Por Cesar Jumpa, Faccion Perú
Ante la amenaza que las extracciones mineras representan para su santuario, hoy se reunieron en Cusco representantes de las ocho autodenominadas naciones que rinden culto al señor de Qoylloriti. En medio de una marcha repleta de danzas y trajes tradicionales, los manifestantes se concentraron en la plaza de armas de la ciudad bajo una lluvia intensa para exigir un diálogo con las autoridades. La peregrinación del Señor de Qoylloriti se realiza cada 24 de Junio en el Nevado de Ausangate a 5300 metros de altitud, en la provincia de Quispicanchis, departamento de Cuzco, Perú. Más de 10 000 peregrinos se movilizan cada año desde las comunidades cercanas, representando más de cuarenta danzas distintas en honor al Señor. La festividad, cuyos orígenes se pierden en el tiempo, fue reasumida como un culto católico en algún momento de la colonia. Hoy el santuario corre peligro en manos de la codicia extractiva. La concesión y lotización minera realizada en las cercanías, sin tomar en cuenta una zona de amortiguamiento ni las rutas de peregrinaje, y la amenaza latente de la terrible minería informal.
Ante la presión de la masa, las autoridades locales se aproximaron a la concentración y se llegaron a algunos acuerdos en cabildo público: apoyar a los peregrinos para lograr la suspensión de los permisos mineros otorgados por la ley 27651; dar mantenimiento a la ruta de peregrinaje y reinstaurar la peregrinación de 24 horas a la ciudad de Cusco. Luego de hincar las rodillas y agradecer en quechua al Señor de Qoylloriti por el éxito de la movilización, los peregrinos comenzaron su lento retorno a las comunidades. Casi al mismo tiempo, como si recibieran respuesta del cielo, la lluvia se detuvo y un sol intenso comenzó a secar las veredas de la catedral.
Sin embargo, aún hay nubes negras en el horizonte para Qoylloriti y para toda la nación cusqueña. Si para el mes de Junio no se ha llegado aún a una solución definitiva, los peregrinos convocarán a un paro regional, y con ello las manifestaciones y la represión podrían tomar un cariz más radical y trágico. No hace falta retroceder mucho en la historia para seguir el rastro de sangre que dejan detrás de sí los enfrentamientos contra el poder minero. Esto sin contar también el daño económico hacia la industria del turismo en el mes del Inti Raymi, que constituye un ingreso muy importante para la ciudad, y sustento directo e indirecto para muchas familias. Esperamos que todo se disipe.