El gobierno, el empresariado y algunos medios de prensa refuerzan hoy el discurso contra el ultraderechista Frente Nacional (FN), favorito en varios sondeos sobre las cercanas elecciones regionales en Francia.
El primer ministro Manuel Valls llamó a votar para hacer retroceder al FN. Cada uno debe tomar sus responsabilidades para impedir que gane, declaró a la emisora radial Europa 1.
Acorde con Valls, el FN echaría al país por tierra y arruinaría a los jubilados, los obreros y los jóvenes.
Según dijo, una fuerte movilización en las urnas durante las dos vueltas de los comicios, el 6 y el 13 de diciembre, sería una respuesta a los ataques terroristas.
Medef, la principal organización empresarial del país, señaló que el programa económico de esa formación política no es responsable, no mira hacia el futuro y es lo contrario de lo que hay que hacer.
Diarios de varias de las regiones donde dicho partido podría resultar ganador, definieron su postura al manifestar su preocupación ante una eventual victoria de la ultraderecha.
El Frente obtendría el 28 por ciento de los sufragios en el primer turno, mostró una pesquisa reciente realizada por el Instituto Ifop para algunos medios locales de prensa.
Igual cantidad alcanzaría el partido conservador Los Republicanos y su alianza con la Unión de Demócratas e Independientes (UDI).
El gubernamental Partido Socialista (PS) quedaría en tercera posición con el 22 por ciento, seguido por el Partido de la Izquierda y los Verdes (12 por ciento en conjunto).
Dichos comicios, los últimos a nivel nacional antes de las presidenciales de 2017, tendrán lugar en momentos en que el Ejecutivo tiene niveles de popularidad bastante bajos a causa del descontento con la gestión realizada.
A juicio de Emmanuel Riviÿre, director de la unidad de estrategias de opinión del Instituto TNS Sofres, una lectura se impone: el tripartidismo está bien instalado en Francia con un partido en fuerte dinámica, el FN. En opinión de especialistas, las elecciones regionales constituirán una prueba de fuego para el Ejecutivo porque tendrán lugar tras las departamentales de finales de marzo pasado, las cuales resultaron un nuevo revés para el gobierno.
La alianza entre la conservadora Unión por un Movimiento Popular (cuyo nombre actual es Los Republicanos), y la UDI, ganó 66 departamentos de los 101 del país. El PS, que administraba 61 de esos departamentos, perdió 25.
El FN obtuvo el 21 por ciento de los votos, pero no conquistó ninguna de las demarcaciones.
De esa forma, el PS acumula varios reveses electorales consecutivos en los últimos meses: en las municipales, europeas, parciales al Senado y departamentales.
Sin embargo, un nuevo elemento marcará el contexto de la celebración de los comicios. Se trata del hecho de que tendrán lugar a un mes de los ataques mortales en esta capital y en momentos en que la tensión es evidente entre la población.