es un cuento chino, antiguo. Si tú vas a los mayores centros mundiales, encuentras ropa mucho más cara que la peruana y la gente la compra. Nosotros podemos competir aunque sea mucho más caro, pero por otras propiedades. Es lo que sucede exactamente con el Pisco que es una de las bebidas más caras del mercado, pero algo tiene que a la gente le gusta y la compra. Lo mismo puede suceder con la industria textil o ¿acaso piensas que la gente agarra el vestido más barato y se lo pone? Los que compran más barato son la gente que tiene menor poder adquisitivo, pero la industria textil no está en ese nicho, sino en otro, en el de alta calidad, de alta costura y de alto precio. Entonces, ¿por qué seguimos con eso de la mano de obra barata? No tiene sentido, ya tenemos más de 60 años con ese cuento, ya se debe superar para ir a un nivel más alto. Si somos competitivos con niveles más altos nos va a ir mejor, lo peor que puedes hacer es seguir con el cuento chino de la mano de obra barata. El desarrollo implica desarrollo de bienes de mejor calidad; es decir, dejas por tu pobreza productos baratos que necesitabas comprar porque no había otra opción, pero conforme haya más desarrollo, tú puedes vender más caro y obviamente nuestro principal mercado son los países industrializados. Con tal que tengas calidad y sepas cómo marketear, no ninguna razón para no hacerlo.
P.- Uno de los problemas que genera este tratado está vinculado al acceso de medicamentos biológicos cuyos precios hoy en día son altísimos. Con la firma del TPP muchos peruanos de escasos recursos se verán casi imposibilitados de acceder a estos. ¿Qué posibilidades de acceso económico se ha manejado para prevenir a los sectores más vulnerables?
R.- Mucho se habla de un posible incremento de las medicinas. El Primer Ministro dice: “Miren lo que pasó con EEUU, no hubo aumento del precio de los medicamentos, no tengan miedo”. Yo le diría, señor ministro efectivamente no hubo gastos, pero tampoco algún efecto del acuerdo comercial con EEUU. Hay ciertos elementos sensibles que no tienen nada que ver con acuerdos comerciales que por viveza de EEUU y Europa los han metido y estos son los derechos de propiedad intelectual que va en contra del principio del libre comercio porque por definición “libre comercio” es no protección y “derecho de propiedad intelectual” por principio es protección. Esto debería estar eliminado y, sin embargo, está por los intereses de los países. Entonces ahí hay que tener cuidado con lo que firmamos. Pero el tamaño de eso no va a afectar a la gente, lo único que va a poder afectar a la gente que tiene acceso al precio de esos medicamentos en el hipotético caso que haya algún efecto. Eso habría que leerlo con cuidado.
P.- ¿Cómo se verán afectados EsSalud y el SIS considerando que el 2% de los medicamentos que compra EsSalud son biológicos, pero eso a su vez representa un 65% de sus gastos generales en medicina?
R.- Ahí habría que ver los dispositivos, si estos son parecidos al otro lado de EUU. Habría que leer el acuerdo, en todo caso siempre es posible agarrar el acuerdo y quitarlo. Si yo veo que las medicinas aumentan y está afectando a la población y no hay forma de solucionarlo porque el acuerdo te entrampa, se elimina el acuerdo, ¿cuál es el problema? No hay nada que te diga que un acuerdo comercial soluciono a, b o c problemas, no hay eso. Ahora mismo, tenemos 15 acuerdos con 15 países y lo peor de todos es que en el TPP, la mayoría de países excepto 5 son países nuevos, todos ya tenemos acuerdos bilaterales con EEUU. Esos 5, ¿cuánto representan del volumen comercial? Menos del 1 %. Entonces, para que ponemos acuerdos, si ni siquiera llegamos ahí. Seguimos la inercia de firmar acuerdos, tenemos que estar dentro de la moda, pero eso es una gasto de plata que no genera efectos positivos, lo que necesitamos es diversificación, desarrollo.