Muchas personas asistieron durante todo el día, el pasado 9 de febrero de 2016, a la constitución del DiEM25 (Movimiento por la Democracia en Europa). En la rueda de prensa de la mañana la multitud era grande; estuvieron presentes, más o menos de buen humor, los principales medios de comunicación alemanes (citando a un periodista de un periódico nacional: “¡No queremos hacer publicidad de este disparate!”), además de otros medios de comunicación de otros países europeos, así como también blogueros o simples curiosos.
Por la noche, ya desde las 5 p.m. se reunieron frente al Volksbühne (Escenario del Pueblo, en Berlín) personas que esperaban aún poder comprar entradas, las cuales se habían agotado hace semanas. Preguntando y escuchando se hacía claro que algunos estaban allí sin un propósito claro, solamente por interés, preocupados por la situación en Europa y en busca de una solución, sin considerar las fuerzas políticas establecidas. De cualquier manera, no es un grupo de activistas políticos ávidos, sino personas interesadas en la política, curiosos. Al final un par de entradas llegaron a la multitud que esperaba por una, sin embargo muchos tuvieron que irse con las manos vacías en busca de algún lugar donde estuviesen transmitiendo el evento en vivo.
Pressenza logró conseguir una entrada para nuestra corresponsal griega Marianella Kloka; en cambio yo tuve que permanecer afuera, así que decidí darme una vuelta por el barrio. En el Café Antimilitarista COOP, que se encuentra junto al Volksbühne, la transmisión en vivo se la vio en pantalla. Al principio había un número manejable de personas, pero con el transcurso de la noche fue aumentando considerablemente.
Asombró bastante la cantidad de personajes que el Varoufakis fue capaz de reunir. Entre estos están: Gesine Schwan, Katja Kipping, representantes de los partidos ecologistas y de la izquierda de Francia y Gran Bretaña, representantes de Blockupy y Podemos. Ada Colau, alcalde de Barcelona, estaba en enlace con el evento, y el discurso en video de Julian Assange fue particularmente aplaudido. Todos resaltaron el momento histórico y la importancia de intervenir para revertir la tendencia, ya que Europa, en las condiciones actuales, va en dirección a una desintegración. Esto sería un desastre para esta puesto que tendría como consecuencias un nacionalismo creciente, el fascismo, un declive económico y una política comparable a la de los años 30 del siglo anterior con las consecuencias que ya se conocen. Julian Assange habló de un largo y duro invierno, al que íbamos directamente y que no habríamos podido superarlo.
El evento terminó después de la medianoche. Entretanto, el Volksbühne abrió las puertas a quienes seguían afuera viendo la trasmisión en vivo desde el vestíbulo. Había un ambiente tenso, lleno de positividad. Las personas que hablaban muy fuerte fueron silenciadas para poder escuchar cada palabra de cada intervención. La gente regresó a su casa cansada, pero con una fuerte esperanza de que este movimiento pueda realmente hacer que las cosas cambien.
Una descripción más detallada del evento en el artículo de Marianella Kloka.
Traducido al español del italiano por: Melanie Iturralde