Por La Garganta Poderosa
Cuando subimos al bondi, chusmeamos portales de diarios y no había nada. A mitad de camino, espiamos las noticias otra vez, pero nada de nada. Y al llegar, 3 minutos después, una plaza reventada… ¡Milagro!
Por La Garganta Poderosa
Cuando subimos al bondi, chusmeamos portales de diarios y no había nada. A mitad de camino, espiamos las noticias otra vez, pero nada de nada. Y al llegar, 3 minutos después, una plaza reventada… ¡Milagro!