Gracias a la Universidad de Guadalajara por invitarme este XII Foro Humanista en el marco de la Feria Internacional del Libro más importante del habla hispana. El tema es apasionante, de actualidad y sobretodo necesario: 70 años de Naciones Unidas, ¿Hacia un gobierno planetario?

Mi mirada no va a ser la de un especialista, sino la del activista social del humanismo y la noviolencia y un ciudadano de a pie.

Conocemos los pasos anteriores:

El Convenio de Paz Permanente de la Sociedad de Naciones de 1918, una vez acabada la 1ª Guerra Mundial, consiguió que la paz durara apenas 22 años, hasta que sobrevino la 2ª Guerra Mundial. Acabada ésta, se dio otro paso importante en el 1945 cuando se diseñó un sistema multilateral: las Naciones Unidas. En ambas situaciones la dinámica de relaciones internacionales se basó en el ancestral principio «si quieres la paz prepárate para la guerra». Esta dirección continuó prevaleciendo después debido a la presión permanente de los vencedores asociados a los productores de armamento.

Desde entonces no ha habido un nuevo conflicto mundial, pero las guerras han estado presentes ininterrumpidamente. No ha habido ningún momento para la Paz en estos 70 años desde la fundación.

¿A donde hemos llegado con las Naciones Unidas?

Repasemos brevemente algunas de sus agencias internacionales.

OIT.- La creación de la Organización Internacional del Trabajo produjo un avance importante con las regulaciones para conseguir condiciones dignas laborales como la abolición del trabajo forzoso, la libertad sindical, el avance  hacia la igualdad salarial y la fijación de una edad mínima que
eliminara el trabajo infantil, entre otros. Pero en los últimos años observamos, con la «globalización», un retroceso importante en casi todos los países en cuanto a derechos laborales. Por ejemplo, se ha vuelto a ampliar la brecha de salario entre hombre y mujer. Por otro lado el peso  de la OIT en los foros internacionales es cada vez menor.

FAO.- Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura, en el 1992 había en el mundo mil millones de personas que pasaban hambre; en el 2002, 930 millones; en el 2014, 805 millones. Si seguimos a este ritmo, necesitaríamos 200 años más para acabar con el hambre.

OMS.- No es mejor la situación con el tema de la salud. Según la Organización Mundial de la Salud la cobertura sanitaria universal está muy lejos de estar conseguida, incluso en los países más
desarrollados, donde se están produciendo recortes a logros ya conseguidos.

UNESCO.-  En 2007, había 60 millones de niños sin escolarizar, se bajó  hasta los 56 millones en
2010, pero en el 2013 la cifra comenzó a subir  de nuevo volviendo a los 60 millones de 2007.

PNUD – El cumplimento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio1, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ha estado muy lejos en sus 8 Objetivos  planteados. Ahora, con el nuevo documento2 recién aprobado, habrá que esperar resultados en el 2030.

Ayer el Fondo de Población de las Naciones Unidas publicaba un informe en el que revelaba que más de 100 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. Es la cifra más alta desde la 2ª Guerra Mundial.

UNICEF – Datos sueltos: En el 2014 había 230 millones de niños que sufrían las consecuencias de
conflictos armados. Además la Convención de los Derechos del Niño sigue sin estar firmada por todos los países, uno de ellos, significativo, es EE.UU.

CONSEJO DE SEGURIDAD – Este organismo que quizás fue útil hace 70 años, hoy resulta obsoleto, con 5 países con derecho a veto que no tienen ahora el peso que tuvieron en su creación. Hoy India y Brasil suman más de 1.500 millones de personas y no tienen peso en ese club cerrado, que tiene cada vez más tendencia a preservar los intereses particulares de los 5 estados en lugar  de velar por lo común de la comunidad mundial.

Paradójicamente los 5 países miembros del Consejo de Seguridad son los mayores productores de
armas del planeta3. Esto es tan ridículo que podría parece cómico. ¡Los mayores productores de armas son los encargados de mantener la paz! Es conocido que más del 90% de las armas que se
utilizan en las guerras (como p. ej. en la actual de Siria, o en conflictos como el de Malí,  o en muchos atentados terroristas), son fabricadas por los países miembros del Consejo de Seguridad.

¿Quiénes son los que hoy están al mando del orden internacional? ¿La ONU? No por cierto. ¿Cuál es la situación en…?:

Política: Se han creado espacios fuera de las Naciones Unidas para restarle protagonismo. Hace años fue el G-7, después el G-8 y luego se amplió al G-20, que acaba de reunirse en Antalya (Turquía).
Allí se acuerdan y diseñan políticas trasnacionales desde los países más ricos que tienen que padecer después los 188 países más pobres. En general son políticas que benefician a las grandes
corporaciones multinacionales.

Economía: Es regulada por el Sistema de Reserva Federal de los EE.UU.  y la «troika»: el Banco
Mundial, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, apoyados por las
agencias privadas de calificación internacionales,  entidades todas estas que no destacan por su
talante democrático. Por otro lado, ya se encargaron en los años noventa de dejar fuera del ámbito
del Sistema de las Naciones Unidas a la Organización Internacional del Comercio (OIC).

Actividad Militar: Las antiguas misiones de los cascos azules de la ONU han quedado relegadas a
algunos temas humanitarios y de segundo nivel sin ningún protagonismo en las agendas
internacionales. En general se ocupan de problemas enquistados en países pobres.
El protagonismo total en el campo militar lo tiene la OTAN, una organización comandada por los
EE.UU. y sus aliados que se auto erige en el gendarme del mundo. Designan «coaliciones
internacionales» en favor de la «Paz y la Democracia» y actúan en contra de gobiernos de países que no se alinean bajo sus exigencias y poseen en su suelo materias primas (petróleo, minerales, etc.) que «interesan». Los últimos fracasos de la intervención  de la OTAN en las gestiones de las guerras de Irak, Afganistán y Libia son notables. Todas esas actuaciones dejan en el camino estados fallidos,  arbitrariedades y refugiados, terreno abonado para nuevos focos de terrorismo. Se intentó hacer también con Ucrania y ahora le toca a Siria. ¿Cuál será el siguiente país en esta secuencia del horror? Llevan tiempo apuntando a Venezuela. ¿Parece que siempre tiene que haber un frente abierto de conflicto para alimentar la producción y la venta de armamentos?

Pertenecer a la OTAN exige un plan de inversiones crecientes en armamentos a cada país miembro, que éste tiene que retraer de políticas sociales. Recordemos que el gasto en armamento mundial se sigue disparando llegando a las astronómicas cifras4 de 1.747.562 millones  de dólares al año. Con solo el 10% de esa cantidad se acabaría el hambre en el mundo.

Uno de los problemas que enfrenta la organización es que con la caída de la URSS se quedó sin
enemigo. Desde entonces sigue buscando alguno y cuando no lo encuentra se ocupa de crearlo,
porque sin enemigos no tendría sentido su existencia.

En esta situación, en su 70 aniversario,  la Organización de las Naciones Unidas acumula un
importante desgaste, tiene poca representatividad y una falta de autoridad creciente. A ello se suma la falta de directrices claras sobre la cuestión de los refugiados, que se está convirtiendo en una catástrofe humanitaria que ya llega a Europa y mientras se mantiene el gran flujo migratorio desde los países del centro-sur al Norte de América.  La ONU tampoco está dando respuesta a los temas de los diversos terrorismos como los de  DAESH, al-Qaeda o Boko Aram, entre otros. Por último, se está violando permanentemente el derecho internacional con el tema de los ataques con drones.

Ya no se saben quienes ni cuantos mueren diariamente en estas guerras de videojuego que están
fuera de todo control.

Los problemas se acumulan e interactúan unos con otros: guerras – terrorismo – desestabilización – crisis de representatividad de las pseudo-democracias actuales – desafección de los ciudadanos de sus gobernantes – restricciones – mayor represión – control – caída de los niveles de vida de grandes
conjuntos humanos – hambrunas – refugiados… etc. etc.

Tuve la oportunidad de interpelar al Secretario Gral. de las Naciones Unidas Ban Ki Moon, cuando nos recibió en Nueva York, con motivo del paso de la Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia. Mi pregunta fue directa ¿Sr. Ban Ki Moon, dada la situación que hay hoy en el mundo ¿es posible que desde dentro de las Naciones Unidas se pueda dar realmente una dinámica de avances significativos hacia la paz y la resolución de conflictos en el planeta? -Su respuesta fue: «En ese tema es muy difícil avanzar por los intereses, equilibrios que necesitamos mantener y las
presiones de las grandes potencias. El margen de actuación  es muy estrecho. La verdadera
posibilidad que tenemos es que se hagan cosas como las que Uds. están realizando: si hay
movilización ciudadana, si hay presión a los gobiernos de los países, si se activan los colectivos y
organizaciones sociales con campañas internacionales y eso se da en un amplio número de países,
desde allí sí se podría desbloquear el estado de las cosas. Es la única salida real… Mientras tanto
estamos muy limitados…»

Desde 2001, tras los ataques a las torres gemelas y la respuesta posterior que dieron los EE.UU., el
mundo es  más inseguro. Después vinieron los atentados de Madrid, Londres y últimamente Túnez, Beirut, los dos de  Paris o, por ejemplo anteayer, los mismos EE.UU. La inseguridad va creciendo y ya se alzan voces hablando de la 3ª Guerra Mundial.

Los nuevos escenarios sociales

Pero veamos otros indicadores de cosas interesantes que de manera concomitante van sucediendo en los últimos años.

Hemos asistido a procesos impensables como la primavera árabe, manipulada en algunos casos, pero que supuso un antes y un después en esa región. Posteriormente vinieron los movimientos indignados en Europa y occidente. El 15M en España, los Occupy desde Nueva York a Sídney y Wellington, pasando por Berlín, Paris y San Petersburgo, los YoSoy132 en México, después los Umbrella en Hong-Kong. En el auto-convocado  Octubre Global de 2011 fueron 1.050 eventos en 948 ciudades en todo el mundo. Para muchos, todo aquello se ha  olvidado. No ha existido. Se ha tratado de ignorarlo.

Pero curiosamente al poco tiempo  de esas movilizaciones ciudadanas ha comenzado  la irrupción de nuevos sujetos políticos. Hay fenómenos como el 5 Estele en Italia, Syriza en Grecia, Podemos y Plataformas Ciudadanas en España o, más recientemente,  en Nueva Delhi, donde un indignado, Arvind Kejriwal, activista del 15M indio, se convirtió cuatro años más tarde en el nuevo gobernador de la capital de la India. También  en Guatemala en un proceso de 4 meses, una movilización ciudadana, hace dimitir al presidente que hoy ya está en la cárcel. Los medios dicen «Guatemala se ha alineado con la corriente mundial de demanda de dignidad y libertad que también ha sublevado a otros pueblos del planeta»

En España decíamos que hay un vuelco político sin precedentes en los últimos 40 años. Ahora se está en campaña electoral y en dos semanas se confirmará el cambio del mapa de poder eliminando el bipartidismo. Los primeros indicadores se dieron  en las elecciones municipales de mayo de 2015, donde las alcaldías de Madrid y Barcelona, entre otras, cayeron en manos de nuevas formaciones políticas ciudadanas. Ayer, Manuela Carmena la alcaldesa de Madrid comunicó que  iba a poner una placa en la Puerta del Sol que vio nacer al 15M con la inscripción: «Dormíamos, despertamos».

Uds. tienen aquí también en México ejemplos de estas nuevas expresiones populares como el Movimiento Ciudadano y el caso de Kumamoto entre otras.

Todos estos fenómenos impensables hace poco, indican que algo de mucho peso está pasando en diversas latitudes. Algo que ni los poderes oficiales, ni las agencias de información, ni los que detentan el poder entienden. Interpretamos que además es algo que recién está comenzando, que es un fenómeno imparable y que tiene características mundiales.

Si bien no ha sido explicita en todos los casos, en muchas de esas expresiones se respira una nuevasensibilidad en la que la noviolencia tiene un lugar importante.

Una nueva sensibilidad apoyada en la noviolencia

La noviolencia viene navegando a lo largo de la historia con muchos logros, pero silenciosos. Su acción ha sido muda, callada y acallada, aunque ha sido uno de los grandes motores del proceso humano. Lo que siempre se ha ensalzado ha sido la violencia y sus éxitos. Recordemos aquello de si quieres la paz prepárate para la guerra que comentábamos al comienzo. Hasta hace poco, y durante siglos, el modelo ensalzado fue el guerrero, a veces el monje-guerrero, con su valor, destreza y arrojo. Después se transformó en el guerrillero que era una especie de guerrero solidario con sensibilidad social. El sustrato de creencias que alimentaba esos comportamientos era el de que «la verdadera revolución es la que se producía mediante la lucha armada». Allí la noviolencia fue minusvalorada, desprestigiada y distorsionada.

Pero en los últimos años se observa cómo está cambiando  y  se va agotando  ese viejo modelo violento: las luchas ciudadanas y las movilizaciones tienden a ser pacificas y utilizan la noviolencia como fuerza moral.

Como ejemplo podemos decir que el gran respaldo popular  que tuvo el 15M, se debió, además de al acierto en  identificar los graves problemas de sistema político español con aquellos lemas «no nos representan», «lo llaman democracia y no lo es», y de hacer las  reivindicaciones más necesarias exigiendo «transparencia», «independencia judicial», «fuera la corrupción» etc., decía, que además de esos aciertos, el apoyo popular  tan amplio que tuvo se debió al modo de hacer esas propuestas.

Resultó determinante que todas sus manifestaciones fueran pacíficas y noviolentas. El gesto que más nítidamente simbolizaba esta actitud era la respuesta unánime de los asistentes cuando había cercos policiales: levantaban y agitaban las manos, mostrándolas desnudas a la vez que decían en voz alta: ¡estas son nuestras armas¡ ¡estas son nuestras armas¡ Esto generó muchas simpatías. Pero la adhesión definitiva de la población al movimiento 15M se produjo cuando en varias ocasiones la policía cargó contra aquellos ciudadanos indefensos, mientras ellos se resistían a la brutalidad de forma noviolenta. Ese fue un hecho trascendental pues esa nueva respuesta desactivaba la histórica cadena: violencia – respuesta violenta – respuesta aun más violenta – y así indefinidamente hasta acabar en algún suceso trágico. Esa nueva conducta cambió algo. Cuanto más irracionales y brutales eran las cargas policiales… mayor adhesión popular, simpatía y respaldo tenía el movimiento.

Creo que estamos ante un cambio de sensibilidad social donde la noviolencia resulta útil, es aceptada y comienza a ser desarrollada como metodología de lucha. Además da autoridad moral ydignidad a los activistas que la utilizan.

Los valores sobre los que se sostiene esta nueva sensibilidad parten de ese cambio de conciencia que se expresaba en ese «dormíamos, despertamos». Es un despertar a una nueva realidad donde tiene sentido desarrollar la horizontalidad, la inclusividad, la diversidad, el pensamiento colectivo, el consenso y la noviolencia. También se observa el surgimiento de una espiritualidad laica, sin aprioris religiosos. Todos estos temas se convierten en  ejes de una nueva forma de acción que va calando en la base social, entre los jóvenes, se transmite por las redes sociales, entre la gente más necesitada, compensando la violencia estructural del sistema. Me parece que estos valores van a ser los que acaben instalándose en el mundo futuro.

La noviolencia personal

El Humanismo siempre se esforzó en reivindicar el valor del ser humano por encima de todo, en contra de los fanatismos y la violencia en todas sus formas. Hoy el Nuevo Humanismo propone minimizar la violencia hasta el límite extremo, tratando de superarla completamente. Lo hace encaminando todos los métodos y formas de resolver conflictos sobre los rieles de la noviolencia creadora.

En la dimensión personal, la violencia también tiene su correlato. La violencia no se da en el aire, la realizan y la sufren personas. Hay personas más violentas y otras menos. Una misma persona puede pasar de un comportamiento pacifico a otro muy violento. La violencia personal se puede activar o desactivar. Es posible actuar sobre esto. Está demostrado que hay aspectos que desactivan la violencia personal o violencia interna que todos tenemos. Estos son: ganar en coherencia, resolver contradicciones, ir encontrando sentido a la vida, superar miedos, limitaciones o inhibiciones, ir ganando en libertad, etc. A esto se le llama la noviolencia personal.

Esta nueva sensibilidad noviolenta es la que se está abriendo el futuro y nos lleva a la construcción del nuevo mundo donde podamos confluir con todos los pueblos del planeta. En el horizonte está ir configurando la nación de naciones, el pueblo de todos los pueblos o «la nación humana universal» como propuso el pensador y escritor latinoamericano Mario Rodríguez, más conocido por Silo, impulsor del Nuevo Humanismo. ¿Cómo será ese gobierno mundial? ¿Será un sistema confederado por regiones? ¿Será una gran asamblea de pueblos del mundo? Lo que si es seguro es que para llegar a esa nación humana universal es necesario dar un paso y reformular el papel de las Naciones Unidas en ese nuevo escenario mundial.

Urge entonces la refundación de las Naciones Unidas

Nos preguntamos ¿Cuál es el futuro inmediato de la ONU? Hay cambio en 2016. El que sucederá a Ban Ki Moon, en unos meses, tendrá todos los conflictos existentes y además varios frentes abiertos. Entre ellos hay  algunos de más calado de los que subrayo dos:

- Cuando se conoció el genocidio de Ruanda la ONU estableció la llamada “responsabilidad de proteger a los pueblos”. Era un mandato por el cual la comunidad internacional podía intervenir si un Estado incumplía su deber de proteger a su  población. Creemos que la ONU en estos momentos no tiene recursos ni capacidad operativa para realizar ese mandato.

- Cualquier observador internacional conoce hoy el cambio de fuerzas que ha habido en el mundo desde aquel orden unipolar hacia la configuración de una nueva multipolaridad. Esta nueva situación va a producir numerosas tensiones y conflictos frente a los cuales la ONU tampoco tiene capacidad operativa.

¿Entonces o avanzamos hacia un nuevo “des-orden” global o refundamos las Naciones Unidas de para que pueda afrontar todos estos retos?

Ya hay muchas voces de intelectuales, jefes de estado y presidentes de gobierno apuntando a promover  decididamente la refundación de las ONU. Uno de ellos es Federico Mayor Zaragoza, ex-director de la UNESCO. El me comentaba en una conversación hace poco tiempo: » Es necesaria una nueva ONU donde estén representados no sólo Estados, también la sociedad civil9.  La Asamblea General de las Naciones Unidas podría renovarse en profundidad, dotándose así de la autoridad moral y política que hoy son imprescindibles para enfrentar los grandes desafíos de este momento. Dotarse de recursos en personales, técnicos y especialistas, cuando fuera preciso e incluir recursos militares y económicos, para el ejercicio de sus funciones a escala mundial».

Pero pienso que para dar ese reenfoque habrá antes que revisar algunas cosas. En las relaciones internacionales habrá que cambiar el antiguo adagio de «si quieres la paz prepara la guerra», que así, entre nosotros, es bastante mentiroso, pues jamás ha funcionado porque nunca hubo una verdadera paz. Habrá entonces que cambiarlo por el de «si quieres la paz, construye con paz y erradica todas las formas de violencia». Como decía Gandhi «la paz no es el objetivo, sino el camino»

Otra prioridad tendrá que ser la de colocar al ser humano como valor central por encima de cualquier otra consideración, tal como siempre lo indicó de distintas formas el Humanismo: “Nada por encima del ser humano, ni ningún ser humano por debajo de otro.”

Entonces, escolarmente habrá que decir a nuestros gobernantes: que las armas no custodian la Paz, sino que la  destruyen; que las armas y los ejércitos no producen seguridad, sino todo lo contrario; que las armas no contribuyen al desarrollo, lo frenan y sangran a los pueblos económica y físicamente; que el desarme debe convertirse en el objetivo número uno de la agenda mundial; que si plantas armas, cosecharás muertes, destrucción, terrorismo, refugiados, pobreza, fractura social, dependencia y deuda.

Hay que apelar  y recordar nuevamente al texto del inicio de la Carta de las Naciones Unidas donde dice «Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas hemos resuelto evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra».

Ese mandato de hace 70 años aun no lo han cumplido las Naciones Unidas. Creo que es hora de que la ONU se dé la estructura necesaria para conseguirlo.

Desde Mundo sin Guerras y sin Violencia realizamos hace ya 5 años una Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia. Después de recorrer casi cien países,  quienes  nos involucramos en esa marcha llegamos a la conclusión de que los diferentes ropajes de la gente, los diferentes colores de piel, las variadas y diversas culturas y lenguas, eran diferencias solo periféricas, superficiales. Que en el fondo la gente sencilla, en todos los lugares quería lo mismo, tenían las mismas necesidades y sentimientos comunes. Que el mundo no era tan complicado como nos lo querían hacer creer.

Descubrimos también que hay un clamor que viene desde muy atrás en la historia, que pide que definitivamente se acaben las guerras y tanta violencia…

Pongámonos entonces todos a empujar en todos los campos y también a  exigir una refundación de las Naciones Unidas para que cumplan el principal mandato para lo que fueron creadas «evitar el horror de las guerras a las nuevas generaciones».

Mientras tanto, nosotros seguiremos trabajando por un Mundo sin Guerras y sin Violencia.

Nada más, muchas gracias