Otra vez nos hemos encontrado en la montaña numerosos siloístas, humanistas, Mensajeros principalmente, pues es su invitación: Encuentro de Mensajeros en el Parque Punta de Vacas el 2, 3 y 4 de enero. Hemos acudido numerosos amigos participantes de esta corriente al sitio en donde Silo expresó su mensaje en muchas ocasiones, a partir de 1969. Desde Mendoza, Córdoba, el Norte o desde Buenos Aires, como también de los vecinos Chile, Brasil y Bolivia. Y de diversos lugares del mundo como: España, Francia, Alemania, Italia, Hungría, Turquía, EEUU, Mozambique, entre otros. Decenas de entusiastas, llegamos, por propios medios, dispuestos a compartir experiencias de esta actividad tan querida como importante.
Ya situados, se ponen cartelitos a la vista las actividades del día y los distintos sitios del complejo, con sus horarios y lugares a donde cada uno acude a tratar los más diversos e interesantes temas.
Lo importante es el encuentro-con-los-demás y compartir eso de estar-en-lo-mismo en algo tan local como universal; profundizando en esta propuesta de Silo para un mundo y época tan convulsionada, al tenor de relatos de experiencias y testimonios conmovedores.
Empezamos el día 2 de enero y a mediodía hicimos una Ceremonia en la sala, muy abarrotada, presentada en español, francés e italiano, un violinista espontáneo dio la introducción a una atmósfera por demás inspiradora. Tanto al entrar como al salir se dan los saludos en cadena de amigos, donde se palpa esa afectividad tan buena. Habrá más ceremonias, antes, después y en los días siguientes. Una de ellas fue en quechua, traducida al castellano. Por aquello de que la universalidad es lo propio.
Después a almorzar, unos en el comedor común de la sala multiuso, otros en las mesas dispuestas, donde crecen poco a poco los arbolitos plantados bajo el nombre de Bosque de las Damas. El riego por goteo ha permitido la maravilla de que crezcan en el árido pedrerío. El Parque tiene dos entradas, una abajo y otra arriba; así incursionan los vehículos que se estacionan en diversos lugares, y la entrada principal queda flanqueada por los autobuses que han llegado de largas distancias.
Pudimos hacer diversos encuentros y talleres. Uno de los temas visto es muy interesante: “Los recodos de la vida”, basados en la metáfora de que ésta puede ser como un río con una correntada de rápidos que nos lleva sin parar, y solo cuando hay un recodo, donde el agua se frena y calma, es cuando se puede reflexionar y evaluar lo hecho y lo por hacer, dando una dirección nueva a la propia vida, comunicándoselo a los demás, para manifestar que un cambio bueno es posible. En otro lugar se intercambió sobre las actividades de carácter misional de presentar el mensaje con diversos recursos en diversas ciudades específicas. También, estuvimos en una charla en inglés sobre nuestro corto historial tratando de Humanizar la Tierra en sitios con esta lengua. Además, en simultáneo, se dieron diversos encuentros en otros ámbitos del Centro de Trabajo (en donde se destaca la librería con todos los textos de Silo en múltiples idiomas) y el Centro de Estudio (con diversas dependencias, biblioteca, salas, micro cine) o en el Taller, donde los hornos ceden espacio a una improvisada cafetería que se combina con mesas y sillas para facilitar el encuentro ocasional, tan cordial como fructífero. Así, diversos temas se fueron tratando a lo largo de la jornada, en donde no falta el testimonio, el relato ameno y el humor.
En los días siguientes ocurren más actividades, se han visto películas y videos; además de los intercambios y eventos que se darán cita en lo que sigue de la semana. Continúa la práctica y estudio del Taller del Vidrio, celebraciones; y del 8 al 10 de enero, el 4to encuentro de la COPEHU (Hacia una Educación Humanizadora).
Por las noches, tanto en las cabañas del lugar, como de la cercana Uspallata, se brinda la ocasión de la conversación fluida, intensa, firme pero amable, sobre esta experiencia de practicar y difundir el Mensaje de Silo con su trasfondo humanista, de no violencia y apertura de una nueva espiritualidad que ya brinca en nuestro tiempo.
Valgan estas palabras para trazar un mero perfil de estos valiosos encuentros que realizamos cada enero de esta década, celebrando las propuestas de Silo, quien nos dice:
“Desde mi punto de vista personal, poner en marcha este mensaje es en realidad retribuir a la gente, retribuirle todas las cosas buenas que la gente me ha dado, que la gente me ha hecho llegar. Desde mi punto de vista es un pequeño acto de justicia, una reparación a las cosas buenas que ha hecho la gente.” Silo. (Santiago de Chile 8 de septiembre de 2002).