A petición del Gobierno de Etiopía, EE.UU. ha cerrado su base de drones (aviones no tripulados) en el país africano.
“Esto se hizo a solicitud del Gobierno de Etiopía”, ha dicho este miércoles el portavoz del Gobierno etíope, Getachew Reda, a la agencia británica de noticias Reuters.
Esto se hizo a solicitud del Gobierno de Etiopía», ha dicho Getachew Reda, portavoz del Gobierno etíope.
Asimismo, ha añadido que se trataba de un proyecto de duración limitada y que ambos Gobiernos ya estaban preparados para tal eventualidad.
El martes, funcionarios estadounidenses confirmaron el fin de las actividades de los aviones no tripulados en la ciudad de Arba Minch, sur del país africano, urbe que fue utilizada para lanzar drones tipo Reaper capaces de portar misiles Hellfire y bombas guiadas por satélite.
Los Reapers se consideran como “cazadores asesinos” y tienen un alcance de unos 1800 kilómetros (1100 millas).
“El personal militar de EE.UU. ya no está en Arba Minch”, ha dicho David Kennedy, funcionario de Asuntos Públicos de la embajada de EE.UU. en Adís Abeba, capital de Etiopía.
Kennedy ha subrayado que «a medida que trabajamos con nuestros socios africanos, nuestras necesidades mutuas también cambian con el tiempo, y en este sentido, el Pentágono ha decidido que las instalaciones en Arba Minch ya no son necesarias».
Actualmente, EE.UU. tiene bases militares permanentes en Yibuti, Kenia y Somalia. Al respecto cabe señalar que la naturaleza secreta de sus bases en Somalia ha suscitado cierto recelo en los somalíes.
También hay otros países africanos que no acogen con beneplácito la presencia de los drones en sus territorios, como Argelia, que se opuso en 2014 a la solicitud de EE.UU. para establecer dos bases militares aéreas con vistas a supervisar la situación de los países vecinos.
Aunque Washington dice que el objetivo de los ataques con drones, en los últimos años, son elementos terroristas, los testigos y los datos indican que muchos civiles también se encuentran entre sus víctimas.