Por Evelyn Jaramillo
En el marco de la construcción de la Ordenanza de Prevención y Atención de la Violencia Escolar en la que están trabajando colaborativamente varias ong´s en Ecuador, conversamos con Sybel Martínez y Augusto González, miembros de Grupo Rescate Escolar, sobre la situación de la violencia dentro del sistema educativo y la importancia de una política pública que proteja a niños, niñas y adolescentes asegurando ambientes educativos sanos y libres de violencia.
El Grupo Rescate Escolar se formó hace siete años tras una vivencia personal y cercana con el acoso escolar y dada la ausencia de políticas públicas o rutas claramente definidas en el país.
Con la Ordenanza de Prevención y Atención de la Violencia Escolar, ¿qué medidas de protección se va a brindar a niños, niñas y adolescentes que están sufriendo acoso escolar?
Nosotros insistimos en que debe haber una política pública y vamos a buscar cualquier forma de hacerlo porque es necesario. En esta Ordenanza se prevé varias formas de protección que parte de un programa que contiene:
La implementación de Sistemas de Prevención y Atención de la violencia escolar a nivel de escuelas y colegios, que debe ser obligatorio y debe contar con monitoreo permanente.
Un Observatorio, desde el cual van a elaborarse estas políticas públicas, así como estudios estadísticos y de investigación para que se vaya creando un Sistema de Protección y Prevención de este fenómeno.
Hay que tomar en cuenta que este tema no es punitivo, es preventivo. Nosotros buscamos un cambio en la cultura escolar respecto a la violencia. La víctima debe tener apoyo, todo agresor debe tener posibilidad de cambio; padres, madres y autoridades debemos ser modelos de comportamiento y debemos velar para que los problemas dentro de la comunidad educativa se resuelvan de manera no violenta.
¿Han sido efectivas las estrategias implementadas por el Ministerio de Educación en torno al caso de violencia escolar al interior del sistema educativo?
Consideramos que el Ministerio de Educación no ha profundizado en esta temática. La política educativa es, hoy por hoy, sumamente académica, busca una excelencia en cuanto a conocimiento -que sí , es importante- pero hemos dejado a un lado las relaciones interpersonales, entonces probablemente para ser el mejor no me importa hacer a un lado al otro .
No se ha visto la magnitud de esta problemática, como sí ha pasado con otras a las que se les ha dado un poco más de atención: embarazo adolescente, drogas, etc. Si profundizamos te darás cuenta que probablemente, todas estas problemáticas están interconectadas, es decir, que si ‘’yo soy violentado en la escuela, posiblemente mi refugio sean en las drogas y si estoy dentro de un tema de drogas seré violentado’’, entonces entras en un círculo.
Si bien se menciona en la Constitución y en la Ley de Educación Intercultural que debemos ser inclusivos, que los niños son vulnerables, que merecen atención y que busca una cultura de paz y no violencia, etc., esto no se ha podido concretar.
Es necesaria una política pública específica, que si bien no arregla todos los problemas, sí puede ser el punto de partida para visibilizar y dar pasitos para solucionar.
¿Qué ha pasado en otros países que han implementado leyes para detener el abuso escolar?
En un estudio hecho en España se reconoce que hay varios programas que han servido, otros que se han quedado a medias. El mismo estudio establecía que no se da seguimiento a estas leyes, programas y proyectos del acoso escolar.
Hay que ver este tema como un problema interdisciplinario en el que se trabajan varios frentes, no solamente la violencia escolar, sino también derechos humanos, democracia, valores, diversidad sexo- genérica, salud sexual y reproductiva.
Es necesario que los colegios se apropien de estos programas, de lo contrario el problema va a continuar oculto.
¿Qué pasaría a largo plazo, si no se detiene el acoso escolar?
Tenemos un pronóstico reservado sobre este tema. Estamos hablando sobre nuestra sociedad joven de la que esperamos que mañana sea buena, noble, íntegra, que tenga valores; entonces si hoy están viviendo una realidad en donde se violentan entre ellos, no se respetan, no hay esta empatía necesaria para decir hago o no hago alguna cosa en contra de algo, ¿qué esperamos mañana?
Tenemos que cambiar como sociedad en general y, en particular, las comunidades educativas tienen que comenzar a trabajar en valores, en principios, en derechos y dar tanto o más prioridad a que un niño sea feliz y no solo a pueda resolver todos los problemas matemáticos. Eso vendrá por añadidura.
¿De qué forma esta Ordenanza va a contribuir a la construcción de una comunidad educativa no violenta?
Estamos haciendo un ejercicio de incidencia colaborativa, es decir, buscando la construcción participativa y que el que quiera estar ahí, lo haga. No desestimamos ningún criterio, damos oído a todas las sugerencias y no tenemos la última palabra en esto .
La idea es que se construya desde cero, que todo el mundo se apropie y diga ‘’yo ayudé a cambiar a través de esta norma’’ y hacer de Quito -en principio- un lugar mejor en el que niños, niñas y adolescentes tengan ambientes sanos y seguros y libres de violencia; entonces sí creeremos que estamos contribuyendo con esta toma de conciencia.
No tenemos otro fin que no sea el de garantizar ambientes sanos, ni otra expectativa que va más allá de esta voluntad; debe fluir y eso esperamos.