Texto y fotos: Evelyn Michelle Jaramillo
ONG´s en Quito, Ecuador, avanzan hacia la Construcción de la Ordenanza de prevención y atención de la violencia escolar en el Distrito Metropolitano de Quito.
¿Por qué hacerlo? En Quito 1 de cada 2 niños, niñas y adolescentes son víctimas de acoso escolar.
Los datos muestran que 60% de los menores son insultados, golpeados o burlados, el 12% considera que casi todos los días o todos los días sufren algún tipo de violencia, 46% de los docentes no conocen herramientas para tratar la violencia escolar y, aparentemente, el 47% de los padres confunden disciplina con violencia.
Estas son algunas de las cifras que son parte de la cotidianidad que se vive en el sistema educativo; si bien es cierto, la escuela o el colegio son establecimientos de aprendizaje y espacios donde se establecen relaciones interpersonales, en la actualidad los salones de clase se han convertido en lugares de temor y exclusión con altos índices de violencia, que están ya naturalizados y que van generando serios problemas a nivel psicológico y social en los afectados, a la par, los perpetradores de la violencia escolar se van convirtiendo en sujetos altamente agresivos a largo plazo.
En este sentido “queremos cambiar la cultura escolar, garantizando a niños, niñas y adolescentes ambientes sanos, seguros y libres de violencia” indica Sybel Martínez, miembro del Grupo de Rescate Escolar, durante la segunda reunión de trabajo que se desarrolló el 22 de diciembre en la Fundación Esquel en el marco de la construcción de la Ordenanza de Prevención y Atención de la Violencia Escolar.
En esta reunión intervinieron representantes de varias ONG´S y se debatió la importancia que tiene la construcción de una ordenanza municipal que permita pensar una educación diferente con un enfoque libre de violencia, donde padres y maestros también sean actores activos en la educación.
Para Regina Katz, consultora en mediación pedagógica, es importante preguntarse qué es lo que pasa en la escuela como espacio donde los estudiantes pasan 18 años. Para Katz “la forma cómo se piensa al sistema educativo nos permite pensar en que se puede construir una educación diferente como un “espacio de alegría donde es imprescindible las ganas de aprender. En Finlandia se está modificando y ampliando todo un sistema educativo diferente, los jesuitas en Cataluña están construyendo espacios de interaprendizaje con temáticas de interés que están permeando toda la educación”.
Dolores Padilla, de Fundación Esquel menciona que “lo más profundo que logra el sistema educativo es crear una generación de subordinación cuyas relaciones son de dominación y es importante que desde la ordenanza se ponga la perspectiva de cómo la educación libera o no libera, nos hace sujetos de derecho o subalternos, es por eso que tiene que ser vinculante, y debe empezar por alterar una realidad”.
Si bien es cierto, en nuestro país existen leyes de protección para este segmento que pertenece al grupo de atención prioritaria, dentro de los estatutos al acoso escolar como violencia, no se identifica más allá de un problema disciplinario.
En los planteles educativos la violencia escolar se pretende solucionar a través de actividades que corrigen aparentemente el problema o como alternativa la sanción y más adelante en casos de reincidencia la expulsión del alumno o alumna del sistema educativo. Sin embargo, es un asunto que va más allá, por eso la importancia de la construcción de la Ordenanza Municipal.
Se discutieron además dos criterios por los que está constituida la ordenanza: la disminución de factores de riesgo y el fortaleciendo de factores de prevención basados en la inclusión y en la defensa de los derechos humanos.
Augusto González, del Grupo de Rescate Escolar, señala que “la ordenanza debe ser de orden publico, interés social y observancia obligatoria, se debe incluir a todos en su construcción porque los esfuerzos individuales que emprenden desde el ámbito de sus competencias probablemente se queden cortos en el momento de buscar una política pública, es mejor juntarnos y llegar a un consenso”.
En esta segunda reunión de trabajo fue clave la presencia de Margarita Carranco, Secretaria de Inclusión del Distrito Metropolitano de Quito quien abordó una hoja de ruta que permitirá a la ordenanza cumplir con los requerimientos para su presentación , debate y posterior aprobación.
Carranco resaltó la importancia que tiene la construcción de esta ordenanza ya que con su aprobación las nuevas generaciones serán rescatadas, se formarán seres humanos inclusivos donde se elimine las fobias y los “ismos” fuertemente arraigados en el sistema educativo.
Finalmente en la mesa de trabajo se llegó al acuerdo de establecer un marco teórico que permita instaurar varias definiciones entorno a la violencia escolar y en enero de 2016 se iniciará con el trabajo comprometido por garantizar un ambiente educativo libre de violencia.