Organizado por la Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu), tuvo lugar en el Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas (Mendoza, Argentina) el IV Encuentro Internacional hacia una Educación Humanizadora del 8 al 10 de enero. Los asistentes compartieron sus reflexiones, que fueron plasmadas en un documento que rescata las conclusiones:
“Rescatando lo humano en el acto de enseñar y aprender”
Dos preguntas fueron fundamentales para la convocatoria a este cuarto Encuentro: ¿Cómo recuperar el significado profundo de la educación, del acto de enseñar, para cada uno de nosotros? ¿Ese significado será aquel que se encuentra relacionado con la vocación? Es decir, con aquello que cada uno puede contribuir para la expresión de una nueva mirada, capaz de construir un nuevo sentido en la acción educativa. Al finalizar el Encuentro cada participante compartió sus reflexiones y vivencias, es a partir de ellas que elaboramos estas conclusiones.
Durante el transcurso de las tres jornadas, donde tuvieron lugar áreas temáticas, exposiciones, audiovisuales, talleres experienciales, charlas e intercambios informales sobre nuestra acción educativa, experiencias internas en la Sala de Meditación y en la ermita del Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, llegamos a respuestas de gran significado para esos interrogantes planteados al comienzo. Son conclusiones que compartimos entre los asistentes, educadores provenientes de países muy distantes como México, Chile, Brasil, Bolivia, Argentina, Paraguay, Perú, Hungría, Mozambique, Italia, Francia, Turquía, entre otras latitudes tan distantes, pero que conjugaron una diversidad que nos enriqueció, nos sintonizó, más allá de los distintos idiomas, hablando un mismo idioma universal. Porque el intercambio de experiencias, la interconexión, cuando se desarrolla ese tipo de comunicación más profunda, se genera una energía mucho más grande.
Como educadores sentimos que se encendió algo muy grande desde muy adentro. Creemos que cuando volvamos a nuestros lugares seremos distintos por haber vivido estas experiencias. Porque compartimos la convicción de querer cambiar al mundo mediante esta red de la que somos parte, que terminará construyendo el nuevo tejido social. Aportamos cada uno desde nuestro quehacer particular en cada disciplina educativa donde nos expresamos, donde seguiremos tejiendo en esta armonía dinámica, porque queremos vivir en un mundo mejor desde ahora.
Percibimos gracias al encuentro con personas de distantes latitudes, la expresión clara de una nueva sensibilidad en las diversas culturas y países del planeta. Sensibilidad que hace 30 años muchos juzgaban como una locura, pero que ahora se está desarrollando en todas partes del mundo. Eso nos da mucha confianza de que ese nuevo mundo ya está naciendo con fuerza. Hay millones de personas desarrollando actividades en educación, desde la no violencia, la no discriminación, horizontalmente. Como decía Silo -a quien agradecemos por su obra, su mensaje y su legado- la nueva sensibilidad ya está naciendo, y hay mucho que aprender de esas nuevas generaciones que transformarán al mundo. Sabemos que nos da plenitud trabajar con las nuevas generaciones y tenemos la certeza de que Copehu es una vía de expresión de esa nueva sensibilidad, que puede surgir en cada ser humano cuando rescatamos lo humano y le damos fuerza.
Ese mundo al que aspiramos ya está acá, el otro mundo viejo se está cayendo, no hay que hacer nada para que se caiga porque ellos mismos lo hacen perfecto, en ese sistema que es una cáscara de algo ya muerto, que no funciona más. Por eso sabemos que seguir potenciando este encuentro, y otros encuentros posibles, hace que vayamos sintiendo ese mundo, que más que construirlo podemos vivirlo desde ya, en cada lugar.
Transitamos en estos días por una atmósfera de inspiración que nos dio mucha fuerza para expresarnos en nuestros ámbitos educativos, para compartir con los niños y con toda la comunidad significados inspiradores que sin duda irán más allá de lo educativo, y llegarán a ese ser humano que lo necesita en distintos campos. Creemos que hay que alimentar el fuego y dejar que todo se desarrolle. Es como una piedra que cae en el agua, hace ondas y se despliega… y eso vuelve.
Fueron jornadas donde nos llenamos de regalos para repartir ahora en cada lugar, donde podremos transmitir una buena noticia, en esta sociedad tan densa de tanto espeticismo, tanta frustración. Poder ser la voz de algo que da la luz, que da la esperanza, nos llena de sentido, nos da la fuerza y las ganas de levantarnos cada mañana. En esa hebra de sentido es como si alguien señalara tu lugar en la «batalla» -por usar una metáfora bélica-, y saber cuál es el lugar de uno en la batalla no es algo menor. Rozar el sentido es saber que hay una posibilidad, es vencer a la muerte en un acto pequeño y al alcance. Porque sabemos que lo sencillo también transforma.
Lo aprendido en este IV Encuentro Internacional lo registramos como el buen conocimiento que nos acompañará todos los días, un registro que se expande como si fuera la esfera que crece desde el pecho, y nos renueva el espíritu. Estamos transitando un camino que es elegido, alguno van más lentos, otro no, pero claramente vamos en una misma dirección humanizadora de la Educación ¡Vamos a seguir!
Mañana regresamos a nuestra labor educativa, y mañana agradeceremos a todos los educadores portadores de esa intención transformadora. Agradeceremos a las cordilleras, al río, al viento, que nos dio el entorno que nos inspiró para subir al peldaño, a ese escalón que nos conecta con las nuevas generaciones que transformarán al mundo.
Porque mañana nos reencontramos con esos niños, muchos de ellos sufren una realidad muy cruda, a quienes les ha tocado lo peor. Por lo tanto, mañana cuando abracemos a los niños, nos sentiremos con más fuerza. Muchos de nosotros somos docentes dentro del sistema formal y percibimos realidades muy duras. Luchar por transformar esa dura realidad que tienen los niños y las familias donde trabajamos, luego de las experiencias vividas y las herramientas aprendidas, sabemos que es posible.
Corriente Pedagógica Humanista Universalista (Copehu)