Sobrevivientes víctimas del conflicto armado interno que vivió Guatemala aplauden hoy la captura y encausamiento judicial de más de una decena de exmilitares implicados en al menos 88 masacres de indígenas de 1960 a 1996.
De los 18 oficiales en retiro apresados el miércoles, durante un operativo militar sorpresivo en los departamentos de Guatemala (centro) y Alta Verapaz (centro-norte), 14 son señalados por participar en esas matanzas y otros cuatro por la desaparición forzada del adolescente Marco Antonio Molina Theissen.
«Emocionada…conmocionada…después de 34 años y tres meses exactos, se vislumbra la justicia para Marco Antonio Molina Theissen, un niño de 14 años, 10 meses y seis días, que fue desaparecido por la G2 del ejército guatemalteco el fatídico 6 de octubre de 1981», expresó su hermana Ana Lucrecia.
«Este crimen de lesa humanidad, repetido decenas de miles de veces en nuestra tierra, no puede seguir impune», opinó, al dar gracias a la vida y a su madre «ejemplo de amor, persistencia y fortaleza».
«Nuestras demandas se afincan en el más profundo amor a Marco Antonio, a la justicia, a la Guatemala que aún debemos construir» señaló en su cuenta en la red social Facebook.
«A cuantas de nosotras nos dejaron las familias incompletas, lagunas en las fotos, boquetes en la historia. Nos salvamos, pero no tanto», reafirmó la joven profesional Sabrina Morales Tezagüic.
«Queremos justicia, justicia, justicia. Los cementerios clandestinos por sí solos demuestran los hechos violentos que vivieron las víctimas», comentó Victoria Tubin, mientras la antropóloga egresada de la Universidad de San Carlos, Ana Cofiño, lamentó «se llevaron a buena parte de nuestra generación».
«¿A cuántos de nosotros nos hubieran llevado, por comunistas?», se pregunta un cibernauta joven en ese espacio digital, al cual responden sus contactos «estaríamos gritando con lava y ceniza junto con las almas, de quienes lanzaron en el cráter del Volcán de Fuego y Pacaya» y «nuestros ojos serían de los que no se han cerrado».
Según el Informe Guatemala: Memoria del Silencio, de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, la mayoría de las muertes y desapariciones de civiles en el transcurso de la guerra derivaron de estrategias contrainsurgentes del Ejército.
Datos acopiados por ese ente, identificado como la Comisión de la Verdad y Reconciliación en este país, dan cuenta de más de 200 mil personas asesinadas y 45 mil desaparecidas en esos 36 años.
La aprehensión de los exoficiales responde a testimonios acopiados y a las huellas de torturas encontradas en 559 osamentas de niños, adultos y ancianos exhumadas en áreas de un antiguo campamento militar en Alta Verapaz, la mayoría de los cuales presentaban señales de amordazamiento, machetazos, encadenamiento y tiros de gracia por la nuca, entre otros.